El Ayuntamiento de Madrid acepta al fin las 'narcosalas', pero con "mejoras"

Son varias las cuestiones que el Ayuntamiento de Madrid quiere modificar en el proyecto regional de puntos limpios de inyecci¨®n. Seg¨²n su criterio, en ellos se debe facilitar, adem¨¢s de un lugar donde consumir drogas bajo control sanitario, los mismos servicios de un centro de emergencia para toxic¨®manos: ropero, alimentaci¨®n b¨¢sica, duchas y zona de descanso. "As¨ª son las salas de venopunci¨®n de otros pa¨ªses y as¨ª creemos que debe de ser en Madrid", afirma la concejal de Servicios Sociales, Beatriz Elorriaga.Tanto el PP como la oposici¨®n consideran que la sala de inyecci¨®n proyectada por el Gobierno regional "est¨¢ aislada de la red asistencial sin un programa de atenci¨®n sociosanitaria". Saben que en ella se contempla la presencia de un trabajador social pero insisten en que "eso no es lo mismo que contar con un programa de atenci¨®n social, con sus fases y objetivos". Tambi¨¦n critican que en ella "no se prevea una forma f¨¢cil de acceso al plan de dispensaci¨®n de metadona".

Reclaman, asimismo, que se planifique una red de narcosalas en toda la Comunidad y no s¨®lo en la capital y que se se incremente la atenci¨®n social y sanitaria prevista en ellas. Estos dos puntos ya figuran en el proyecto actual de narcosalas desde hace un mes, porque as¨ª lo reclamaron los grupos parlamentarios del PSOE e IU para apoyar el proyecto, que se aprob¨® por unanimidad en la Asamblea de Madrid.

Hace una semana, el alcalde manifest¨® que el proyecto de la narcosala previsto en Las Barranquillas "no le gustaba". El gerente de la Agencia Antidroga replic¨® que el plan seguir¨ªa adelante "porque era un asunto de salud p¨²blica" y "porque las atribuciones en prevenci¨®n y atenci¨®n de drogodependencias las ostenta la Comunidad".

A concurso p¨²blico

"Si el Ayuntamiento nos niega la licencia municipal para actuar o nos impide instalar el dispositivo, abriremos igual porque primero tendr¨¢n que pedir la autorizaci¨®n a las 300 chabolas ilegales levantadas en Las Barranquillas", lleg¨® a asegurar Cabrera.El martes, ?lvarez del Manzano matiz¨® su postura manifestando que esta experiencia piloto, para ser eficaz, deber¨ªa de ponerse en marcha "en otras zonas de Espa?a y de la Comunidad, no s¨®lo en Madrid".

El prop¨®sito de la Agencia Antidroga es abrir la unidad de venopunci¨®n de Las Barranquillas en el primer trimestre del 2000. Ayer, el consejero de Sanidad, Jos¨¦ Ignacio Ech¨¢niz, fij¨® el plazo para inaugurar este servicio a finales de enero, aunque, d¨ªas antes, Cabrera indic¨® que hac¨ªan falta varios meses para adjudicar el dispositivo por concurso p¨²blico.

El primer objetivo de estos puntos limpios de inyecci¨®n es ofrecer un lugar para consumir drogas bajo control m¨¦dico a los toxic¨®manos m¨¢s desarraigados que se pinchan en alcantarillas y descampados. Pero tambi¨¦n se pretende atraer a la red asistencial a esos drogodependientes que permanecen alejados de ella. Estas narcosalas abrir¨¢n doce horas diarias y estar¨¢n atendidas por m¨¦dicos, sanitarios y un trabajador social. En ellas se ofrecer¨¢n jeringuillas desechables, toallitas desinfectantes y agua destilada. Tambi¨¦n se ense?ar¨¢ a los usuarios a evitar pr¨¢cticas de riesgo que puedan producirles abscesos, hemorragias o contagios.

Los drogodependientes podr¨¢n, asimismo, analizar la sustancia adquirida de forma voluntaria e inmediata. Pero en dicho an¨¢lisis s¨®lo podr¨¢n saber qu¨¦ drogas y adulterantes contiene la papelina adquirida, no su proporci¨®n, porque para eso har¨ªan falta an¨¢lisis m¨¢s pormenorizados. La narcosala prevista costar¨¢ de 70 a 80 millones, dinero que aportar¨¢n la Comunidad y el Plan Nacional sobre Drogas del Ministerio del Interior, que apoya el proyecto. La decisi¨®n de instalar esta experiencia piloto en Las Barranquillas se debe a que este poblado chabolista, se ha convertido, con el paulatino desmantelamiento de La Celsa y La Rosilla, en el nuevo hipermercado de la droga de la ciudad. Las asociaciones vecinales de Vallecas Villa rechazan la idea porque temen que acabe consolid¨¢ndose este gueto de Las Barranquillas. Existen narcosalas en Amsterdam y Suiza y, si en Madrid la experiencia sale bien, se extender¨¢n a otras regiones.

La Agencia Antidroga de la Comunidad adquirir¨¢ en los pr¨®ximos tres a?os 7,8 millones de jeringuillas para programas de intercambio gratuito destinados a drogodependientes. El consejero de la Presidencia, Manuel Cobo, inform¨® ayer sobre la celebraci¨®n de diversos concursos de suministro de material sanitario, entre ellos ¨¦ste de las hipod¨¦rmicas, que supondr¨¢ un gasto de 74 millones.El intercambio gratuito de jeringuillas para evitar contagios de VIH y otras enfermedades es un servicio habitual en los poblados marginales donde acuden los toxic¨®manos a comprar droga.

Equipos del Gobierno regional como el isidrob¨²s y Radar o de ONG como M¨¦dicos del Mundo y Universida acuden a diario a La Rosilla, La Celsa, la Casa de Campo o Las Barranquillas a cambiar hipod¨¦rmicas usadas por otras nuevas. Tambi¨¦n cumplen esa misi¨®n los centros de emergencia para toxic¨®manos de F¨²car (Centro), La Rosilla y La Rosaleda (Moncloa).

El Gobierno regional adquirir¨¢, asimismo, para distribuir entre los drogodependientes, 7,8 millones de ampollas de agua destilada (para convertir la hero¨ªna en un l¨ªquido inyectable), 86,3 millones de toallitas desinfectantes y 1,3 millones de preservativos.

Por otra parte, la comisi¨®n Antidroga del Ayuntamiento de Madrid, aprob¨® ayer la renovaci¨®n de varios convenios por valor de 900 millones. Entre ellos se encuentra el acuerdo suscrito con la Comunidad por valor de 720 millones (349 de ellos municipales) para costear los programas de metadona, pisos de reinserci¨®n o la comunidad terape¨²tica de Barajas. Estos convenios se firman desde 1994.

Se han aprobado asimismo, dos nuevos convenios, con la asociaci¨®n Deporte y Vida para abrir 33 escuelas deportivas de prevenci¨®n de toxicoman¨ªas, y con la Uni¨®n Espa?ola de Asociaciones de Asistencia al Drogodependiente (UNAD) para estudiar porqu¨¦ algunos vecindarios rechazan la presencia de centros de atenci¨®n a toxic¨®manos y buscar soluciones.