Los socialdem¨®cratas alemanes entierran las tesis de la "tercera v¨ªa"
Schr?der busca el apoyo de las bases en el congreso del SPD que comienza el martes
El congreso del partido socialdem¨®crata alem¨¢n (SPD) que se inicia el 7 de diciembre en Berl¨ªn ha dejado de ser una pesadilla para Gerhard Schr?der, desde que el canciller dio prioridad a la pol¨ªtica sobre las leyes del mercado e intervino para salvar la empresa Holzmann -segunda constructora de Alemania- de la bancarrota y a decenas de miles de personas del paro. Schr?der ha cambiado de estilo y empezado a recuperar al electorado cl¨¢sico del SPD, arrinconando las tesis neoliberales del nuevo centro, la versi¨®n alemana de la tercera v¨ªa de Tony Blair.
Despu¨¦s de que los obreros de Holzmann corearan a Schr?der con los gritos "Gerhard", "Gerhard", la sinton¨ªa con el coraz¨®n del SPD, una organizaci¨®n de 130 a?os y m¨¢s de 760.000 militantes, parece asegurada, afirman diversas fuentes del partido.Tras la serie de reveses electorales que se prolong¨® hasta los comicios regionales en Berl¨ªn (el pasado 10 de octubre), Schr?der comenz¨® a dar pasos para ganarse el coraz¨®n de los camaradas del partido m¨¢s viejo de Europa. En gran parte, las derrotas de los socialdem¨®cratas se debieron a la desorientaci¨®n del electorado cl¨¢sico del SPD, que se hab¨ªa quedado en casa en lugar de acudir a las urnas. Clave en esa desorientaci¨®n fue el manifiesto Blair-Schr?der, el texto de referencia de la pol¨ªtica de nuevo centro o versi¨®n alemana de la tercera v¨ªa del laborista Tony Blair, que se difundi¨® el 8 de junio, en v¨ªsperas de las elecciones europeas. En esas elecciones, el 13 de junio, se inici¨® el descenso implacable del SPD en las urnas.
Antes, en los comicios de Hesse, en febrero, y en los de Bremen, el 6 de junio, los socialdem¨®cratas hab¨ªan aumentado sus porcentajes. Si Hans Eichel, el actual ministro de Hacienda, perdi¨® el gobierno regional de Hesse -y con ello, el SPD, la mayor¨ªa en el Bundesrat-, la culpa no fue suya, sino del catastr¨®fico resultado cosechado por los Verdes, los socios de la coalici¨®n local, y el buen resultado de la CDU. En las elecciones europeas, en cambio, el SPD obtuvo un 30,7% (frente al 32,2% de 1994), y a partir de ah¨ª, todo fue cuesta abajo.
En pleno descenso vertiginoso, el canciller pidi¨® ayuda a Franz M¨¹ntefering, el cerebro de la campa?a para las elecciones federales del 1998, y le rescat¨® del Ministerio de Transportes para que se hiciera cargo de la secretar¨ªa del SPD. El manifiesto Blair-Schr?der se archiv¨®, y con ¨¦l, toda la publicidad sobre la nueva generaci¨®n de yuppies de ideolog¨ªa liberal con carn¨¦ del SPD. Con su fr¨ªvolo tratamiento de los valores fundamentales de la socialdemocracia alemana, el manifiesto infravalor¨® el arraigo de esos valores y del sistema social de mercado entre las bases del partido. Schr?der ha aprendido la lecci¨®n.
Nuevo estilo
Aconsejado por sus asesores, el canciller adopt¨® un nuevo estilo y se desmarc¨® de la imagen arropada en abrigos de cachemir de marca italiana: el canciller dej¨® de fumar en p¨²blico, y m¨¢s de uno not¨® su comentario con ocasi¨®n del baile de la prensa en Berl¨ªn. Schr?der se jact¨® de que llevaba el mismo esmoquin desde hace 15 a?os. Una alusi¨®n a su esbeltez, pero tambi¨¦n a su capacidad de economizar, a tono con la filosof¨ªa del presupuesto de austeridad para el a?o pr¨®ximo.
Guiado por M¨¹ntefering, el SPD organiz¨® una campa?a de contacto con los militantes de a pie y de conferencias regionales. En estas conferencias, que se han venido celebrando a lo largo de las ¨²ltimas semanas, los l¨ªderes, incluido Schr?der, han dedicado tiempo y atenci¨®n a las bases. Con todo, para Schr?der y para los funcionarios del SPD era una inc¨®gnita si todos estos disciplinados esfuerzos cristalizar¨ªan en el congreso en un apoyo que fuera por lo menos igual al que Schr?der obtuvo el 12 de abril, cuando el congreso extraordinario del SPD le nombr¨® sucesor de Oskar Lafontaine con un 75,98 % de los votos. Las amenazas que hasta hace poco planeaban sobre Schr?der iban desde un amotinamiento del ala izquierda del partido hasta el voto de censura de los militantes e incluso el cese como presidente del SPD para la primavera, si el partido fracasaba en Renania del Norte-Westfalia, su feudo m¨¢s destacado.
El documento de oposici¨®n a la tercera v¨ªa, que redactaron los diputados izquierdistas en agosto, es ahora una de las ponencias del congreso. "De lo que se trata es de si la pol¨ªtica quiere y puede tener un papel moldeador en una econom¨ªa crecientemente globalizada, de lo que se trata es del papel del Estado en relaci¨®n a las fuerzas del mercado", se?ala el texto. Hoy, la impresi¨®n de que "algunos empresarios pueden tener m¨¢s influencia en la pol¨ªtica del Gobierno mediante una llamada de tel¨¦fono que los diputados democr¨¢ticamente elegidos de la mayor¨ªa gubernamental" parece conjurada.
Solidaridad
En el vocabulario de los l¨ªderes del SPD afloran ahora palabras como "responsabilidad social", "econom¨ªa social de mercado" y "solidaridad". Los sectores izquierdistas quieren algunas se?ales particulares, a saber, que el partido indique que est¨¢ dispuesto a hacer algo por los socialmente d¨¦biles y que los ricos contribuyan a la financiaci¨®n del Estado de acuerdo con sus ingresos. De ah¨ª la discusi¨®n sobre si debe introducirse de nuevo el impuesto sobre el patrimonio o un impuesto sobre la herencia.
"Si el canciller se mantiene en la l¨ªnea en la que est¨¢ desde hace varias semanas, podremos recuperarnos para las elecciones de Renania del Norte-Westfalia.Hay que eliminar la inquietud y la irritaci¨®n de quienes votaron por la justicia social", se?ala el diputado R¨¹diger Veit.
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