La "?" en la Casa Blanca
Al Gore y George W. Bush incorporan el espa?ol a su lucha para conquistar la presidencia de EE UU
"Ganamos m¨¢s con Gore", asegura un eslogan de la campa?a para conquistar la Casa Blanca del actual vicepresidente de Estados Unidos. "George W. Bush se gana el coraz¨®n de los hispanos", reza otro promovido con el mismo objetivo por el gobernador de Tejas. Pero la novedad no est¨¢ en el contenido de los mensajes, sino en la lengua en que son difundidos. Ambos esl¨®ganes se encuentran en las p¨¢ginas web en espa?ol de los dos principales aspirantes a la sucesi¨®n de Clinton. Y es que la ¨²ltima campa?a presidencial norteamericana del sigloXX es tambi¨¦n la primera biling¨¹e.Que el voto hispano es el gigante que despierta en EE UU ya se dijo en los comicios de 1996; la novedad es que ahora los candidatos hablan en espa?ol. Pronunciaron unas frases en esta lengua en los discursos con que anunciaron sus candidaturas y, desde entonces, las introducen en la mayor¨ªa de sus intervenciones.
En su p¨¢gina en Internet (www.georgebush.com/espanol), el gobernador de Tejas posa en una foto con un grupo de hispanos bajo un cartel que reza: "Viva la raza". Bush da entrevistas a la televisi¨®n en un aceptable y simp¨¢tico castellano, es un enamorado de la cultura mexicana, defiende la educaci¨®n biling¨¹e, es partidario de la apertura a la inmigraci¨®n y se siente muy a gusto entre los hispanos. De hecho, es uno de los pocos republicanos que obtienen en las urnas una gruesa porci¨®n del voto latino.
Cuando Clinton y Gore, con el baile de Macarena como himno, ganaron en 1996 el apoyo masivo de los hispanos, fueran pobres o ricos, conservadores o progresistas, de Miami o California, el Partido Republicano comprendi¨® que ten¨ªa que cambiar de actitud. Su hostilidad hacia los inmigrantes llegados desde el sur del r¨ªo Grande y su defensa numantina de la pol¨ªtica English Only le estaban costando el apoyo de una comunidad que ya cuenta oficialmente con 31,3 millones de miembros en EE UU y que superar¨¢ en n¨²mero a la afroamericana en el a?o 2004.
Hasta el ultraconservador Newt Gingrich se dio cuenta del desastre. Una de sus ¨²ltimas iniciativas antes de dimitir como presidente de la C¨¢mara de Representantes fue difundir sus comunicados en ingl¨¦s y en espa?ol. Pero sus colaboradores cometieron un error que provoc¨® las risas hispanas y un sard¨®nico comentario en The Washington Post. Tradujeron literalmente el t¨ªtulo en ingl¨¦s de Gingrich (Speaker of the House) y lo dejaron en "el hablador de la Casa".
Para explicar este giro, los republicanos argumentan que est¨¢n intentando recuperar el apoyo mayoritario de los hispanos de que disfrut¨® Ronald Reagan. Aquel presidente, en efecto, supo capitalizar los sentimientos religiosos y conservadores de muchos latinos y el anticastrismo del exilio cubano.
La conversi¨®n dem¨®crata al biling¨¹ismo es m¨¢s natural. Este partido ha defendido posiciones m¨¢s favorables a los inmigrantes y las minor¨ªas raciales y culturales. Y a Gore le ocurre lo mismo que a Bush: su simpat¨ªa por lo hispano data de antiguo. El vicepresidente chapurrea algunas frases en espa?ol, lengua cuyos rudimentos aprendi¨® en el colegio y en una estancia en M¨¦xico. Ahora su hija Karenna, convertida en una de sus principales asesoras de campa?a, le entrena en el manejo de esa lengua, que ella consolid¨® durante unas pr¨¢cticas de periodismo en Espa?a. En su p¨¢gina web en espa?ol (www.algore2000.com/espanol), Gore promete construir un EE UU "mejor no s¨®lo econ¨®micamente, sino en todos los aspectos".
Los esfuerzos de Gore por soltar algo en castellano en sus discursos han merecido comentarios divertidos en la prensa. Por ejemplo, Gore, en una jornada muy calurosa en El Paso, dijo: "Qu¨¦ felicidad me da estar aqu¨ª con ustedes, aunque sea un poco caliente". "Gore y Bush", escribe Time, "saben que si alguien quiere cabalgar la pr¨®xima ola de la pol¨ªtica norteamericana, debe tomar lecciones de espa?ol". El voto latino es crucial en siete Estados (California, Tejas, Florida, Nueva York, Illinois, Arizona y Colorado) para conquistar la Casa Blanca. Y aunque de diversos or¨ªgenes nacionales, "los hispanos han adquirido en esta d¨¦cada un sentimiento de comunidad con derechos colectivos", dice Lidia Camarillo, del Proyecto para la Educaci¨®n del Votante, de San Antonio.
No todo el mundo lo ve as¨ª. Pat Buchanan, el ultraconservador comentarista period¨ªstico que aspira a hacerse con la candidatura presidencial del Partido Reformista, despotrica del biling¨¹ismo de la actual campa?a. "La ¨²ltima vez que hice un recuento, la mayor¨ªa de los americanos hablaban ingl¨¦s", dice.
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