Esperando a los b¨¢rbaros
JAVIER MINA
En el celeb¨¦rrimo poema, cuyo t¨ªtulo titula este lamento transg¨¦nico que comienza a serpear ante sus ojos, Kavafis nos habla de una sociedad cuyas actividades se detienen porque aguardan la llegada de los b¨¢rbaros. Cuando lleguen har¨¢n tantas cosas, relanzar¨¢n tantos procesos congelados por la espera que, de pronto, los b¨¢rbaros pasan de ser una amenaza a convertirse en una necesidad. Podr¨ªan tal vez imponer sus costumbres y cambiar los modos de civilizaci¨®n, como de hecho lo est¨¢n haciendo con el anuncio de su llegada, pero se han vuelto necesarios e imprescindibles. S¨®lo que acaba el d¨ªa y no llegan. A cambio llega la noticia de que ya no hay b¨¢rbaros. Kavafis concluye el poema con dos versos que la Unesco deber¨ªa decretar patrimonio de la humanidad: "?Y qu¨¦ ser¨¢ ahora de nosotros sin b¨¢rbaros?/ Quiz¨¢ ellos fueran una soluci¨®n despu¨¦s de todo".
Pues bien, nosotros que sabemos mucho de esperar a los b¨¢rbaros podemos decir con total seguridad que no son ninguna soluci¨®n pese a que estemos firmemente convencidos de que existen y de que vendr¨¢n. Pese a que estemos absolutamente seguros de que con su venida lo van a cambiar todo. Porque nada cambia como la muerte. Vendr¨¢n y lo cambiar¨¢n todo y por eso no ser¨¢n necesarios. Porque la vida vive mejor sin la muerte. ?Qu¨¦ esperamos agrupados en el foro? Hoy llegan los b¨¢rbaros. Los b¨¢rbaros, s¨ª, y no la noticia de que no hay b¨¢rbaros con la que sus embajadores y chambelanes tratan de embaucarnos. Hoy llegan los b¨¢rbaros, hoy, a plazo fijo.
Todav¨ªa ayer, cuando estas l¨ªneas temblaban en las teclas, se pod¨ªa pensar sin los b¨¢rbaros. La inminencia de su llegada lo te?¨ªa todo de luto pero a¨²n nadie sent¨ªa en la nuca el aliento fr¨ªo y plomizo de los b¨¢rbaros. Todav¨ªa ayer est¨¢bamos sin b¨¢rbaros. Incluso los m¨¢s inconscientes trataban de borrar la inevitable llegada de los b¨¢rbaros. M¨¢s sensatos, pero m¨¢s viles, los emisarios de los b¨¢rbaros justificaban la llegada de los b¨¢rbaros. Tan viles, pero m¨¢s tontos, los excusadores profesionales intentaban convencernos de que si los b¨¢rbaros llegaban ser¨ªa porque algo habr¨ªamos hecho, sin pararse a pensar en que si llegan los b¨¢rbaros es porque existen los b¨¢rbaros y su raz¨®n de ser, de existir, consiste en llegar.
?Por qu¨¦ est¨¢ inactivo el Senado e inm¨®viles los senadores no legislan? Porque hoy llegan los b¨¢rbaros. ?Qu¨¦ leyes votar¨¢n los senadores? Cuando los b¨¢rbaros lleguen dar¨¢n su ley. ?Acaso no la han proclamado en un bando? Hoy llegan los b¨¢rbaros porque no desean senado, ni ¨¢gora, ni gentes que puedan decir otra cosa que la llegada de los b¨¢rbaros. Hoy llegan los b¨¢rbaros y la noticia est¨¢ en boca de todos menos en la de quienes ya no tendr¨¢n boca, ni ojos, ni lengua, ni pelo, ni p¨¢lpito porque ser¨¢n los escogidos por los b¨¢rbaros para certificar su llegada. Hoy llegan los b¨¢rbaros y las v¨ªctimas se desangran en los altares con que los b¨¢rbaros proclaman su llegada. Hoy llegan los b¨¢rbaros y ya somos menos que ayer. Hoy llegan los b¨¢rbaros y las calles y el foro humean y la plaza humea y humean los 9 mm. porque hoy llegan los b¨¢rbaros.
?Por qu¨¦ nuestros dos c¨®nsules y los pretores visten sus rojas togas de finos brocados y lucen brazaletes de amatistas y refulgentes anillos de espl¨¦ndidas esmeraldas? ?Por qu¨¦ ostentan bastones maravillosamente cincelados en oro y plata? Porque hoy llegan los b¨¢rbaros y esas cosas deslumbran a los b¨¢rbaros. ?Por qu¨¦ los oradores no acuden hoy como siempre a brindarnos sus discursos? Porque hoy llegan los b¨¢rbaros a quienes aburre la ret¨®rica. ?Qu¨¦ esperamos agrupados en el foro? Hoy llegan los b¨¢rbaros y tratamos de impedir que lleguen. ?Por qu¨¦ de pronto esa inquietud y movimiento? ?Por qu¨¦ esa alegr¨ªa en tantos semblantes y la tristeza en la de aquellos pocos? Porque hoy hemos decidido que no necesitamos a los b¨¢rbaros. ?Y qu¨¦ ser¨¢ de nosotros si no llegan los b¨¢rbaros? Quiz¨¢ ellos fueran una soluci¨®n despu¨¦s de todo. Pero como no la son, porque conocemos muy bien a los b¨¢rbaros, impediremos que lleguen los b¨¢rbaros.... ?Hoy llegan los b¨¢rbaros?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.