"No entiendo eso de crear un marco jur¨ªdico para el proceso de construcci¨®n nacional"
Su padre era un aldeano de Zeberio que se traslad¨® andando a Bilbao para trabajar de dependiente en una tienda y llegar a ser, gracias a su fuerza de voluntad y su sentido autodidacta, encargado y l¨ªder en la Cooperativa Aurrera de Sestao. En aquel Sestao de hace 80 a?os naci¨®, vivi¨® y fue feliz ("pese a las dificultades") Adri¨¢n Celaya Ibarra, que conserva el recuerdo de entonces "con un extraordinario cari?o". Adri¨¢n Celaya fue primero maestro y luego licenciado en Derecho y una de las figuras indiscutibles y m¨¢s admiradas de la justicia en Euskadi. Amigo de cuantos le conocen, el mismo reclama la amistad como algo imprescindible, porque los amigos no le han defraudado. Cuarenta y un a?os ense?ando las leyes desde su c¨¢tedra en la Universidad de Deusto. Es, con entera seguridad, el experto m¨¢s cualificado sobre Derecho Civil Foral Vasco. Miembro durante a?os del Consejo del Poder Judicial, de la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del Pa¨ªs y de numerosas asociaciones, ha sido reconocido como uno de los grandes l¨ªderes de opini¨®n. Cuando ¨¦l habla -emotivo y sereno- se le escucha con devoci¨®n; cuando ¨¦l escribe, las ideas adquieren la firmeza de la seguridad porque est¨¢n trabajadas, contrastadas y pulidas. Precisamente su deseo es escribir la Historia de las ideas vascas.
La Universidad de Deusto le acaba de rendir un homenaje coincidiendo con la presentaci¨®n de su obra: Selecci¨®n de estudios jur¨ªdicos (en especial sobre el Pa¨ªs Vasco). En el acto se dijeron muchas verdades: "Celaya es un humanista que ejerce"; "Merece destacarse su gran af¨¢n por la educaci¨®n, la transmisi¨®n de valores de la justicia, la tolerancia, los derechos humanos y su amor a la verdad"; "Sac¨® el Derecho Foral del anonimato y la indiferencia, y lo divulg¨® con criterio cient¨ªfico hasta convertirlo en Derecho nuevo y con futuro".
Pregunta. ?C¨®mo se siente despu¨¦s de escuchar tantos elogios sobre "su lucidez, su gran sabidur¨ªa y su autonom¨ªa de juicio" y de decirle que "ha sido siempre un hombre libre y valiente"?
Respuesta. Son palabras que agradezco, que vienen de los amigos y que por eso se aceptan aunque sean exageradas.
P. Conoci¨¦ndole, oy¨¦ndole, ley¨¦ndole, la pregunta que uno se hace es: ?por qu¨¦ dejo las clases?
R. Porque me jubilaron a los 75 a?os, en 1992, y la verdad es que me sent¨® mal porque intelectual y f¨ªsicamente me encontraba perfectamente y ten¨ªa una enorme ilusi¨®n. Tanta acumulaci¨®n de experiencia no se puede despilfarrar. Ten¨ªa que ser as¨ª, pero me pareci¨® una injusticia.
P. Usted siempre se ha quejado de que el derecho vasco ha sido el gran desconocido en Euskadi: "Siempre proclamado y siempre ignorado". ?Por qu¨¦ cree que se ha producido esto?
R. Fundamentalmente por el tremendo apasionamiento pol¨ªtico. Esto ha hecho que se idealizaran y se mitificaran los fueros o el pueblo vasco. Incluso se ha llegado a decir que este era el para¨ªso terrenal o que los vascos fueron cristianos antes de Cristo. Todo esto, id¨ªlico, fant¨¢stico, ha hecho olvidar o ignorar la realidad. Se han creado mitos que en muchos casos ni siquiera merecen la pena discutir. Y lo primero que deber¨ªamos tener en cuenta es que hay distintos fueros y hay distintos pueblos vascos, distintos territorios vascos, y que el fuero en nuestro caso fue una conexi¨®n de Vizcaya, Guip¨²zcoa y ?lava con Castilla que no ha tenido ning¨²n otro de los territorios que se llaman forales. Estos territorios se incorporan a Castilla pero en un r¨¦gimen especial, escrito en unos fueros que hacen jurar al rey.
P. ?Hoy se entienden los fueros como antes?
R. Las cosas han cambiado tanto que hay que hacer un paralelismo muy dif¨ªcil para buscar que es lo que hoy deber¨ªa corresponder a una situaci¨®n como la foral. Y a mi me parece que el Estatuto es un buen arma para lograr esto. Lo que ocurre es que, como todas las leyes, igual que la Constituci¨®n, el Estatuto tiene que ser interpretado y esas interpretaciones siempre ser¨¢n dial¨¦cticas. Y eso es lo que tiene que resolver la pol¨ªtica. Esas cuestiones se tienen que resolver por v¨ªa pol¨ªtica y, por supuesto, no a tiros. El Estatuto me parece que es una buena respuesta a la situaci¨®n, porque permite transferir al Pa¨ªs Vasco todas las competencias que pudo tener en el r¨¦gimen foral. Es posible que no se encuentren en el Estatuto vigente, pero ello justificar¨ªa el trabajo para renovarlo, no la condena del sistema. Esa posible reforma del Estatuto exigir¨ªa un considerable esfuerzo pol¨ªtico, sin eludir el hecho de hacer un buen uso de las competencias.
P. ?C¨®mo ve el futuro: sin estados, sin fronteras...?
R. En el futuro s¨®lo veo Europa. El problema es que los pueblos se tienen que situar en esa Europa, tambi¨¦n los pueblos vascos. Sin presionar sobre ellos. Yo creo que a Navarra hay que dejarle que sea Navarra como ella quiera. En este momento no se puede hacer ning¨²n proyecto sin pensar que estamos en Europa y que ya no hay estados soberanos. Espa?a ya no es soberana. Tiene unos niveles de competencias limitados, como los tiene el Pa¨ªs Vasco. La clave ahora es c¨®mo alcanzar las competencias que deseamos y como las defendemos dentro de la Comunidad Europea. Sobre todo necesitamos aquellas competencias que directamente concurren en mantener la personalidad propia de nuestro pa¨ªs, que s¨ª que es clara.
P. Usted ha escrito en varias ocasiones que "el problema vasco hoy sigue siendo el de encajar el viejo esp¨ªritu de nuestras instituciones en las exigencias de la sociedad moderna, y esto debe hacerse sin dogmas ni imposiciones y mucho menos recurriendo al crimen". ?Sigue pensando lo mismo? ?C¨®mo ve la situaci¨®n?
R. Es un momento delicado, pero yo sigo siendo optimista, como he sido siempre. Creo que se har¨¢ la luz y que saldremos de una oscuridad que no entiendo. No entiendo, por ejemplo, que se diga: vamos a crear un marco jur¨ªdico para el proceso de construcci¨®n nacional y nadie explique que significa eso. A m¨ª no me encaja, no entra en mi cabeza y no puedo entender que esa frase pueda magnetizar al pueblo, que le pueda encandilar. Hay que expresar algo m¨¢s concreto: qu¨¦ es lo que se quiere y decirlo sin tapujos. S¨®lo as¨ª las ideas se ir¨¢n aclarando y con las ideas las personas y los grupos. Y cuando hablemos de pa¨ªs, al menos los que lo queremos apasionadamente, hemos de hacerlo refiri¨¦ndonos a un pa¨ªs donde entren todos, convencidos de que tenemos fuerza y energ¨ªa como para seguir adelante siempre que nos dejen el camino abierto, sin trabas ni triunfalismos, sin cr¨ªmenes y sin fanatismos.
Se hace justicia, persiguiendo la paz
Adri¨¢n Celaya confiesa que despu¨¦s de tantos a?os de plena actividad en favor de la justicia, siente sed, y lo explica."Me queda una especie de sed, porque toda la vida he estado persiguiendo objetivos y ahora veo que es imposible que se cumplan. He buscado soluciones a los problemas sociales o pol¨ªticos y sigo sin dar con el remedio. A¨²n me quedan preguntas sin respuesta: qu¨¦ es el Derecho, qu¨¦ es la Justicia, qu¨¦ es este mundo... Quiero justicia, pero ?qu¨¦ clase de justicia? ?Solamente un acto de defensa de la sociedad para quien perturba sus principios b¨¢sicos? Me parece insuficiente. Por eso he tenido cierta antipat¨ªa a la justicia penal. ?Por que un juez ha de condenar al acusado a una c¨¢rcel que no es una escuela de educaci¨®n ni est¨¢ preparada para la reinserci¨®n?
P. ?Como se es m¨¢s justo, por tanto?
R. Cuando se busca la paz y la concordia. Eso es lo m¨¢s importante cuando hay dos partes enfrentadas por un delito. Mi empe?o ha sido siempre lograr la paz, el acuerdo, el entendimiento entre las dos partes, y no solucionarlo con una condena, porque en ese caso la herida sigue abierta. Yo creo que la justicia misma es la paz y si no se persigue la paz no se hace justicia. Lo importante no es que existan leyes ni interpretar las normas a nuestro arbitrio, sino lograr mejorar las relaciones sociales. La ley est¨¢ hecha para ser cumplida, s¨ª, pero con un fin: lograr la justicia, una justicia de paz y concordia.
P. Despu¨¦s de 41 a?os docentes, ?le queda algo pendiente?
R. Es muy dif¨ªcil ense?ar en la teor¨ªa y en la pr¨¢ctica. En nuestro caso, adem¨¢s, hemos de preparar al abogado para que tienda a buscar un modo de organizaci¨®n social m¨¢s justo y dudo de que lo hayamos conseguido. A mi me parece que es muy importante que los abogados cumplan la funci¨®n de lograr una sociedad m¨¢s justa y equitativa. Y me duele que el profesional se dedique s¨®lo a ganar pleitos.
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