De Mil¨¤ a A¨ªn
Mil¨¢n, en la Padania, uno de los municipios m¨¢s grandes de Europa con casi dos millones de habitantes, se hermana, espiritualmente, hoy con A¨ªn (A¨ªn ¨¦s el primer poble / i Eslida ¨¦s el primer cel; / Artana ¨¦s lo porgatori, / la Vilavella, l"infern), en la Plana Baixa, uno de los municipios m¨¢s peque?os -con uno de los alcaldes m¨¢s grandes- con casi 150 habitantes, conocidos con el malnom de "ma?os" o "tordos".Hoy, se conmemora el 1659 aniversario de la aclamaci¨®n episcopal de la abeja de Tr¨¦veris, Ambrosius, un perfumado con el manjar de los dioses, la ambros¨ªa, y delegado del gobierno imperial romano en Liguria y Emilia. Acabado de nacer fue se?alado al posarse en su boca un meloso panal (seg¨²n Virgilio, "sic vos, non vobis, mellificatis, apes"), emblema de un universo perfectamente estructurado, s¨ªmbolo de dulzura, elocuencia y trabajo y, en este sentido, se llam¨® a Jenofonte "la abeja ¨¢tica" y Plat¨®n, "la abeja ateniense". Al pacificar a los cristianos en sede vacante, hizo hablar a un mudo ni?o de pecho: "?Ambrosio for obispo!", grit¨®. Los fieles escog¨ªan pastor, y no como ahora, y para mayor inri, el electo no estaba ni bautizado; era pagano y se matricul¨® en los cursos de catecumenado. Eso es precocidad. Doctorado, compuso el oficio y el canto ambrosiano.
Hoy, en el Duomo de Mil¨¢n el cardenal Martini celebrar¨¢, seg¨²n su rito particular; es impresionante o¨ªr el profundo himno milenario de la luz en total oscuridad, s¨®lo avanzan las brasas del incensario, el fuego primigenio que enciende cadenciosamente las velas catedralicias para la espiritual comida comunal. En A¨ªn, que representaba las leyendas del patrono sant Ambr¨®s, se romper¨¢ el negro vac¨ªo de la noche con una reconfortante hoguera ritual que acoger¨¢ el alimento del pueblo en la torrada de la xulla.
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