EDUCACI?N MEDIOAMBIENTAL Un huerto entre el asfalto
"Hoy los ni?os han aprendido que el suelo est¨¢ vivo", dice Patricia Berraquero, ingeniero t¨¦cnico agr¨ªcola y monitora de los huertos escolares que el Comit¨¦ pro Parque Educativo Miraflores, en Sevilla, promueve para que los alumnos de los colegios p¨²blicos de la zona conozcan la agricultura y los ciclos de la naturaleza.Qu¨¦ es y qui¨¦n vive en la tierra; para qu¨¦ sirven esos seres vivos que esconde; c¨®mo han de plantarse las distintas hortalizas, los ¨¢rboles y los cereales; cual es el ciclo de la vida de las plantas y c¨®mo hay que cuidarlas para que no se las coman las plagas... Por qu¨¦ viven tantos seres desconocidos bajo el suelo... Son preguntas que Patricia y sus compa?eros monitores tratar¨¢n de responder, durante este curso, a m¨¢s de 250 ni?os, entre 10 y 11 a?os, pertenecientes a los 10 colegios p¨²blicos que rodean el parque.
Un parque que tiene sus ra¨ªces en 1983. Entonces, algunos vecinos del distrito Macarena decidieron crear el Comit¨¦ pro Parque Miraflores. As¨ª naci¨® un proyecto cultural, ecologista y reivindicativo, en el que han participado hasta ahora miles de personas, muchas de ellas ni?os. Son m¨¢s de 50.000 los habitantes de su entorno, "pero, la mayor¨ªa, viven atrapados en el asfalto y no se dan cuenta de lo que tienen aqu¨ª", se queja Antonio Lara, presidente de la Asociaci¨®n.
No as¨ª los ni?os, que todos los d¨ªas se sorprenden con los misterios arqueol¨®gicos que descubren bajo estas 85 hect¨¢reas protegidas. Han aparecido yacimientos calcol¨ªticos del 3.000 antes de Cristo, ruinas romanas, instalaciones agr¨ªcolas musulmanas, norias y albercas de hace 400 a?os... A estos j¨®venes agricultores les fascinan, especialmente, que cosas como las c¨¢scaras molidas de los ajos sirvan para espantar a los pulgones.
Roberto Fonsela Torres tiene 10 a?os y estudia 5? de primaria en el colegio p¨²blico Pablo Picasso. Est¨¢ entusiasmado con el huerto. ?l y sus compa?eros han sido elegidos por sorteo para practicar la agricultura una vez por semana. Hoy es la quinta visita. "He aprendido a sembrar ajos y habas...", cuenta sorprendido Y es que, Roberto, como casi todos sus compa?eros, ignora pr¨¢cticamente todo lo que tiene que ver con los ciclos vitales de la tierra; y, en particular, con la agricultura.
De lunes a viernes, a las 4,30 de la tarde, los monitores recogen en sus colegios respectivos a los ni?os de 5? de primaria y los trasladan a la Huerta de Las Moreras; una zona del parque en la que se han habilitado 12 parcelas para las pr¨¢cticas agr¨ªcolas de los alumnos. Al lado hay una vieja hacienda, La Albarrana, en la que disponen de un aula para preparan las clases pr¨¢cticas. Tras media hora de explicaciones sobre la actividad que van a desarrollar, se trasladan a la huerta y practican una hora. "El proyecto de iniciaci¨®n a la agricultura consiste en estudiar, observar y seguir el ciclo de vida completo de las plantas", aclara la monitora Berraquero. Por eso estos d¨ªas de oto?o los dedican a escarbar en el suelo "para ver quien vive en ¨¦l", aclara Manuel Moreno, 10 a?os, tambi¨¦n alumno del colegio Picasso. Manuel lo tiene claro: "A m¨ª me gusta m¨¢s cavar que leer libros", afirma.
No es de su opini¨®n Nidia Rabe, 12 a?os, que viene por el parque casi todos los d¨ªas. "Aprend¨ª un mont¨®n de cosas", dice. "Desde que hice el curso", a?ade, " miro a la naturaleza de otra forma; la respeto".
Adem¨¢s, los alumnos participantes en el curso, estudiar¨¢n las plantas del entorno y las costumbres agr¨ªcolas. "Y tambi¨¦n las fiestas que ten¨ªan los labradores", apunta Lara, que no pierde la ocasi¨®n de se?alar que "los huertos escolares son un proyecto de educaci¨®n medioambiental, en el que deber¨ªa implicarse todo el barrio, por lo menos los padres".
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