Una muerte aprendida
De las declaraciones de los m¨¦dicos que efectuaron las autopsias de los cad¨¢veres de las cinco mujeres de cuyas muertes es acusado Joaqu¨ªn Ferr¨¢ndiz se deduce que, en todas ellas, hubo estrangulamiento. Tambi¨¦n se desprende que Ferr¨¢ndiz "aprendi¨®" seg¨²n acumulaba cr¨ªmenes. En una de sus declaraciones ante el juzgado, el ahora acusado se?al¨® que fue de su compa?ero de celda, condenado por la muerte de su esposa, de quien adquiri¨® conocimientos sobre el m¨¦todo de la "asfixia mec¨¢nica". Los forenses indicaron ayer que no provoca una muerte instant¨¢nea, sino que se da un lapso de tiempo entre esta acci¨®n y la parada card¨ªaca que produce. Los cad¨¢veres presentaban s¨ªntomas de violencia. Casi todos estaban maniatados, pero los forenses no pudieron afirmar con rotundidad si las ataduras se efectuaron antes o despu¨¦s de producirse las muertes, debido al avanzado estado de descomposici¨®n en que se hallaban los cad¨¢veres al ser recuperados. Entre los tres cad¨¢veres hallados en Vora Riu y correspondientes a Natalia Archel¨®s, Francisca Salas y Mercedes V¨¦lez, la diferencia m¨¢xima se da en esta ¨²ltima, cuyo cuerpo apareci¨® con una bolsa que le tapaba el rostro. Esta mujer era la que hab¨ªa mantenido una relaci¨®n sentimental con el hermano del acusado cuando ambos eran adolescentes.
En el caso de Sonia Rubio, las lesiones que presentaba su cad¨¢ver eran propias de una acci¨®n violenta respondida con resistencia por parte de la v¨ªctima. De la autopsia a Amelia Sandra Garc¨ªa se desprende una agresi¨®n previa a la muerte, con lesiones en el t¨®rax y en la cabeza. Ferr¨¢ndiz ha admiti¨® que la golpe¨® con una piedra.
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