Demasiado euforia del Gobierno
Los Presupuestos Generales del Estado para el a?o 2000 se presentan en una c¨®moda coyuntura econ¨®mica, similar a la disfrutada durante el resto de la legislatura. En este tiempo, la riqueza creada ha crecido a buen ritmo, se han estabilizado los precios, se han reducido los tipos de inter¨¦s y se han creado un n¨²mero importante de empleos, si bien todav¨ªa se mantiene una excesiva falta de estabilidad en los mismos. Una evoluci¨®n positiva de variables muy importantes, de la que hay que congratularse y desear su continuidad el tiempo m¨¢s dilatado posible para poder luchar contra el alto desempleo, que sigue siendo el principal problema de la sociedad espa?ola.El Gobierno se atribuye todos los m¨¦ritos destacando su gesti¨®n al reducir el d¨¦ficit p¨²blico, rebajar los impuestos, a la vez que consolidaba el gasto social. Con car¨¢cter previo, si los responsables econ¨®micos fueran m¨¢s objetivos, compartir¨ªan los ¨¦xitos con el conjunto de la sociedad y ser¨ªan conscientes de que han visto facilitada su labor por decisiones anteriores y variables ex¨®genas nada despreciables. Siendo un poco m¨¢s exigentes, los resultados obtenidos pueden ser valorados con menos euforia. Cabe preguntarse si el buen ciclo econ¨®mico ha sido aprovechado para asentar las bases de crecimiento futuras y si el reparto de los esfuerzos y los beneficios han sido equilibrados. La respuesta es negativa en ambos casos.
Para consolidar bases firmes de crecimiento se debe ampliar y mejorar la base productiva de un pa¨ªs, logrando una superior utilizaci¨®n de los recursos disponibles (trabajo y capital) con objeto de alcanzar una mayor continuidad en la creaci¨®n de riqueza al aprovechar mejor las etapas al alza de los ciclos econ¨®micos y dulcificar los efectos de las fases de ca¨ªda. Se enumeran tres signos, entre los m¨²ltiples posibles, que muestran una direcci¨®n diferente: el desequilibrio en la balanza de pagos, el diferencial en la inflaci¨®n y la inversi¨®n en I+D.
1. El d¨¦ficit por cuenta corriente en 1999 alcanzar¨¢ una cifra muy elevada (-1,7% del PIB), afortunadamente reducida por el magn¨ªfico a?o del sector tur¨ªstico (-4,5% del PIB el saldo de mercanc¨ªas). Para el a?o 2000 se prev¨¦ aumente hasta el -2,4% del PIB en un escenario de fuerte recuperaci¨®n de las exportaciones. Los argumentos utilizados por el ministro de Econom¨ªa para evaluar esta situaci¨®n no son suficientes (crisis internacional y subida del precio del petr¨®leo) y ocultan la verdadera realidad: la estructura productiva espa?ola no tiene la dimensi¨®n y calidad suficiente para afrontar expansiones de la demanda interna. Los aumentos de consumo e inversi¨®n provocan importantes transferencias de riqueza al exterior, a la par que un endeudamiento de los agentes econ¨®micos limitando las posibilidades de crecimiento futuras.
2. La inflaci¨®n espa?ola no es preocupante por su cifra (2,4%-2,5%), se puede considerar como estabilidad de precios, pero s¨ª lo es el diferencial con los pa¨ªses de la zona euro, en la medida que disminuye la competitividad de los bienes y servicios espa?oles. De igual forma es preocupante su dualidad, al contaminar la formaci¨®n de precios e incorporar inmerecidas transferencias de renta a determinados sectores de actividad.
Dado que no se puede echar la culpa a los salarios, los trabajadores han mostrado un ejercicio de responsabilidad no reconocido; la culpa de la situaci¨®n se debe buscar en la actitud de los empresarios, al fijar beneficios excesivos y r¨¢pidos ayudados por la ausencia de medidas del Gobierno para incrementar la competencia en sectores de actividad clave. El Gobierno amaga pero no da, anuncia medidas pero no legisla y, en cambio, ha desarrollado un proceso de privatizaciones cuyo resultado ha sido cambiar monopolios p¨²blicos por privados. La mayor¨ªa de la poblaci¨®n ha ganado poco mediante las rebajas en los precios de los servicios, y unos pocos grupos econ¨®micos/personas han conseguido ganancias multimillonar¨ªas mediante distintos instrumentos.
3. El Gobierno anuncia un sustancial aumento de la inversi¨®n p¨²blica en materia de I+D. Sin embargo, analizando con detalle los proyectos, se observa que la mayor¨ªa no son ni investigaci¨®n ni desarrollo, sino que se corresponden con procesos de fabricaci¨®n, m¨¢s en concreto de material militar. Los proyectos que se pueden encuadrar dentro de I+D se limitan al 0,15% del PIB, muy lejos de la media de la Uni¨®n Europea y de las necesidades de la econom¨ªa espa?ola.
Ahora bien, los responsables econ¨®micos han aumentado las deducciones en el impuesto de sociedades por este motivo, cuantificando la p¨¦rdida de recaudaci¨®n en 60.000 millones de pesetas. Los responsables de Hacienda conocen muy bien la ineficiencia de este sistema ante la inevitable ausencia de control sobre la realizaci¨®n de la inversi¨®n y la calidad de los proyectos. No obstante, no sorprende la medida al incluirse dentro de la l¨ªnea medular de la pol¨ªtica econ¨®mica del Gobierno: la rebaja de la imposici¨®n sobre la renta. No confundir en ning¨²n caso con rebaja del total de la presi¨®n fiscal que en conjunto ha crecido.
La lista de medidas adoptadas para disminuir las aportaciones de los impuestos directos es amplia y conocida; los resultados, m¨¢s dudosos. Para el Gobierno, magn¨ªficos; para otros, bastante injustos y de dudosa utilidad. En todo caso, en este proceso ser¨ªa imprescindible disponer de la informaci¨®n adecuada para realizar una evaluaci¨®n en profundidad, tarea imposible ante el continuo ejercicio de desprecio aplicado por la Secretar¨ªa de Estado de Hacienda al no publicar la Memoria Tributaria desde 1995. Aunque parezca incre¨ªble en un r¨¦gimen democr¨¢tico, no existen datos oficiales correspondientes al conjunto de la legislatura. Habr¨¢ que pensar que tienen mucho que ocultar para mantener esta pol¨ªtica.
Los an¨¢lisis de elaboraci¨®n propia muestran que las reformas aplicadas en los impuestos directos benefician en mucho m¨¢s medida a las rentas de capital en general y, especialmente, a las personas con ingresos m¨¢s elevados. Si se suma la imposici¨®n sobre el consumo, el resultado para las personas con rentas inferiores todav¨ªa empeora m¨¢s. El peso de los impuestos indirectos ha crecido +1,2 puntos del PIB durante la legislatura.
Un reparto injusto agravado por la contumaz negaci¨®n del Gobierno a aumentar la protecci¨®n de las personas en peor situaci¨®n: los desempleados sin rentas alternativas. Una curiosa decisi¨®n totalmente diferente al trato concedido a los pensionistas que, afortunadamente, han podido acceder a mejores prestaciones. Habr¨ªa que pensar que las decisiones se adoptan con el criterio de la calculadora electoral: los pensionistas son ocho millones y la petici¨®n de ampliaci¨®n de cobertura al desempleo no llegar¨ªa en el mejor de los casos a 300.000 personas.
Por ¨²ltimo, un breve apunte sobre el saneamiento de las cuentas p¨²blicas. Siendo cierta la disminuci¨®n del d¨¦ficit p¨²blico, el grado de saneamiento es muy inferior al publicitado por los responsables econ¨®micos. Considerando los pagos excluidos de forma artificial del presupuesto, el d¨¦ficit de las administraciones p¨²blicas roza el 2% del PIB (0,8% oficial).
Los actuales gestores, caso de ganar las pr¨®ximas elecciones, dif¨ªcilmente podr¨¢n asumir las necesidades de gasto p¨²blico con el modelo de sistema tributario aplicado, sobre todo si el ciclo econ¨®mico se desacelera. El saneamiento de las cuentas p¨²blicas, menor de lo anunciado, y una renuncia a potenciar la imposici¨®n directa reduce seriamente los m¨¢rgenes futuros de actuaci¨®n. El Gobierno carece, de forma premeditada, de una base estable de financiaci¨®n. El sistema tributario creado, adem¨¢s de injusto, tiene serias deficiencias para garantizar la suficiencia que permita a la econom¨ªa espa?ola cumplir con el pacto de estabilidad comunitario en etapas de crisis o de menor crecimiento, y en paralelo mantener el nivel de gasto actual, en especial en su cap¨ªtulo social. Entonces, el doble discurso del Gobierno ser¨¢ imposible de sostener, por lo que deber¨¢ demostrar el apego real a sostener y ampliar un modelo de desarrollo con fuerte car¨¢cter social.
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