Exuberancia tard¨ªa
LA BOLSA espa?ola ha rebasado los 1.000 puntos impulsada por valores cuya caracter¨ªstica principal es su elevada volatilidad y que no se ajustan al paradigma tradicional de empresas con estabilidad y beneficios s¨®lidos. Los valores tecnol¨®gicos, por el contrario, ofrecen al inversor expectativas de beneficio en el futuro, una rentabilidad muy elevada a corto plazo y la hip¨®tesis arriesgada de que dominar¨¢n los mercados en negocios emergentes en el ¨¢mbito de las telecomunicaciones.Hace a?os, en un proceso alcista m¨¢s largo que el que hoy exhibe la Bolsa espa?ola, el respetado presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, expres¨® sus cautelas acerca de las valoraciones que presentaba el mercado de acciones de su pa¨ªs. A aquel aviso sobre la exuberancia irracional le han sucedido otros igualmente significativos de la inquietud con que la autoridad monetaria estadounidense recib¨ªa la evoluci¨®n especulativa de su mercado de acciones y su distancia de las expectativas razonablemente fundadas de generaci¨®n de beneficios de las empresas cotizadas.
La demanda febril de acciones de estas sociedades probablemente es desmedida, y se explica tambi¨¦n por el retraso con que han llegado a la Bolsa espa?ola. La tard¨ªa liberalizaci¨®n del mercado de las telecomunicaciones en Espa?a, todav¨ªa inconclusa, ha embalsado el potencial especulativo de las empresas que operan en ¨¦l. Si adem¨¢s se tienen en cuenta factores tales como el desplazamiento general de las inversiones hacia la renta variable, las perspectivas de un crecimiento econ¨®mico notable, los tipos de inter¨¦s bajos y la atm¨®sfera de euforia, se tendr¨¢ una explicaci¨®n aproximada de la explosi¨®n en Bolsa de los valores de telecomunicaciones.
Pero que el fen¨®meno sea explicable no significa que no sea inquietante. Est¨¢ distorsionando el conjunto del mercado burs¨¢til, contaminado por el volumen de contrataci¨®n excesivo y por la volatilidad de esos nuevos t¨ªtulos. Si del ¨ªndice general de la Bolsa de Madrid o del Ibex 35 se descuenta la intensa presi¨®n especulativa de los valores tecnol¨®gicos, el resultado es un parqu¨¦ plano, con m¨¢s p¨¦rdidas que ganancias, m¨¢s representativo de la situaci¨®n de la mayor¨ªa de los inversores espa?oles.
Para corregir esa distorsi¨®n y evitar crisis catastr¨®ficas en la cotizaci¨®n, es necesario y urgente que, tal como ocurre en EEUU con el Nasdaq y en el resto de Europa con el Easdaq, se arbitre una plataforma de contrataci¨®n espec¨ªfica para los valores m¨¢s especulativos, de mayor potencial de revalorizaci¨®n y con mayores riesgos asociados. El celo pertinente que la CNMV pone en sus dict¨¢menes sobre la viabilidad de las empresas que salen a Bolsa tiene que extenderse, de forma m¨¢s intensa si cabe, a la informaci¨®n continuada a los inversores sobre la naturaleza de estos valores.
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