Italia: pol¨ªtica y moralidad
Estimado se?or Sch?uble, estimados dirigentes de la Uni¨®n Cristiana Democr¨¢tica alemana (y tambi¨¦n usted, estimado presidente Aznar, por los motivos que explico en la posdata):Vuestro comportamiento en el caso Kohl ha estado regido por un rigor ejemplar y admirable. Por lo menos hasta este momento, y por lo menos en comparaci¨®n con los criterios existentes en el mundo pol¨ªtico italiano. En efecto, en un primer momento, el ex canciller neg¨® -y m¨¢s de una vez- la existencia de fondos negros del partido, admitida, sin embargo, por el ex tesorero Kiep. Y vosotros, en vez de contentaros con lo declarado por Kohl, le hab¨¦is convocado ante la direcci¨®n del partido y le hab¨¦is obligado, el 26 de noviembre, a reconocer que hab¨ªa mentido. Y hab¨¦is prometido a vuestros militantes que esto s¨®lo era el primer paso, y que os compromet¨ªais a aclarar todo el asunto, impidiendo cualquier impunidad incluso a los m¨¢ximos niveles. Y, por otra parte, ?qu¨¦ nivel hay m¨¢s alto que el de Helmut Kohl?
Digo que es un rigor admirable porque no hab¨¦is acusado a los acusadores de Kohl, sino que, por el contrario, os hab¨¦is limitado a la m¨¢xima Amicus Plato, sed magis amica veritas. Y no se trataba de un amigo cualquiera, de un ex dirigente cualquiera, sino de un hombre que en la historia de la Alemania moderna est¨¢, por importancia, a la altura de Bismarck (no tomo en consideraci¨®n a Hitler por motivos evidentes). Un "monumento hist¨®rico", un "padre de la patria", el hombre al que hay que reconocer el m¨¦rito de haber soldado la tr¨¢gica fractura que dividi¨® a vuestro pa¨ªs durante medio siglo. Y que ha dado una contribuci¨®n imprescindible al nacimiento del euro. El hombre al que incluso los adversarios m¨¢s feroces se ven obligados a admirar.
Y, sin embargo, incluso ante m¨¦ritos tan excepcionales, no hab¨¦is dudado. Hab¨¦is sido intransigentes. En primer lugar est¨¢ la ley. La ley es igual para todos. Y eso a pesar de que en Alemania las violaciones en la financiaci¨®n a los partidos para las elecciones no est¨¢n castigadas con la c¨¢rcel, sino s¨®lo con multas administrativas (aunque sean bastante fuertes). Son, en resumen, delitos menos graves que un delito "normal", incluso econ¨®mico. ?A vosotros mi admiraci¨®n!
Puede ser que mi asombro os asombre, que mis apreciaciones os parezcan exageradas. S¨®lo hab¨¦is cumplido con vuestro deber. Y hab¨¦is actuado en consonancia con los pol¨ªticos de toda Europa, ya sean conservadores o socialdem¨®cratas. Un ex ministro de la se?ora Thatcher, tan brillante como para ser considerado el futuro l¨ªder de los conservadores brit¨¢nicos, est¨¢ hoy cumpliendo seis meses de c¨¢rcel por haber mentido sobre una factura de hotel por valor de tres mil marcos (tres mil -260.000 pesetas-, hab¨¦is le¨ªdo bien): no lo hab¨ªa pagado ¨¦l, sino un emir ¨¢rabe. Sus compa?eros de partido no han insultado a los jueces, no han organizado una persecuci¨®n, han aceptado las consecuencias de la divisi¨®n de poderes y se han dedicado a la b¨²squeda de un nuevo l¨ªder.
Dominique Strauss-Kahn, superministro franc¨¦s de Econom¨ªa y sucesor in p¨¦ctore de Jospin, dimiti¨® nada m¨¢s saber que era objeto de una investigaci¨®n judicial (menos de 17 millones de pesetas por prestaciones profesionales quiz¨¢ no realizadas). Los socialistas franceses no han puesto el grito en el cielo denunciando un "golpe judicial", y mucho menos han declarado que Chirac era el "promotor" de la decisi¨®n de los jueces. Han declarado su confianza en el proceso y Jospin ha sustituido a su ministro.
?sta es, por tanto, la normalidad europea por lo que concierne a las relaciones entre pol¨ªtica y moralidad, entre pol¨ªtica y ley. Vuestro rigor en el caso Kohl, que yo encuentro admirable, probablemente es para vosotros s¨®lo obvio, de obligado cumplimiento, descontado. En Italia, sin embargo, las cosas no funcionan as¨ª. No funcionan como en Europa.
Tambi¨¦n lo sab¨¦is vosotros. Pero, ?lo sab¨¦is realmente? En Italia, los parlamentarios bajo proceso, o ya condenados, por delitos grav¨ªsimos son numerosos y su impunidad est¨¢ siempre garantizada por la solidaridad de los otros pol¨ªticos. Se ha pedido el arresto de uno de ellos, Marcello dell"Utri, por asuntos de mafia (mafia, no financiaciones no declaradas). A otro, Cesare Previti, por corrupci¨®n de magistrados (corrupci¨®n de magistrados, no financiaciones no declaradas). Y as¨ª sucesivamente.
Y Silvio Berlusconi, l¨ªder de Forza Italia y de la coalici¨®n de la oposici¨®n, ya ha sido condenado (?condenado!) en primera instancia en tres ocasiones: un a?o y cuatro meses por fraude contable (condonados si no se le aplican otras condenas definitivas); dos a?os y cuatro meses por financiaci¨®n ilegal (casi 1.700 millones de pesetas) del PSI de Craxi, dos a?os y nueve meses por corrupci¨®n (soborno a la Guardia de Finanzas).
Adem¨¢s, ha sido enviado a juicio (lo que significa que un magistrado diferente del fiscal ya ha establecido que existen elementos suficientes para celebrar el proceso) por fraude contable en otras dos causas (una de las cuales se refiere a la compra de un futbolista para el Milan), y una tercera por corrupci¨®n, relativa a la adquisici¨®n de un coloso de la industria alimentaria vendido regularmente por el IRI al grupo De Benedetti y que acab¨® en manos de una cordada Berlusconi-Barilla, etc¨¦tera, gracias a la intervenci¨®n del entonces primer ministro Craxi y a las sentencias de jueces que hoy est¨¢n acusados de haber sido comprados. Por lo que se refiere a sus relaciones con la Mafia: Berlusconi ha tenido durante largo tiempo como caballerizo en su casa de Arcore a un jefe de la Mafia, Mangano (con varias condenas definitivas, cadena perpetua incluida). ?Hasta d¨®nde puede llegar la ingenuidad?
Por otra parte, Berlusconi ya fue declarado culpable, incluso en apelaci¨®n en el lejano 1990, por falso testimonio (neg¨® haber pagado la cuota de inscripci¨®n a la logia mas¨®nica desviada de Licio Gelli, la famosa P2). En ese caso fue absuelto por "amnist¨ªa sobrevenida", que habr¨ªa podido rehusar si hubiera querido recurrir al Tribunal Supremo para que se reconociera su inocencia. Pero las pruebas contra ¨¦l eran clar¨ªsimas. Iron¨ªa del destino: esa amnist¨ªa tambi¨¦n sirvi¨® para que quedaran impunes pol¨ªticos acusados de financiaci¨®n ilegal; Berlusconi se ha pronunciado contra ella en estos d¨ªas, afirmando que ha permitido que los comunistas no fueran inculpados por los fondos recibidos de la antigua URSS.
Ya sab¨¦is c¨®mo ha reaccionado Berlusconi a estos juicios y a estas condenas. ?Pero lo sab¨¦is de verdad? Lo de los jueces es una conspiraci¨®n de las "togas rojas" (?algunos de estos magistrados pertenecen a la corriente m¨¢s derechista de la magistratura!), un atentado contra la Constituci¨®n, un asesinato pol¨ªtico disfrazado de acci¨®n judicial, cuyos promo-
tores son los dirigentes del Partido Democr¨¢tico de la Izquierda (el partido de la mayor¨ªa), y as¨ª sucesivamente. El tono, en realidad, es mucho m¨¢s violento, amenazador, insultante, de lo que yo he resumido con sobriedad.Estamos a a?os luz de la declaraci¨®n de que "la justicia siga su curso" con la que casi todos los pol¨ªticos, tanto en el Reino Unido como en Alemania, tanto en Francia como en Espa?a, acatan una investigaci¨®n judicial. Ante el caso Kohl ya hab¨¦is constituido en Alemania una comisi¨®n parlamentaria de investigaci¨®n que podr¨¢ actuar en un amplio radio de acci¨®n y, por tanto, aclarar cualquier eventual caso de financiaci¨®n oculto. En Italia, Berlusconi exige tambi¨¦n una comisi¨®n parlamentaria, pero para que se investigue no la corrupci¨®n pol¨ªtica, sino a los magistrados de Manos Limpias, que han combatido y combaten esa corrupci¨®n (Tangent¨®poli).
?sta es hoy la pol¨ªtica en Italia. El mundo al rev¨¦s, en pocas palabras. Por lo menos respecto a como se concibe en Europa. Y perdonadme si insisto una vez m¨¢s: ?pero lo sab¨¦is de verdad? Porque si lo sab¨¦is de verdad, entonces mi admiraci¨®n por el rigor con el que hab¨¦is afrontado vuestras desgracias se convierte en una admiraci¨®n sin l¨ªmites: prest¨¢is atenci¨®n a la paja en vuestro ojo (caso Kohl) mientras descuid¨¢is o perdon¨¢is la viga en el ojo de los dem¨¢s (caso Berlusconi). Os est¨¢is comportando con una moralidad que va incluso m¨¢s all¨¢ del evangelio. En efecto, acab¨¢is de acoger a Berlusconi en el Partido Popular Europeo (PPE), legitim¨¢ndolo plenamente. Y no pod¨¦is invocar la distinci¨®n seg¨²n la cual hab¨¦is aceptado no a Berlusconi, sino a Forza Italia. Porque esto s¨ª que lo sab¨¦is: Forza Italia es Berlusconi, y sin Berlusconi (y su monopolio de la televisi¨®n comercial, otra curiosidad italiana que ning¨²n pa¨ªs europeo aceptar¨ªa), ese partido ser¨ªa s¨®lo un ectoplasma. Por lo que, si os aferrarais a una distinci¨®n tan insostenible, entrar¨ªais de nuevo en el campo del evangelio, pero bajo la etiqueta de "sepulcros blanqueados".
Entonces: ?c¨®mo es posible que en vuestra casa acept¨¦is una pol¨ªtica tan rigurosamente respetuosa de la magistratura y, despu¨¦s, en Europa legitim¨¦is al pol¨ªtico que ha convertido el insulto y la agresi¨®n a la magistratura en su actividad cotidiana, obsesiva y casi ¨²nica? ?Pens¨¢is que "vuestra casa" quiere decir s¨®lo Alemania? ?Hab¨¦is dejado de creer que nuestra casa com¨²n ya es Europa? ?Despreci¨¢is hasta tal punto a Italia como para pensar que en Italia se le puede permitir a un pol¨ªtico lo que es inadmisible (incluso en dosis m¨ªnimas, homeop¨¢ticas) en Alemania o en Francia? En este caso, sed coherentes: ?no admit¨¢is a Berlusconi en el Partido Popular Europeo, pedid la expulsi¨®n de Italia de la Uni¨®n Europea! ?No os dais cuenta del crimen que comet¨¦is si dej¨¢is que sistemas que son normales s¨®lo en la Rusia de Yeltsin sean legitimados en Europa?
Por tanto, ten¨¦is una tarea que cumplir si pens¨¢is que la coherencia es un deber para un pol¨ªtico: o ped¨ªs perd¨®n a Kohl por haberle criticado por tan poco (casi nada respecto a lo que sucede en Italia) o reconsider¨¢is la admisi¨®n de Berlusconi en el Partido Popular Europeo.
Posdata:
Estimado presidente del Gobierno espa?ol, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, el caso Berlusconi le concierne mucho m¨¢s de lo que concierne a los dirigentes de la CDU. Su partido no se ha visto implicado en un esc¨¢ndalo como el caso Kohl, por lo que se presume que se inspira en criterios de moralidad pol¨ªtica incluso m¨¢s rigurosos. Adem¨¢s, la justicia espa?ola est¨¢ investigando a Berlusconi, y por tanto, las acusaciones de Berlusconi contra la autonom¨ªa judicial (pilar de la moderna divisi¨®n de poderes, sin la cual se vuelve al soberano legibus solutus) atacan directamente a vuestras instituciones democr¨¢ticas. En resumen, los delitos de los que Berlusconi est¨¢ acusado en Espa?a han podido suceder, como lo saben hasta las piedras, en virtud de las relaciones que Berlusconi, gracias a la estrech¨ªsima amistad con Craxi, pudo establecer en su tiempo con el poder socialista espa?ol. Precisamente su victoria electoral, estimado presidente Aznar, ha dado impulso y alentado el trabajo (por otra parte, aut¨®nomo) de los jueces en el descubrimiento de los delitos cometidos por Berlusconi. Es parad¨®jico, por tanto, que ahora usted se convierta en promotor de una legitimaci¨®n europea de Berlusconi que tiene el claro efecto de suministrar armas a la campa?a de este dirigente pol¨ªtico contra los magistrados aut¨®nomos e imparciales y de alentar un clima favorable a la impunidad de los pol¨ªticos corruptos.
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