A humo de pajas
JAVIER MINA
Cuenta Miguel ?ngel Asturias en Hombres de ma¨ªz que un indio se estaba muriendo y pidi¨® vi¨¢tico, pero al vivir donde Ulises perdi¨® el flequillo, de no ser que lo perdiera otro viajero m¨¢s nuestro y conquistador, todo fueron dificultades para el cura encargado de administr¨¢rselo: "Como el camino era muy trabajoso, el cura perdi¨® la hostia y al llegar al rancho, no encontrando otra cosa as¨ª delgadita que darle al enfermo, agarr¨® una cucaracha y le quit¨® un ala. El indio en las ¨²ltimas, boqueando, mientras el tata cura, a la orilla del tapexco le dec¨ªa: ?Crees en Jesucristo...? S¨ª, creo, contestaba el indio. ?Crees que en este pedacito est¨¢ su sant¨ªsimo cuerpo? S¨ª, creo... Pues si es as¨ª, abr¨ª la boca... En este momento, el indio apart¨® la mano al padre y dijo: S¨ª creo, pero no me lo trago".
Pues a un servidor, e intuyo que a muchos, les pasa lo mismo. Quiero decir con el ¨®rdago que Arzalluz, ?o ser¨¢ todo el PNV?, le ha echado a ese eufemismo llamado HB. Y es que esto del mus calienta mucho la sangre, y nunca mejor dicho. Como ETA ech¨® su ¨®rdago a la grande, Arzalluz o Egibar o el PNV -?entero?-, creyeron que deb¨ªan ech¨¢rselo a peque?a, a menos que fuera a pares, a pares de lo que todos sabemos. Si ETA comete un atentado -?por qu¨¦ no bastar¨¢ con la posibilidad de cometerlo?-, un atentado mortal, porque con los otros, con los que cometen sus pinches, ya sabemos qu¨¦ pasa, el PNV -?y Arzalluz, Egibar o Ibarretxe?- exigir¨¢ firmemente a HB que se desmarque de la violencia, de lo contrario disolver¨¢n el Parlamento y convocar¨¢n elecciones. Pues bien, esto es lo que creo, pero no trago. Creo que lo piensan y que a lo mejor lo creen, pero no trago que lo puedan llevar a cabo. Porque el ¨®rdago est¨¢ desprovisto del ¨²nico mecanismo capaz de posibilitarlo.
En efecto, cuando escogi¨® entrar en Lizarra, el PNV renunci¨® exigir a HB que condenara la violencia porque de lo contrario no habr¨ªa entrado ya que HB no le hubiera consentido semejante envite. Desde entonces el PNV pas¨® de hablar de condena a hablar de distancia con la violencia perdiendo por la misma la jugada. Eso s¨ª, a cambio, consigui¨® seguir dentro de la partida. Aunque s¨®lo fuera para ir perdiendo hasta la camisa. Y ahora que ha perdido unos cuantos amarrakos m¨¢s repleg¨¢ndose al ¨®rdago que le han echado los terroristas, ahora intenta manejar un instrumento al que renunci¨® hace ya demasiado tiempo. ?Por qu¨¦ no ha dado tambi¨¦n su correspondiente golpe en el tapete y ha sustituido el t¨¦rmino distancia por el t¨¦rmino condena? La manera inequ¨ªvoca de saber si ante un atentado de ETA, HB tomaba la distancia suficiente y necesaria era conden¨¢ndolo expresamente. Lo dem¨¢s corre al albur de la interpretaci¨®n. Oh, s¨ª, se han distanciado un poco, mucho, bastante, ?se han distanciado m¨¢s que ayer y menos que ma?ana?
Por eso a Egibar, Arzalluz y a casi todo el PNV, porque quien calla otorga, les ha salido un ordaguillo que no se lo cree ni el principiante m¨¢s romo, por lo que, una vez desprovisto de su car¨¢cter de amenaza, queda pat¨¦tico. Peor a¨²n, queda como humo destinado menos a los participantes en el pulso que a los mirones. Puesto que tratar¨ªa de cubrir su resignaci¨®n de facto a los dictados de ETA (y en que ha cedido no hay ninguna duda porque con su mayor arrimo a HB est¨¢ intentando decirle que sigue adelante el proceso de construcci¨®n nacional que ETA desea) bajo la nube de un rechazo y una firmeza que carece de consistencia. Lo m¨¢s gracioso de todo es que cuando alguien se lo dice monta en c¨®lera. Pero no por ello convence m¨¢s. Porque no entra a discutir el fondo del asunto, ¨¦se en que se muestran contradictorios, sino a quedarse en las nubes de la descalificaci¨®n y del exabrupto a?adiendo as¨ª otra cortina de humo a las muchas que viene confeccionando y cuya existencia bastar¨ªa para probar que el verdadero fuego se cuece por debajo.
Encabezaba estas l¨ªneas mencionando a los hombres de ma¨ªz, en quienes Miguel ?ngel Asturias quer¨ªa radiografiar la integridad y las ra¨ªces, pero a¨¦reas y transparentes. ?Por qu¨¦ no habr¨ªan de imponerse aqu¨ª los hombres de lo mismo en vez de tanto hombre de paja?
Anasagasti y Arzalluz, en una rueda de prensa./ SANTOS CIRILO
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