"No quer¨ªa perder un a?o en la mili"

Alfonso Raig¨®n teme que en sus notas de este curso aparezca alg¨²n que otro suspenso. Y es que este estudiante granadino de 4? de Derecho no sabe de d¨®nde sacar tiempo para enfrentarse con los libros.Las clases y, sobre todo, la prestaci¨®n social sustitutoria que realiza en la Universidad de Granada por mutuo acuerdo le absorben la mayor parte de la jornada.

Raig¨®n, de 25 a?os, acude cada d¨ªa, de lunes a viernes, a las ocho de la ma?ana a la Vicesecretar¨ªa General de la instituci¨®n docente. All¨ª, hasta las tres de la tarde, atiende a otros j¨®venes objetores de conciencia que, como ¨¦l, desean realizar la prestaci¨®n en la universidad. "Act¨²o como mediador entre el Ministerio de Interior y la universidad. Informo a los estudiantes de los requisitos y tr¨¢mites que deben cumplir para integrarse en las oficinas del Rectorado o en alg¨²n departamento", explica.

Por la tarde, Raig¨®n acude a sus clases. Y, por la noche, saca fuerzas para estudiar. A¨²n as¨ª, prefiere su actual situaci¨®n al servicio militar. "Me hice objetor porque no quer¨ªa perder un a?o de mi vida en la mili. Con toda seguridad me hubieran enviado a otra ciudad, porque en Granada apenas quedan cuarteles, y no podr¨ªa haber seguido estudiando", aclara.

Raig¨®n ha comprobado que hacer novillos en la prestaci¨®n social no es tan f¨¢cil como en el colegio. "Escaquearse es complicado, aunque hay quien logra aparecer por su puesto s¨®lo para firmar. En cualquier caso, siempre que he necesitado ausentarme por cuestiones personales no me han planteado inconvenientes".

En Granada, los objetores suelen dedicarse a la organizaci¨®n de actividades culturales, a la difusi¨®n de cursos de los departamentos, a labores de apoyo en bibliotecas y aulas de inform¨¢tica.