Los vecinos afirman que la pobreza convierte Ciutat Vella en un polvor¨ªn
Ciutat Vella vive una situaci¨®n "alarmante y explosiva" ante la indiferencia de las administraciones p¨²blicas. ?sta es la visi¨®n del distrito que tienen sus asociaciones de vecinos. Ayer presentaron un documento en el que proponen una serie de medidas que favorezcan la convivencia en la zona. El texto est¨¢ firmado por todas las asociaciones vecinales y adem¨¢s por SOS Racismo, UGT y Comisiones Obreras. Alfred Clemente, miembro de Comisiones, dijo que una chispa puede provocar un desastre como los disturbios racistas de Terrassa.
La primera medida propuesta en el manifiesto vecinal es la mejora de la vigilancia preventiva en las calles. Las quejas sobre la actitud de la Guardia Urbana son m¨¢s que duras. "Si buscamos un guardia, ya sabemos d¨®nde hay que ir a buscarlo", dice Pep Garc¨ªa, presidente de la Asociaci¨®n de Vecinos del Raval, y a continuaci¨®n cita el nombre de un restaurante de la Barceloneta y de cuatro bares de Poble Sec. Y a?ade: "Dicen que faltan efectivos, pero en cada centro hay un intendente, dos subintendentes, cinco sargentos... Y todos con coche oficial". Las quejas son mayores cuando se sabe que una zona del distrito (la comercial) dispone de un servicio suplementario de vigilancia a base de pagar horas extras a los guardias, mientras que las zonas m¨¢s deprimidas no tienen ni el extraordinario ni el ordinario porque los guardias ni aparecen. "Y no es ahora que est¨¢n en huelga, es regularmente".Pero el de la inseguridad es un problema que se superpone a otros en una zona cuyos indicadores de capacidad econ¨®mica, educaci¨®n y servicios est¨¢n por debajo de los del resto de la ciudad. A ello se a?ade que en el distrito, con una poblaci¨®n de 90.000 habitantes, hay 26.000 ancianos y 13.000 inmigrantes, bien entendido que el problema de los inmigrantes no es su origen, sino las condiciones de pobreza en que viven. "Algunos tienen becas para comedor escolar y libros; pero hoy [por ayer], a tres meses del inicio del curso, los libros no han llegado", a?ade Garc¨ªa, seg¨²n el cual las grandes obras del Raval s¨®lo sirven para tapar la marginalidad que se vive en sus calles interiores, con pensiones clandestinas, que proliferan, y pisos alquilados donde se hacinan decenas de personas.
Especulaci¨®n inmobiliaria
Gl¨°ria Fontcuberta, de la Asociaci¨®n de Vecinos del Casc Antic, denuncia que algunas de las rehabilitaciones hechas con aportaciones p¨²blicas han servido para enriquecer a las inmobiliarias y desplazar a residentes. Se ha favorecido, opina, la especulaci¨®n inmobiliaria, y la poca vivienda social que se ha promovido ha sido s¨®lo para los expropiados, obviando otros casos de necesidad patente, de forma que las rehabilitaciones acaban expulsando a los jubilados de sus espacios tradicionales. Pep Mir¨®, de la misma asociaci¨®n, habla de un clima envenenado y asegura que, si no ahora, en cuanto llegue el verano y el ocio nocturno vuelva a la Ribera, reaparecer¨¢n los conflictos. "Los trabajadores no podemos dormir y nadie parece poner coto", explica.
Pero el problema m¨¢s serio es la estrecha asociaci¨®n entre inmigraci¨®n y miseria. "Si en el Raval alguien actuase como en Terrassa [atacando a los inmigrantes], el problema tendr¨ªa mayor repercusi¨®n. Y si no pasa es por el papel amortiguador que est¨¢n asumiendo las entidades vecinales, al margen de las autoridades", opina Clemente. Pero si persisten los problemas, si no se atiende a las voces de los que soportan el d¨ªa a d¨ªa, si se sigue dejando pudrir la situaci¨®n, las posibilidades de convivencia disminuyen. "La soluci¨®n pasa por un cambio de chip en la Administraci¨®n", afirma Clemente.
Adem¨¢s de medidas de choque, los vecinos reclaman la aprobaci¨®n de la Ley de Extranjer¨ªa antes de las elecciones generales.
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