Sampiero se?ala que su historia de "Hoy empieza todo" apela a la cabeza y al coraz¨®n
El maestro que inspir¨® la ¨²ltima pel¨ªcula de Tavernier publica un relato basado en el gui¨®n
"Pongo a prueba mi mirada con ellos y no alcanzo a conocerme, sino a abrirme. La hierba de la infancia me reconcilia". Fruto de esta apertura al mundo, de su compromiso social y del cari?o hacia sus peque?os alumnos, el maestro Dominique Sampiero (Le Quesnoy, Francia, 1954) inspir¨® con su vida y con su participaci¨®n el gui¨®n Hoy empieza todo, la ¨²ltima pel¨ªcula de Bertrand Tavernier. Muy cr¨ªtico con el sistema educativo franc¨¦s, Sampiero sue?a con utop¨ªas de cambio y se?ala: "La pel¨ªcula pretende despertar las ideas, pero tambi¨¦n las emociones, apela a la cabeza y al coraz¨®n".
Esta vez ha ocurrido al rev¨¦s de lo habitual, porque el libro de relatos El tiempo cautivo (Pre-Textos) ha surgido a partir del gui¨®n, de las situaciones y del paisaje de fondo descritos en Hoy empieza todo. Convertida la pel¨ªcula en una de las producciones independientes que ha suscitado mayor inter¨¦s entre el p¨²blico europeo -Espa?a incluida-, Sampiero visit¨® ayer Madrid para clausurar un ciclo dedicado por el Instituto Franc¨¦s a Bertrand Tavernier. Con el mismo aire inconfundible de maestro de escuela infantil que el actor Philippe Torreton despliega en la pantalla, el profesor original estuvo acompa?ado de Tiffany Tavernier, hija del cineasta, pareja de Sampiero y coguionista de la pel¨ªcula.Hijo de obreros y maestro por voluntad de su padre, Dominique Sampiero analiza de este modo esa desoladora realidad de una escuela de p¨¢rvulos en un pueblo del norte de Francia que aparece en la pel¨ªcula: "La escuela p¨²blica francesa ha fracasado en su misi¨®n de organizar la diferencia. Los discursos pol¨ªticos sobre la educaci¨®n son falsos, porque siempre aluden a la igualdad de oportunidades. Pero habr¨ªa que administrar una igualdad de las diferencias de forma tal que padres, profesores, alumnos o vecinos compartan el poder de la escuela para transmitirse unos a otros sus distintos saberes". Sampiero ha propuesto p¨²blicamente una auditor¨ªa de las inversiones educativas en Francia para que se reequilibren los medios destinados a las escuelas de zonas ricas y los colegios de barrios humildes.
Atenta a la conversaci¨®n, Tiffany Tavernier opina que muchos maestros comienzan su tarea con ganas e ilusi¨®n, pero "pasan r¨¢pidamente del entusiasmo a la amargura". "Hace 50 a?os", agrega la coguionista, "la educaci¨®n significaba una puerta de salida para el mundo obrero. Sin embargo, hoy d¨ªa resulta m¨¢s dif¨ªcil para los docentes comprometidos tener la fe de sus antecesores, porque la v¨ªa de salida se cierra para los alumnos de barrios obreros o marginados. Tras a?os de ejercicio, el des¨¢nimo cunde en medio de un ambiente de problemas sociales, violencia, drogas o alcoholismo".
Desde la perspectiva de 25 a?os de lidiar con ni?os de una escuela infantil, Dominique Sampiero detesta la palabra vocaci¨®n, y lo explica as¨ª: "Ense?ar es una relaci¨®n de intercambio, y no una vocaci¨®n. En la educaci¨®n no existe el intercambio entre el individuo y las instituciones; se ha perdido el rostro de los ni?os, de los alumnos, de los padres... Pedagogos o pol¨ªticos s¨®lo se ocupan de teor¨ªas o de estad¨ªsticas".
Hacer estallar las minas
Despu¨¦s de confesar que lloraron, sufrieron y discutieron mucho al escribir el gui¨®n, Tiffany Tavernier comenta: "Tuve que sacar todas las minas que Dominique llevaba dentro de s¨ª y las hice estallar en las emociones de la pel¨ªcula. Los profesores llegan a situaciones como la del protagonista de Hoy empieza todo, es decir, que se preguntan tras a?os de docencia si ellos son realmente interesantes y ¨²tiles".
Iconoclasta y radical, Sampiero ataca sin piedad a las castas intelectuales francesas que, en su opini¨®n, "erigen capillas a las ideas y sostienen que las emociones son patol¨®gicas". La pareja coincide en criticar la separaci¨®n entre las emociones y las ideas que, a su juicio, planea sobre la sociedad francesa. Dominique Sampiero habla desde el pragmatismo y la vida cotidiana, desde esa proclama contenida en su libro de "yo no les ense?o sino a mirar la tierra, a sentirla bajo sus pies firme; les llevo de la mano".
"Mi experiencia me dice", manifiesta el escritor y maestro, "que las emociones han movido mis certezas hasta el punto de que esas dudas me han obligado a buscar sentido. Creo que las emociones son el motor de cualquier b¨²squeda". Tanto Tavernier como Sampiero opinan que la cr¨ªtica literaria y cinematogr¨¢fica francesa participa tambi¨¦n de esa tendencia a separar los sentimientos y la raz¨®n.
Autor de relatos, poemarios y peque?os ensayos desde hace 15 a?os, la obra de Dominique Sampiero no hab¨ªa sido traducida en Espa?a hasta El tiempo cautivo, una narraci¨®n realista y l¨ªrica a un tiempo. Escritor y profesor, Sampiero comenta con iron¨ªa que un maestro ha de ser tambi¨¦n un buen actor. "Los primeros d¨ªas de rodaje", cuenta Tiffany Tavernier, "Torreton no consegu¨ªa que los ni?os le obedecieran. Tuvimos que recurrir a Dominique, quien le aconsej¨® a Torreton que deb¨ªa interpretar de verdad su papel de maestro ante los ni?os". "Al fin y al cabo", apostilla Sampiero, "los peque?os alumnos son un p¨²blico, uno de los m¨¢s exigentes".
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