Olavide cambia su suerte
Se ha difundido ampliamente la intenci¨®n de la concejal¨ªa del distrito de Chamber¨ª de reformar de nuevo la plaza de Olavide.Ello indica que, si despu¨¦s de tantos a?os clamando por su reforma sin ¨¦xito, por fin se reforma y a los seis meses se pretende reformarla de nuevo, la Concejal¨ªa de Obras del Ayuntamiento, promotora del proyecto, y la Concejal¨ªa de Chamber¨ª, que lo aprob¨®, han errado hasta l¨ªmites insostenibles, como ya advertimos los vecinos que pod¨ªa ocurrir, por su empecinamiento y no querer escucharnos, porque, como dicen muchos vecinos, nadie reforma su casa de nuevo si advierte de inmediato que se ha equivocado.
Por eso los vecinos no nos fiamos, ni ser¨ªa justo fiarnos, del proyecto del nuevo concejal de la Junta Municipal de Chamber¨ª porque no ha cambiado ni el m¨¦todo ni el procedimiento ni la profesionalidad para llevar a buen fin una nueva reforma. De ah¨ª que los vecinos estemos preparando un proyecto que sea acorde con las opiniones y sugerencias de ellos mismos sobre la plaza, recogidas en cientos de encuestas.
En sinton¨ªa con las palabras del arquitecto Ricardo Aroca, que se quejaba de la tradicional y casi secular mala suerte de la plaza de Olavide, ha llegado la hora de cambiar definitivamente la suerte de este espacio p¨²blico urbano madrile?o y chamberilero, y dotar a la plaza del encanto, la innovaci¨®n, la gracia y la nobleza que la plaza se merece.
Al mismo tiempo, la plaza tiene una utilizaci¨®n dif¨ªcil de superar en Madrid. La afluencia a ella de cerca de 1.500 personas diarias en algunas ¨¦pocas del a?o durante varias horas, entre ni?os/as, adultos, mayores, as¨ª como de visitantes de las terrazas de la plaza, muestra bien a las claras la carencia de suficientes espacios p¨²blicos de recreo y de descanso en el barrio, y obliga a cubrir unas necesidades vecinales para ocupar y compartir el tiempo libre sin que los vecinos m¨¢s pr¨®ximos a la plaza sufran molestias e incomodidades.
Los vecinos se han pronunciado claramente:
1. Quieren una plaza verde, con ¨¢rboles que den sombra en las ¨¦pocas de calor, que disminuya la solanera en que la han convertido por su ineptitud los responsables de su reforma y que se restituya a la plaza el microclima que ten¨ªa, porque si perdemos los ¨¢rboles lo perdemos todo.
2. Es imposible cambiar la mala suerte de Olavide sin eliminar el recinto para los perros en la plaza. Basta ya que la plaza de Olavide siga siendo una perrera municipal permanente al aire libre. ?A qu¨¦ van los perros en masa a la plaza? A defecar, en palabras del anterior concejal, Garc¨ªa-Alarilla, o sea, a cagar, orinar, ladrar, pelearse, convirtiendo la plaza en un lugar insalubre y peligroso. Lo ha dicho Juan Antonio Herrero Brasas, profesor de ¨¦tica en el Estado de California: "La falta de higiene p¨²blica proyecta una imagen de Espa?a propia de un pa¨ªs subdesarrollado e inculto. La falta de higiene, esa insensibilidad hacia la suciedad, es algo que nos separa abismalmente de Europa, de esa Europa exquisita, creativa, esa Europa que despierta la admiraci¨®n, la Europa del prestigio". El Ayuntamiento, con su inercia e ineptitud, se est¨¢ cargando a diario varias ordenanzas.
3.Hay que ordenar los espacios de juego y de recreo para los ni?os/as instalando m¨¢s espacios, m¨¢s juegos y mejor ordenados. La plaza, ocupada por cientos de ni?os/as, se ha convertido en una miniciudad deportiva, pero ca¨®tica. Los balones vuelan por todas partes y por encima de las cabezas de los dem¨¢s.
4.Dif¨ªcilmente cambiar¨¢ la suerte de Olavide si no existe m¨¢s limpieza general y m¨¢s vigilancia, y en ello, la principal responsabilidad tambi¨¦n es de la junta municipal, que tendr¨¢ que apoyarse en los vecinos y en los propietarios de los negocios, principalmente de los bares, y solicitar su colaboraci¨®n. Es necesario recuperar la zona de Olavide para que muchos locales cerrados o que cierran apenas se abren puedan mirar con optimismo su futuro. Los vecinos promoveremos y solicitaremos la bandera azul para Olavide, un s¨ªmbolo de limpieza y de salud. - y 130 firmas m¨¢s.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.