Videojuegos y mu?ecos electr¨®nicos copan la demanda navide?a
El consumo de juguetes superar¨¢ este a?o los 180.000 millones de pesetas
Videojuegos, artilugios electr¨®nicos, mu?ecos y entretenimientos de mesa. La carta infantil a los Reyes Magos o a su rival Pap¨¢ Noel indica estas preferencias. De ellas dan fe varias cadenas comerciales consultadas y la Asociaci¨®n Espa?ola de Fabricantes de Juguetes, que espera que el consumo supere los 115.121 millones de pesetas del a?o pasado. A ello hay que a?adir la estimaci¨®n del valor de las ventas de videoconsolas, accesorios y juegos: 68.000 millones este a?o. Mientras, psic¨®logos y consumidores lamentan que la publicidad sea la principal consejera infantil.
Los expertos no se sorprenden de las peticiones de los chavales: a trav¨¦s del juguete, los ni?os se acercan al mundo de los mayores. "Las videoconsolas y los juegos de ordenador incorporan las tecnolog¨ªas de los adultos", explica Josetxu Linaza, catedr¨¢tico de Psicolog¨ªa Evolutiva y de la Educaci¨®n de la Universidad Aut¨®noma de Madrid. "Tienen una enorme ventaja sobre la televisi¨®n, utilizada en exceso como ni?era. Cuando un ni?o la mira, tiene una actitud pasiva. En cambio, cuando le sirve para jugar, est¨¢ activo y tiene protagonismo", se?ala. Respecto al riesgo de adicci¨®n, es tajante: "Depende del contexto. Si un cr¨ªo tiene con qui¨¦n jugar o una actividad interesante que hacer no se engancha a la pantalla", sostiene.Otro tanto se puede aplicar a algunos juguetes electr¨®nicos. Entre ellos destaca este a?o el furor que han desatado unos peque?os b¨²hos de peluche que aprenden palabras y tienen movimiento. En su embalaje, el Furby anuncia: "Si lo llevas a casa, no lo podr¨¢s soltar, y cuanto m¨¢s juegues, m¨¢s cosas har¨¢". El artilugio "necesita mei-mei (amor), mei-la (abrazos)". "M¨ªmame y yo tambi¨¦n te mimar¨¦", advierten en el envoltorio.
Distracci¨®n solitaria
Seg¨²n Linaza, este tipo de juguetes que pide cuidados corresponde a una ¨¦poca en la que los ni?os sufren soledad y aislamiento. "Ning¨²n juguete puede reeemplazar a un compa?ero de juegos de carne y hueso. Ninguna m¨¢quina puede intercambiar afectos con un ni?o", recuerda la pedagoga y psic¨®loga Mayte Romero desde el Instituto Tecnol¨®gico del Juguete, en Ibi (Alicante).
Los mu?ecos ya no son exclusiva de las ni?as. Los cr¨ªos se han sumado gracias a las figuras de acci¨®n. Otro protagonista habitual, los entretenimientos de mesa, deben su auge en parte al escaso espacio que requieren.
Siempre atentos a los gustos infantiles, los fabricantes viven con optimismo y cautela estas fechas: en la campa?a navide?a, sobre todo en los d¨ªas previos a Reyes, se produce el 75% de las ventas anuales. El presidente de la Asociaci¨®n Espa?ola de Fabricantes de Juguetes, Salvador Mir¨®, cree que en 1999 se superara con creces el consumo del a?o pasado, cuando se gast¨® una media de 19.394 pesetas por ni?o.
Los datos de los jugueteros excluyen el potente sector de las videoconsolas. Una de sus firmas, Nintendo Espa?a, calcula que el valor de las ventas de consolas, juegos y accesorios de todas las empresas del sector alcanzar¨¢ este a?o los 68.000 millones de pesetas, cerca del doble del consumo registrado en 1997. Sus cifras no tienen en cuenta otro negocio en alza, los juegos de ordenador. El ¨¦xito de los videojuegos es evidente. "Hemos multiplicado por cinco nuestra facturaci¨®n en cuatro a?os", afirma el director de mercadotecnia de Nintendo, Rafael Mart¨ªnez.
Ajenos a todo ello, los peque?os se enfrascan en concretar sus deseos para el gran d¨ªa, sea el 25 de diciembre o el 6 de enero. "Pap¨¢ Noel no gana tanto terreno a los Reyes Magos como quisi¨¦ramos", sostiene Mir¨®. "El rey son los reyes, pero sufren cierto declive en favor de Pap¨¢ Noel", aseguran en la cadena juguetera Toys "R" Us. El Corte Ingl¨¦s y los hipermercados Pryca lo ratifican. Un d¨ªa u otro, la ilusi¨®n es la misma: encontrar un regalo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.