Dos a?os sobre un ¨¢rbol
Tras pasar dos a?os viviendo en una gigantesca secuoya de m¨¢s de 600 a?os para evitar su tala, la ecologista Julia Hill puso de nuevo ayer los pies en la tierra por primera vez en mucho tiempo. Hill desisti¨® de su larga protesta tras alcanzar un acuerdo con la compa?¨ªa maderera Pacific Lumber para no talar el ¨¢rbol centenario, al que ha apodado Luna.La ecologista de 25 a?os, conocida ya como Julia Mariposa Hill, festej¨® emocionada su victoria contra sus contrincantes en la peque?a localidad de Stafford, situada a 390 kil¨®metros de San Francisco. "Antes de permitir a alguien que cortase ¨¢rboles como ¨¦stos deber¨ªa ser obligado a vivir en ellos durante dos a?os", manifest¨® una euf¨®rica Julia Hill.
El acuerdo se?ala la protecci¨®n permanente de Luna y de 61 metros de bosque que rodean al ¨¢rbol por la compa?¨ªa Pacific Lumber, a quien pertenece el terreno. A cambio de convertir la zona en un bosque protegido, Hill y sus compa?eros ecologistas deben pagar a Pacific Lumber alrededor de 8,25 millones de pesetas, que a su vez la compa?¨ªa donar¨¢ a la Universidad estatal de Humboldt para los programas de recuperaci¨®n de bosques.
Hill se subi¨® por primera vez a Luna el 10 de diciembre de 1997, con la promesa de no descender hasta que Pacific Lumber estuviera de acuerdo en no tirar el ¨¢rbol abajo. A lo largo de los dos a?os que han transcurrido ha sobrevivido a todas las adversidades, desde las fr¨ªas tormentas de invierno hasta los calores estivales, sobre unas ramas situadas a 55 metros del suelo.
La haza?a de la ecologista representa una de las m¨¢s importantes protestas contra la tala de ¨¢rboles en el territorio de ancianas secuoyas situado en California, una zona donde los ecologistas y las empresas de explotaci¨®n forestal se han enfrentado durante m¨¢s de una d¨¦cada.
En los casi 1,8 por 2,5 metros de superficie con los que Hill contaba para vivir sobre el ¨¢rbol, la ecologista pasaba el tiempo leyendo, escribiendo poes¨ªa y cocinando comida vegetariana con la ayuda de un elevador sujetado en la arboladura. Se manten¨ªa en forma trepando por las ramas y usaba un cubo para su higiene personal.
Cuando se enter¨® de que algunas personas la estaban calificando como una "sucia hippy del ¨¢rbol", Hill dijo que ella se vio forzada a actuar de ese modo para defender un ¨¢rbol de tanta edad. "Yo simplemente empec¨¦ a sentir que hab¨ªa algo que me estaba llamando hacia el bosque", explic¨® Hill, que es hija de un predicador. "S¨®lo dije: "Si tengo que estar aqu¨ª, Dios, gu¨ªa t¨² mis pasos".
La compa?¨ªa Pacific Lumber se?al¨® que ha aceptado las peticiones de Hill para finalizar una relaci¨®n de pesadilla y para evitar que otros ecologistas iniciaran protestas en las copas de otros ¨¢rboles.
"Hemos llegado a este acuerdo para acabar esta controversia y dar la imagen positiva de que Pacific Lumber tiene un verdadero compromiso con la defensa del medio ambiente, la comunidad y la conservaci¨®n de los puestos de trabajo", manifest¨® el presidente de la compa?¨ªa, John Campbell.
Los representantes de la compa?¨ªa conf¨ªan en poder continuar con el programa que ten¨ªan acordado para este a?o, seg¨²n el cual se les permite cortar varios cientos de acres de secuoyas de la zona norte de California por valor de unos 74.000 millones de pesetas.
Bajo el acuerdo, atacado por Julia Hill y otros ecologistas, el Estado de California y el Gobierno federal compraron 3.000 hect¨¢reas a la empresa Headwaters Forest, los mayores propietarios privados de secuoyas v¨ªrgenes y otras clases de bosques m¨¢s peque?os.
Pacific Lumber pretende continuar con un plan de conservaci¨®n del h¨¢bitat para salvar tanto los trabajos como los bosques en peligro. "Estamos tendiendo estrechamente la mano a la comunidad de ecologistas y esperamos que ellos crean en nuestro esfuerzo por trabajar juntos para conservar 1.300 empleos y para proteger a la vez el medio ambiente", se?al¨® John Campbell.
Julia Hill ha pedido a la Pacific Lumber que d¨¦ "un paso sin precedentes para terminar con las guerras de la madera" y ha prometido no emprender m¨¢s sentadas en los ¨¢rboles situados en las propiedades de la compa?¨ªa.
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