Regalo navide?o

Gordon Brown debi¨® de estar tentado de vestirse de Pap¨¢ Noel en su aparici¨®n ayer en el seminario de Dowing Street sobre condonaci¨®n de la deuda al Tercer Mundo. Anunci¨®, una vez m¨¢s, que el Reino Unido perdonar¨¢ el dinero que le deben los pa¨ªses m¨¢s pobres del mundo. Esto es, por supuesto, lo que han estado pidiendo los l¨ªderes religiosos y de organizaciones de caridad, y en su mayor¨ªa han sido clementes en el reconocimiento de su victoria. En particular, est¨¢n contentos en que las cantidades debidas al Reino Unido no sean simplemente borradas dej¨¢ndoles m¨¢s dinero para, por ejemplo, comprar armas, sino que se emplee en la doctrina del Nuevo Laborismo: sanidad y educaci¨®n.Por muy bien venidas que sean estas iniciativas, no debemos tranquilizarnos pensando que son una panacea para librar al mundo de la pobreza. Las naciones no son pobres porque est¨¦n endeudadas; est¨¢n endeudadas porque son pobres. El origen de sus pobres actuaciones econ¨®micas est¨¢ en pol¨ªticas econ¨®micas y sociales equivocadas, ejercidas por dictaduras cleptocr¨¢ticas y burocracias intervencionistas equivocadas. Estos problemas esencialmente pol¨ªticos empeorar¨¢n si los gobernantes de los pa¨ªses m¨¢s pobres acaban creyendo que sus fracasos econ¨®micos ser¨¢n invariablemente perdonados. (...)

Sin embargo, en el esp¨ªritu de estas fechas, dejemos estas reservas en un segundo plano y brindemos por nuestro caritativo ministro. Su generosidad, despu¨¦s de todo, es un buen uso de nuestro dinero.

, 22 de diciembre