Un m¨¦todo probado en primates pone la modificaci¨®n gen¨¦tica de embriones al alcance de cualquier cl¨ªnica
Un equipo cient¨ªfico de EEUU introduce de forma simple genes de medusa en un ¨®vulo de mona
El consenso cient¨ªfico y ¨¦tico es muy amplio: la modificaci¨®n gen¨¦tica es l¨ªcita en medicina, pero siempre que no altere los genes de los ¨®vulos, porque esto adulterar¨ªa el patrimonio gen¨¦tico de la especie humana. Sin embargo, la t¨¦cnica para a?adir genes al ¨®vulo de un primate, presentada ayer por cient¨ªficos del Centro Regional de Investigaci¨®n con Primates de Oreg¨®n (EE UU), es de una simplicidad tal que pone ese tab¨² al alcance de casi cualquier cl¨ªnica de fertilizaci¨®n asistida del mundo. Y lo que puede hacerse, dicen los fatalistas, siempre acaba haci¨¦ndose.
La modificaci¨®n gen¨¦tica de las c¨¦lulas sexuales humanas -es decir, la alteraci¨®n de los genes del ni?o resultante y de todos sus descendientes- suscita un rechazo casi universal. Cient¨ªficos como el profesor de la Universidad de Princeton (EE UU) Lee Silver han denunciado que esas pr¨¢cticas pueden llegar a escindir la especie humana en una casta natural marginada, sin alteraciones, y otra raza privilegiada de seres con genes modificados o a?adidos para privarles de enfermedades o mejorar sus caracter¨ªsticas.La pol¨¦mica era hasta ahora un debate de sal¨®n, ya que no exist¨ªan t¨¦cnicas eficaces y seguras para modificar los genes de un ¨®vulo humano (y dejar su viabilidad intacta). Ni siquiera ahora Gerald Schatten y sus colegas de Oreg¨®n han llegado tan lejos como eso. Pero lo han puesto al alcance de cualquier cient¨ªfico que sepa leer el trabajo, realizado en monos, que publicaron ayer en la revista t¨¦cnica Molecular Human Reproduction.
La t¨¦cnica (explicada en el gr¨¢fico), puede refinarse mucho todav¨ªa, pero ya de entrada ha mostrado su gran potencial. Se basa en que los espermatozoides son muy pegajosos, y al ADN que constituye los genes le resulta muy f¨¢cil adherirse a su superficie. Basta mezclar el esperma con una soluci¨®n que contenga los genes que se quieren a?adir al primate. Luego, el espermatozoide funciona como un taxi que, mediante una inyecci¨®n, introduce esos genes en el ¨®vulo.
De 81 ¨®vulos de macaco (Macacus rhesus) inyectados con esperma previamente mezclado con un gen de medusa, ¨²til en este caso como mero marcador, los investigadores obtuvieron 28 embriones de mono que conten¨ªan el gen de la medusa en todas sus c¨¦lulas, intacto y activo. Implantaron siete de esos embriones en monas y uno de ellos se desarroll¨® hasta nacer normalmente, aunque ya no ten¨ªa el gen activo. ?ste es el punto que hay que mejorar, pero los cient¨ªficos no creen que suponga un problema insalvable, ya que la t¨¦cnica se ha probado ya en ratones, y los genes extra?os se integran de forma estable en el genoma del animal. El paso m¨¢s complicado es inyectar el espermatozoide en el ¨®vulo, una t¨¦cnica muy com¨²n en las cl¨ªnicas de fertilidad.
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