"Pito de oro"

NEGRITASEl arte no tiene fronteras. Puede aparecer como por ensalmo en cualquier parte, en el momento m¨¢s inesperado. Del rinc¨®n m¨¢s extra?o, una boca de metro, una plaza semivac¨ªa, a la vuelta de una esquina, surge de pronto uno de esos artistas callejeros que tocan el violonchelo, la guitarra o la zanfo?a con una maestr¨ªa tal que uno se pregunta qu¨¦ hacen ah¨ª, en la calle, cuando deber¨ªan estar en el mejor de los auditorios o en una sala de conciertos.En Granada, ese milagro del arte callejero, de la improvisaci¨®n musical, tiene un nombre propio: Alejandro Garc¨ªa Bueno. Aunque en la ciudad nadie lo llama as¨ª. Con decir Pavarotti, cualquier granadino agitar¨¢ la cabeza y dir¨¢: "?Ah! Pavarotti, s¨ª, por supuesto". Porque Pavarotti ha tenido en la prensa local durante los ¨²ltimos a?os tanto predicamento, fama y cobertura como el director de la OCG, Josep Pons, el compositor Jos¨¦ Garc¨ªa Rom¨¢n, Premio Nacional de M¨²sica, o el cantaor Enrique Morente. Y no les va a la zaga.

Pavarotti es polic¨ªa local. Dirige el tr¨¢fico. Pero los pitidos de su silbato son tan potentes, elocuentes y art¨ªsticos que despiertan el inter¨¦s de los curiosos. Hay gente que acude a las plazas del centro donde ¨¦l suele ponerse para escucharle pitar de arriba a abajo, de derecha a izquierda. De ah¨ª lo de Pavarotti. Y as¨ª fue hasta hace un par de a?os, en que un vecino molesto y malencarado decidi¨® denunciarlo porque los gorgoritos del guardia le produc¨ªan dolores de cabeza. Hubo una pol¨¦mica sobre si el pito de Pavarotti estaba homologado o no. ?l aleg¨® que lo hab¨ªa comprado expresamente en Italia, suponemos que por su mejor sonoridad, metal de voz y exquisita afinaci¨®n. El caso es que el agente musical, estuvo fuera de combate durante alg¨²n tiempo.

Ahora ha vuelto y, como esos poetas exiliados de la guerra, ha sido pisar de nuevo la calle y ser objeto de honores, homenajes y, dentro de poco, suponemos que simposios y conferencias. Los trabajadores de la empresa Rober, la de los autobuses urbanos, han decidido galardonar al polic¨ªa con el Primer Pito de Oro de la Ciudad de Granada. El agente qued¨® emocionado, porque tambi¨¦n se le reconoce su labor como regulador de la circulaci¨®n. Lo de Pavarotti ha estado bien. Deber¨ªan ense?ar m¨²sica en la Academia de Polic¨ªa Local. Mejorar¨ªa el tr¨¢fico en Granada, seguro.

JES?S ARIAS