Polacos esquiladores de ovejas
![Miquel Noguer](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F082d8fd7-6779-4fc0-8145-823b596c9b64.png?auth=e6f54178eeab26a72b057e7ff358758b187205b65563dc1132f7c9e88e0bcd6c&width=100&height=100&smart=true)
Muchos a¨²n no lo entienden. ?C¨®mo pueden estos hombres esquilar ovejas a tanta velocidad y sin tener que atarlas? La pregunta se la han hecho muchas veces los criadores de ovejas de Catalu?a que en los ¨²ltimos a?os han visto trabajar a Jacek Kaczmarski y Slawomir Mierzejenski, dos inmigrantes polacos ahora afincados en Santa Margarida de Montbui (Anoia).Tanto Jacek como Slawomir no encuentran nada raro en esquilar hasta 1.000 ovejas en una jornada, como tampoco les extra?a el hecho de no tener que atar las patas de los animales para cortarles la lana. "Utilizamos el m¨¦todo australiano", dice Jacek. Este sistema, a diferencia del empleado tradicionalmente en Catalu?a, permite no tener que molestar mucho a las ovejas y evita manosearlas en exceso a la hora de esquilarlas. "Los animales viejos son muy sensibles, y en el caso de las hembras embarazadas, hay que ir con cuidado porque pueden perder las cr¨ªas", explican los dos esquiladores.
El m¨¦todo de los dos polacos no es nuevo, pero hasta su llegada estaba poco implantado en Espa?a. El desconocimiento que de este sistema tienen muchos ganaderos ha hecho que en m¨¢s de una ocasi¨®n hayan mirado extra?ados a Jacek, Slawomir y el resto de sus compa?eros. "Una vez aseguraron que ten¨ªamos un pacto con el diablo", cuenta ri¨¦ndose Jacek Kaczmarski. Otros les han llegado a preguntar si para esquilar a las ovejas sin atarlas las hipnotizan.
Pero la clave para esquilar a estos animales est¨¢ en no dejar que ninguna de sus patas toque el suelo. De esta forma, la oveja no se puede escapar y queda totalmente indefensa ante el esquilador. ?ste, con aut¨¦nticas manos de plata, le cortar¨¢ la lana intentando que la oveja no se estrese, seg¨²n explican Jacek y Slawomir. Una vez esquilado, el animal acostumbra a tambalearse "como si estuviera borracho", puntualizan. Esta reacci¨®n se debe al cambio de temperatura que nota la oveja al desprenderse de su abrigo invernal.
La forma como Jacek y Slawomir llegaron a Catalu?a dar¨ªa envidia a la mayor parte de los inmigrantes que han conseguido instalarse en esta tierra. Un conocido de su pueblo, que ya hab¨ªa trabajado como esquilador en Espa?a, les habl¨® de las posibilidades de encontrar trabajo que hab¨ªa. ?l mismo les hizo de puente con Jaume Vives, un empresario de servicios ganaderos de la comarca del Anoia. Cuando llegaron a Catalu?a, ten¨ªan a punto su contrato laboral y los permisos necesarios.
Desde hace unos a?os Vives contrata a polacos para desempe?ar tareas ganaderas y especialmente para esquilar ovejas. Este empresario dice que suele contratar a polacos porque en el pa¨ªs no se encuentran suficientes personas que sepan esquilar ovejas. Adem¨¢s, esta tarea est¨¢ muy concentrada entre los meses de abril y junio, por lo que es dif¨ªcil hacerse con los servicios de un profesional cuando el ganadero lo necesita.
El contacto entre Jaume Vives y los esquiladores polacos tambi¨¦n puede decirse que fue fruto de la casualidad. "Les contrat¨¦ como pastores, pero cu¨¢l no ser¨ªa mi sorpresa al ver que lo que realmente hac¨ªan bien era esquilar ovejas", recuerda el empresario. Desde entonces cada a?o contrata a una cuadrilla de unos ocho polacos que, a lo largo de cuatro meses, viajan por toda Catalu?a esquilando reba?os de ovejas.
Desde que Vives empez¨® a contratar a ciudadanos polacos para esquilar ovejas, muchos de ellos no han querido regresar a su pa¨ªs. Algunos trabajan para otras empresas, incluso los hay que han montado su peque?o negocio en diversos puntos de Espa?a. La mayor¨ªa, sin embargo, no tiene intenci¨®n de instalarse en Catalu?a y ni se plantea que emigre su familia. "Me gusta Polonia y prefiero vivir all¨ª, aunque unos meses al a?o tenga que desplazarme hasta Catalu?a para trabajar", afirma Jacek.
A pesar de la atracci¨®n que sienten por su tierra, tanto Jacek como Slawomir aseguran que no es f¨¢cil vivir all¨ª de manera digna. "Con la ca¨ªda del comunismo todo se vino abajo", afirman. En su provincia natal, Kielce, ya no se puede vivir del ganado. Los grandes reba?os que exist¨ªan en la ¨¦poca sovi¨¦tica hace tiempo que desaparecieron, y con ellos, la posibilidad de sobrevivir en el campo. La industria de su regi¨®n tampoco se ha salvado del desplome que ha vivido Polonia. Explican, no sin cierta melancol¨ªa, que la mayor f¨¢brica metal¨²rgica instalada en su provincia ha pasado de ocupar a m¨¢s de 10.000 trabajadores en tiempos del comunismo a dar trabajo a no m¨¢s de 2.000. "Nos dicen que la econom¨ªa tiene que resituarse, pero mientras as¨ª nos van las cosas", dicen.
Los dos esquiladores polacos se han integrado bien en la vida de Santa Margarida de Montbui, donde residen mientras est¨¢n en Catalu?a. A pesar de ello, lamentan no poder conocer a m¨¢s gente de la zona. Sus dificultades con el idioma y, sobre todo, la falta de tiempo les impiden acabar de familiarizarse con la vida local. Para ellos la inmigraci¨®n es una etapa m¨¢s de sus vidas.
Hace 10 a?os no se habr¨ªan imaginado tener que dejar su pa¨ªs para encontrar un trabajo digno. Tampoco se habr¨ªan cre¨ªdo que muchos ciudadanos rusos desembarcar¨ªan en su pa¨ªs para salir de la miseria. Lo cierto es que los rusos est¨¢n trabajando en Polonia y que lo hacen cobrando menos de dos d¨®lares diarios. Esto ha motivado, seg¨²n Jacek y Slawomir, que los salarios hayan sufrido una gran bajada y que ellos hayan tenido que irse del pa¨ªs.
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