Casi todos los sonidos de la Tierra
Las tribus y comunidades ind¨ªgenas se hallan en permanente amenaza ante el avance del progreso. Y no s¨®lo porque las voraces industrias arrasen los terrenos en los que se establecieron sus ancestros, sino porque los indios tambi¨¦n se modernizan y adoptan instrumentos electr¨®nicos, que sustituyen a los tradicionales. Al music¨®logo Carlos Blanco Fadol le preocupaba la p¨¦rdida de este patrimonio musical. Por eso inici¨® hace 30 a?os una b¨²squeda de instrumentos tradicionales que hoy comienzan a exhibirse en el Centro Internacional de la M¨²sica de la Unesco, instalado en Villa Gadea (Altea).La colecci¨®n que Blanco ha recopilado a lo largo de sus viajes a 125 pa¨ªses de los cinco continentes se compone de 1.500 instrumentos. "Se trata de instrumentos reales, no reproducciones con af¨¢n m¨¢s decorativo que musical", advierte Blanco. La suya es una de las principales colecciones de instrumentos ¨¦tnicos del mundo.
En sus viajes, subvencionados en buena parte por instituciones p¨²blicas y empresas privadas, Blanco juega a ganarse la amistad de los nativos. Compra un instrumento, aprende a tocarlo en otra aldea y regresa a la original para tocarlo. "Los nativos ven que hablo en su mismo idioma, cogen confianza y me abren sus secretos", relata. "La m¨²sica es un documento antropol¨®gico de primer orden", afirma.
Es importante este punto, pues Blanco completa sus adquisiciones con sus leyendas, que recoge a trav¨¦s de testimonios orales. De este modo, un panel explica que el pinsa-yu-p¨¢, estrella indiscutible de la muestra, es un gong coronado por un animal mitol¨®gico que se utiliza en las ceremonias birmanas que honran a los dioses con forma humana, unas deidades quisquillosas que causan calamidades si sus fieles no les hacen la pelota peri¨®dicamente.
El pinsa-yu-p¨¢ es uno de los 150 instrumentos que se muestran en esta primera exposici¨®n, en la que Blanco ha intentado hallar un equilibrio entre los cinco continentes. Seguir¨¢n muestras monogr¨¢ficas dedicadas a los instrumentos mediterr¨¢neos, asi¨¢ticos, etc. "Mi objetivo era lograr una exposici¨®n din¨¢mica y did¨¢ctica, y creo que en Villa Gadea lo voy a conseguir", dice. Al ser sede del Centro Internacional de la M¨²sica de la Unesco, este palacete acoger¨¢ conferencias sobre m¨²sica ¨¦tnica, adem¨¢s de lecciones para tocar unos instrumentos que son obras de artesan¨ªa.
Hoy es el d¨ªa en que la colecci¨®n encuentra un lugar tras una larga historia de desencuentros. El ex alcalde socialista de Alicante, ?ngel Luna, quiso que la colecci¨®n se quedara en la ciudad y propuso el castillo de Santa B¨¢rbara, pero a Blanco no le satisfizo. La Universidad de Alicante puso entonces su futuro museo, inaugurado recientemente, a su disposici¨®n, pero el proyecto se fue arrinconando hasta que las relaciones finalizaron de forma amarga. Despu¨¦s de estudiar las ofertas recibidas de Madrid y varias plazas europeas, Altea result¨® vencedora en el cortejo. "Me sorprendi¨® encontrar en un pueblo a gente tan integrada en la cultura, y el prestigio de exponer en un centro de la Unesco me convenci¨®", se?ala.
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