S¨ª, est¨¢n solas
Creo que s¨®lo desde la ignorancia se puede ser tan osada en las afirmaciones que la concejala de Promoci¨®n de la Igualdad y el Empleo, Mar¨ªa Dolores Flores, mantiene en el art¨ªculo Las v¨ªctimas no est¨¢n solas, publicado el d¨ªa 18 de diciembre. Si no lo hubieran estado, no podr¨ªamos hablar de tantas mujeres asesinadas. Esas mujeres denunciaron en las comisar¨ªas, acudieron a los centros oficiales y a las asociaciones de mujeres. Incluso algunas, muchas, advirtieron de las amenazas recibidas por parte de sus maridos/ exmaridos, compa?eros y excompa?eros. Nos alertaron de sus miedos, de sus terrores, de su dolor y de su angustia. Y estuvieron solas. Solas hasta que las localizaron y una vez acorraladas las mataron. Apaleadas, quemadas, violadas, apu?aladas, arrojadas desde la ventana, a balazos, a golpes..., terminando as¨ª el juego siniestro de la cacer¨ªa. ?Y estaban solas!Se?ora concejala, cuando una mujer decide poner una denuncia contra su marido, ya sea por malos tratos psicol¨®gicos o f¨ªsicos, o ambos, en la mayor¨ªa de los casos contin¨²a viviendo con ¨¦l. Asimismo, iniciados los tr¨¢mites de separaci¨®n, contin¨²a compartiendo la casa hasta que se firma el acuerdo de separaci¨®n. Pueden transcurrir meses. ?Se imagina la indefensi¨®n de esa mujer, el temor, el terror, incluso? Si no dispone de suficientes medios econ¨®micos no se podr¨¢ ir, y si los da?os f¨ªsicos no son de UVI no tendr¨¢ acceso a una casa de acogida.
Para abreviar, situ¨¦monos ya despu¨¦s de la separaci¨®n: la mujer separada vive con sus hijos en su casa; el marido, cumpliendo lo acordado por la ley, vive en otra. Comienza entonces una operaci¨®n de acoso en torno a ella por parte del ex marido que no acepta la nueva situaci¨®n, intentando controlar todos sus pasos. Llamadas, reproches, acusaciones, intento de visitas no acordadas, merodeo por la zona intentando tener acceso a la vivienda. Esto puede ocurrir a cualquier hora, incluso de madrugada. En caso de ni?os peque?os se agravar¨¢ con el r¨¦gimen de visitas a padres agresores. ?Qui¨¦n protege a la mujer? ?Y a los ni?os? Se?ora concejala, le estoy poniendo ejemplos cotidianos. Est¨¢ muy bien decir todo lo que se est¨¢ haciendo, pero eso es teor¨ªa. Al final estamos solas.
En vez de culpabilizar a la oposici¨®n, eso suena a pura demagogia, yo le aconsejar¨ªa reunirse con ella, con las asociaciones de mujeres, con experiencia de muchos a?os en estos temas, con polic¨ªa y con jueces. La ayuda debe ser r¨¢pida, la protecci¨®n inmediata y segura, servicio jur¨ªdico gratuito y r¨¢pido para tramitar las separaciones en casos de malos tratos, jueces reciclados y sensibilizados en estos temas para penalizar de forma m¨¢s contundente o ser¨¢n c¨®mplices (como ya ha ocurrido en numerosos casos de mujeres asesinadas). Las mujeres no deben, no tienen por qu¨¦ vivir asustadas, acosadas en sus casaso escondidas en las casas de acogida, deben ser ellos, los agresores, los violentos, los que sientan el peso de la ley. Claro que se debe denunciar, siempre, pero el Estado debe asegurar la protecci¨®n a las mujeres, a las que todas y todos debemos respetar y ayudar.
Se?ora concejala, y para terminar, gracias a esa oposici¨®n progresista y de izquierdas y a las asociaciones de mujeres, las mujeres en este pa¨ªs nos hemos hecho valientes y luchamos por nuestra dignidad y nuestra libertad. Hemos roto viejos tab¨²es culturales, religiosos y familiares tomando decisiones a pesar de la falta de protecci¨®n. Deber suyo y de su grupo pol¨ªtico hoy es asegurarnos nuestra integridad en un Estado de derecho.- . .
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