La muerte roza a otro 'beatle'
El guitarrista George Harrison fue apu?alado en su casa por un asaltante de Liverpool
?Robo, intento de asesinato o la demente b¨²squeda de la fama? Scotland Yard investigaba anoche ¨¦sas y otras posibilidades detr¨¢s del solitario asalto a la mansi¨®n del ex beatle George Harrison. Diecinueve a?os despu¨¦s del asesinato de John Lennon a pocos metros de su casa de Nueva York, Harrison se recupera en un hospital cerca de Londres de al menos una pu?alada en el pecho.S¨®lo dos cosas parecen claras en torno al misterioso episodio que estremeci¨® ayer al Reino Unido. Una es que las vidas de Harrison y de su esposa, Olivia Arias (madre de su ¨²nico hijo, Dhani), que tambi¨¦n fue atacada poco despu¨¦s de las tres de la madrugada, no corren peligro. La segunda es que hay un detenido como presunto agresor: Michael Abram, natural de Liverpool, la cuna del revolucionario conjunto musical.
En el Reino Unido, los servicios de seguridad y todas las medidas ultramodernas de vigilancia no funcionan con la eficiencia de las pel¨ªculas de James Bond. Hace algunos a?os, la propia reina Isabel II comprob¨® espantada tales fallos cuando se descubri¨® a un intruso en el umbral mismo de la alcoba real, que hab¨ªa trepado los muros de Buckingham Palace.
Harrison y su esposa tuvieron menos suerte. Se vieron cara a cara con un desconocido que bland¨ªa un cuchillo y cuya indeseable presencia en la suntuosa mansi¨®n de Henley-on-Thames demostr¨® que ni las alambradas de p¨²as ni las c¨¢maras de televisi¨®n de circuito cerrado le hab¨ªan frenado. Hubo forcejeos, y seg¨²n datos preliminares de la investigaci¨®n, Harrison y Olivia redujeron al agresor hasta la llegada de la polic¨ªa.
Harrison, el parco del genial cuarteto, fue siempre poco dado a la vida social. El asesinato de Lennon a la entrada de su apartamento en el g¨®tico edificio Dakota, a la vera del Central Park neoyorquino, el 8 de diciembre de 1979, lo puso para siempre en guardia.
A los 56 a?os de edad y tras un largo tratamiento para erradicarle un c¨¢ncer de la garganta, el autor del conmovedor tema My sweet Lord se compr¨® la mansi¨®n Friar Park, accesible por t¨²neles naturales desde las serenas aguas de un lago adyacente en el pintoresco distrito de Oxfordshire.
En la d¨¦cada de los ochenta, sin embargo, las constantes visitas de Bob Dylan, Roy Orbison y Tom Petty para sesiones de composici¨®n en los estudios que Harrison hizo construir en su mansi¨®n, atrajeron m¨¢s admiradores, y varios de ¨¦stos consiguieron penetrar en los campos de Harrison. Litigios judiciales sobre la originalidad de My sweet Lord y alegatos de que, inconscientemente, hab¨ªa copiado He"s so fine, del grupo The Cliffords, aumentaron su desd¨¦n por la publicidad.
De momento, parece que no hay que temer por las consecuencias de este asalto. El mejor indicio de que sus heridas no son de gravedad lo dio ¨¦l mismo, cuando -seg¨²n su portavoz- demostr¨® buen humor desde su lecho en el Royal Berkshire Hospital. "Ciertamente, el asaltante no fue a robar ni a probar sus cualidades musicales con los Travelling Wilburys", continu¨® el portavoz, en referencia a la banda que el antiguo beatle form¨® despu¨¦s de la desintegraci¨®n del famoso cuarteto.
Del asaltante se sabe muy poco, aparte de que tiene 33 a?os y que vino de Liverpool a demostrar que las estrellas no siempre miran hacia el siniestro plano de abajo. George Martin, el antiguo productor de los Beatles, se inclina a pensar que lo que ten¨ªa en mente este misterioso liverpuliano era el hurto. "Un robo en el que todo sali¨® mal", dijo.
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