Laboa-Raimon: noche de contrastes
En las pel¨ªculas de ciencia-ficci¨®n suelen aparecer alien¨ªgenas que han desarrollado culturas muy distantes de la nuestra. Son capaces de controlar la materia, de viajar en el tiempo sin envejecer, de sublimar lo esencial sin perderse en lo anecd¨®tico. Nos parecen marcianos porque parecen haber superado todo aquello que nos prepocupa y porque, sin presumir de ello, demuestran haber encontrado respuestas a buena parte de nuestras preguntas. Mikel Laboa no es un alien¨ªgena, pero podr¨ªa serlo. Mikel Laboa es vasco y por ello cabr¨ªa suponerle cierta obviedad, pero, lejos de dejarse arrastrar por lo adivinable, Laboa explica sus vivencias como si Franco hubiese sido una simple an¨¦cdota. Porque Mikel Laboa canta canciones que van m¨¢s all¨¢ de los lugares comunes, porque apela con sus canciones a ese lugar perdido del universo que se llama sensibilidad, ese lugar que a los no marcianos cada vez les resulta m¨¢s inasequible. Actu¨® en el Festival del Milenio y abrum¨® sin querer abrumar. En un pa¨ªs en el que la canci¨®n de autor es muchas veces s¨®lo actitud, Laboa a?adi¨® una intenci¨®n art¨ªstica que se tradujo, por medio de piano, saxo, txalaparta y percusi¨®n, en un fascinante viaje por la musicalidad. Todo era m¨²sica en boca de una persona que no hablando ingl¨¦s ni franc¨¦s jugaba con ambos idiomas con una soltura fon¨¦tica incontestable y, sin decir nada, todo era m¨²sica en la aguda voz de un hombre que a veces cantaba como una mujer. Memorable Laboa, cuyo descubrimiento es la gran asignatura pendiente de nuestro pa¨ªs.
Tras el vasco le toc¨® el turno al anfitri¨®n, a un Raimon cuyo valor qued¨® patente s¨®lo por el hecho de invitar a Laboa para que le antecediese en el escenario. Y all¨ª estaba Raimon en escena gritando sus palabras mientras el vasco, mezclado entre el p¨²blico, se dejaba arrastrar por la pasi¨®n con la que el de X¨¢tiva dec¨ªa sus palabras. Porque Raimon, todo fiereza, tes¨®n en grado sumo, dejaba en el aire palabras arropadas por cuerda, palabras s¨®lo pel¨ªn suavizadas por un espl¨¦ndido acompa?amiento de guitarras, chelo y contrabajo. Porque Raimon, el catal¨¢n, hizo por una vez de vasco luego de que un euskald¨²n ejerciese de cosmopolita. Noche de contrastes.
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