Un jurado elige "Gracias a la vida", la mejor canci¨®n en espa?ol del siglo
Una doble antolog¨ªa recupera 26 canciones de Violeta Parra
"Gracias a la vida, que me ha dado tanto. Me dio dos luceros que, cuando los abro, perfecto distingo lo negro del blanco". He aqu¨ª una estrofa inmortal, una de esas raras frases a las que el subconsciente va poniendo m¨²sica mientras lee. Treinta y cinco a?os despu¨¦s de que su creadora, la chilena Violeta Parra, la plasmara en el papel, un jurado de cr¨ªticos y music¨®logos convocados por la municipalidad de Santiago de Chile la ha escogido como la mejor canci¨®n en espa?ol del siglo XX. El galard¨®n ha animado a la Fundaci¨®n Violeta Parra a editar una doble antolog¨ªa con 26grabaciones imprescindibles de esta autora.
Nacida en San Carlos, ?uble, en 1917, Parra se suicid¨® en tr¨¢gicas circunstancias a los 60a?os y desde entonces ha resultado cada vez m¨¢s complicado disfrutar de sus grabaciones. Y ello a pesar de que varias de sus composiciones han revivido en muy distintas voces a lo largo del tiempo: en particular, la entra?able Volver a los 17 y esta Gracias a la vida, que han cantado todas las grandes voces latinoamericanas (Alberto Cortez, Mercedes Sosa, Elis Regina, Vicente Fern¨¢ndez) y desde Joan B¨¢ez a Raffaella Carr¨¤.La distinci¨®n para Gracias a la vida alent¨® al productor Alfonso Carbone a rebuscar en los viejos vinilos y distintos archivos particulares para recuperar la voz de Violeta Parra. El resultado de este proceso "impregnado de amor y dolor", en palabras de Carbone, es una antolog¨ªa con 26 canciones en formato de doble disco compacto, aunque bien habr¨ªan cabido en uno solo.
La dificultad de encontrar los ¨¢lbumes originales (?ltimas composiciones, Cantos campesinos, D¨¦cimas y cent¨¦simas...) permite afirmar que ¨¦sta es la primera oportunidad para las generaciones m¨¢s j¨®venes de descubrir la voz de quien escribiera La carta, El albert¨ªo, Run run se fue p"al norte o Qu¨¦ dir¨¢ el Santo Padre.
Canci¨®n protesta
Mujer de inquebrantable ideario comunista, al igual que sus ocho hermanos, Violeta Parra fue la madre de la canci¨®n protesta con unas letras entre panfletarias y demoledoras. "Los hambrientos piden pan, plomo les da la milicia", exclamaba en La carta, mientras en Miren c¨®mo sonr¨ªen apostillaba: "Miren c¨®mo se visten cabo y sargento para te?ir de rojo los pavimentos".
Su dominio del lenguaje le permit¨ªa disgresiones sarc¨¢sticas como ¨¦sta: "Me han pregunt¨¢dico varias pers¨®nicas si peligr¨®sicas para las m¨¢sicas son las canci¨®nicas agitad¨®ricas" (Maz¨²rquica mod¨¦rnica).
Con todo, su faceta m¨¢s l¨ªrica fue la que acab¨® proporcion¨¢ndole popularidad. La misma Gracias a la vida encierra algunos versos muy hermosos, al igual que es de belleza conmovedora el canto al beb¨¦ fallecido de Rin del angelito ("En su cunita de tierra lo arrullar¨¢ una campana, mientras la lluvia le limpia su carita en la ma?ana").
La rediviva figura de Violeta Parra tambi¨¦n se deja sentir en otra doble antolog¨ªa de muy reciente aparici¨®n. Corre a cargo de los m¨ªticos Quilapay¨²n, y entre sus 32 composiciones se incluyen dos de la cantautora chilena, La carta y Los pueblos americanos. El recopilatorio de Quilapay¨²n, un grupo que todav¨ªa sigue en activo, comprende el periodo que va desde el a?o 1968 hasta 1992 e incluye, adem¨¢s, seis nuevas grabaciones de otros tantos cl¨¢sicos, entre ellos el celeb¨¦rrimo tun-tun de La muralla.
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