Muchas lentejas y una favela para mam¨¢

Cuando Maximiliano de Oliveira Texeira lleg¨® a Marbella era un juvenil de 16 a?os. Junto a ¨¦l desembarcaron tambi¨¦n en la Uni¨®n Deportiva San Pedro otros tres jugadores brasile?os. En el equipo local recuerdan que "hubo que comprar a los cuatro muchachos ropa nueva, porque pr¨¢cticamente llegaron con lo puesto". Los primeros d¨ªas todo lo que llevaban era estrenado. Antonio de Sola, ex presidente del Marbella, recuerda que "lo primero que Maxi se compr¨® fueron unos tenis". Algunos compa?eros del equipo se?alan que, "a pesar de su timidez, no ten¨ªa problemas para entablar amistad con chicas de su edad, y siempre que no entrenaba se le pod¨ªa ver en las gradas acompa?ado por jovencitas".Seg¨²n un ordenanza del campo de f¨²tbol del San Pedro, el joven brasile?o, que nunca lleg¨® a jugar con este equipo, "presentaba unas condiciones maravillosas". Algo en lo que coincide De Sola y el propio Jes¨²s Gil de referencias. Los cuatro j¨®venes brasile?os se alojaron durante dos meses en el hotel Alcot¨¢n, de la urbanizaci¨®n El Cortijo Blanco. Posteriormente se trasladaron a una residencia municipal para deportistas en las proximidades del hotel Don Miguel, en el que tambi¨¦n estaban alojados otros jugadores del Marbella, del San Pedro y del club de baloncesto que militaba en la Liga EBA.

Maxi se hizo famoso por su apetito: "Tanto Oliveira Texeira como los otros tres j¨®venes eran capaces de devorar varios platos seguidos de lentejas o de cualquier cosa que se le pusiera delante". Antonio de Sola recuerda que siempre lo ve¨ªa con hambre y le daba mil pesetas para un bocadillo. La mayor ilusi¨®n de Maxi era comprarle una casa a su madre en cuanto ganase el dinero suficiente. El concejal de Deportes de entonces, Carlos Fern¨¢ndez, cree que acab¨® compr¨¢ndosela: "En diciembre de 1997 le llam¨¦ por tel¨¦fono a Madrid y me dijo que le hab¨ªan dado 2.500.000 y que con eso le comprar¨ªa una favela a su madre".