"Tenemos un poco de s¨ªndrome de Estocolmo"
Victoria Moreno y Carlos Nelson Falcione relatan la peripecia de su cautiverio en el avi¨®n indio
"La pistola era su mano, la mano de los secuestradores; se dirig¨ªan a nosotros con el ca?¨®n por delante, toc¨¢ndonos la cara o la cabeza". Carlos Nelson Falcione y Victoria Moreno ofrecieron ayer en la isla de Ibiza -donde residen- una emotiva y serena versi¨®n de la cruel semana de cautiverio en el interior de un avi¨®n, una peripecia que ambos padecieron, junto con otros 153pasajeros, a manos de separatistas de Cachemira. El vuelo Katmand¨²-Nueva Delhi de Indian Airlines dur¨® 170 horas, tras las cuales ambos reconocieron tener "un poquito el s¨ªndrome [de Estocolmo]". Falcione tambi¨¦n reconoci¨® a una televisi¨®n argentina no sentir odio hacia los piratas a¨¦reos, sino "un poco de respeto, de admiraci¨®n". "Yo no soy capaz de hacer todo eso y estos se?ores, con 29 a?os y pistola en mano... es admirable".Victoria y Carlos se refieren a sus captores sin acritud. El 31 de diciembre pisaron libres el desierto del sur de Afganist¨¢n e ignoraban gran parte de lo sucedido. Cre¨ªan que estaban en Dubai. Temieron finalmente que los talib¨¢n que les proteg¨ªan en estrenada libertad fueran peores que los piratas a¨¦reos.
"Hab¨ªa un secuestrador", narr¨® Victoria, "que nos trataba como quer¨ªamos; si nos ve¨ªa hundidos y pon¨ªamos en peligro lo que ellos quer¨ªan, nos animaba. Casi le cog¨ªas un cari?o. A pesar del maltrato que sufr¨ªas y que no quer¨ªas estar all¨ª, entend¨ªas su posici¨®n. ?l te animaba como si fuera tu hermano, en plan muy personal".
Carlos cuenta que "an¨ªmicamente estaba bastante mal y de alguna manera ¨¦l [el terrorista que era el interlocutor, en ingl¨¦s, de los pasajeros] me ayud¨®. Era una relaci¨®n amor-odio. De pronto te llamaba hermano y te dec¨ªa que tranquilo, que no iba a pasar nada". A veces, el comando asustaba al pasaje sacando el seguro de las granadas y exhibi¨¦ndolas amenazantes.
Hasta el cuarto d¨ªa, el conjunto de secuestrados no supo qui¨¦nes les reten¨ªan ni las exigencias de los piratas. Hasta horas despu¨¦s de su liberaci¨®n no tuvieron una visi¨®n global de la situaci¨®n por la que hab¨ªan pasado, y en ese momento supusieron que uno de los pasajeros hab¨ªa sido ejecutado. "Sab¨ªamos una cuarta parte de lo que pasaba. ?ramos las piezas de los secuestradores y est¨¢bamos all¨ª".
Los europeos fueron separados de los asi¨¢ticos. "El momento peor fue una amenaza general de muerte mirando al lado en que est¨¢bamos los occidentales", explicaron. En una casual petici¨®n de papel para secar las l¨¢grimas, Carlos y Victoria contactaron con la otra pareja de secuestrados de Mollerusa, que no conoc¨ªan. "Anna Lloret se secaba con un trozo de diario y me pidi¨® papel higi¨¦nico. Me contest¨® "gracias" en catal¨¢n y nos identificamos. Nos ayudamos desde entonces", explic¨® Victoria, natural de Barcelona que desde medio a?o atr¨¢s habita en Ibiza.
Carlos, de origen argentino pero que desde que ten¨ªa un a?o vive en Ibiza y tiene nacionalidad espa?ola, manifest¨®: "A veces deseabas que de una manera u otra todo acabase. Llega un momento en que no soportas esta situaci¨®n y quieres que la cosa termine de una vez, en un sentido u otro". "Cuando las negociaciones con India fueron mal, ellos [los piratas] tuvieron que hacer valer su fuerza y se pusieron un poco m¨¢s duros con nosotros. Pero, en l¨ªneas generales, nos han tratado bastante bien". Cada d¨ªa, el comando lanzaba sus amenazas y hac¨ªa bajar las cabejas a todos y vendaba los ojos a los hombres. "Era como una emergencia diaria y nos asustaban, dici¨¦ndonos de todo", anota Victoria, que reconoce instantes de derrumbe psicol¨®gico: "De pronto dec¨ªa "no puedo m¨¢s, ni un minuto m¨¢s".
El secuestro comenz¨® horas antes de la Nochebuena y concluy¨® cuando finalizaba el a?o 1999, en puertas de la Nochevieja, en un desierto de Afganist¨¢n. "Fue el mejor atardecer que he visto en mi vida", dice Carlos mientras su pareja se?ala que cuatro horas antes del final feliz vivieron el peor instante: les anunciaron que las negociaciones estaban rotas y que les iban a matar inexorablemente. Ambos, ayer, celebraron con los suyos sus respectivos cumplea?os: 30 a?os, Carlos, y 29, Victoria; han cumplido cinco meses de convivencia compartida, de los que tres han sido de periplo por India.
Los piratas los amenazaban, pero tambi¨¦n le conminaron a contar chistes para relajarse. "Al principio no te lo crees, no tomas conciencia, hasta que tienes la cabeza hacia abajo. No nos dijeron toda la verdad: dec¨ªan que s¨®lo ped¨ªan que el Ej¨¦rcito indio cesara la violencia con las mujeres y los ni?os".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.