Lavapi¨¦s festeja a sus cr¨ªos

Sus majestades los Reyes Magos vienen de Oriente, pero son una ilusi¨®n universal que traspasa fronteras como el que corta mantequilla. As¨ª lo demostraron ayer los 300 ni?os, vecinos del barrio de Lavapies, algunos beb¨¦s (21 d¨ªas), otros mayores (12 a?os), originarios de pa¨ªses tan diversos como lejanos: Filipinas, Santo Domingo o China, y otros m¨¢s pr¨®ximos, como Marruecos y otros pa¨ªses del Magreb. La muchedumbre infantil se apret¨® en la escueta sede de la Asociaci¨®n de Vecinos de Lavapi¨¦s para recibir, con un poderoso grito, a los reyes Magos. Los peque?os recibieron cientos de regalos y una gran merienda.Algunos, como Monser, de nueve a?os y cuya familia procede de Tetu¨¢n, se mostraba esc¨¦ptico con respecto a los Reyes Magos. "?No existen!", le grit¨® al peque?o Francisco Terrado, de seis a?os. Detr¨¢s de sus gafas, le lanz¨® una mirada esc¨¦ptica y contest¨®: "Si no existen los Reyes Magos, t¨² tampoco existes". A Monser se le cambi¨® la cara.

Roxana, una ecuatoriana de 30 a?os que apenas lleva un a?o en Madrid, era la madre del ni?o m¨¢s peque?o de toda la fiesta: su peque?o Cristian, de 21 d¨ªas, apenas abr¨ªa los ojos. "He venido aqu¨ª porque me ha invitado mi vecina. Vivimos en la calle de Cabestreros", aclar¨®. Su vecina se llama Sara, una marroqu¨ª que lleva 15 a?os en Espa?a y que trabaja en una empresa de limpieza. Lleg¨® a la fiesta con sus dos hijos, de nueve y diez a?os.

F¨¢tima, nacida en Casablanca hace 47 a?os, sigue llevando chilaba a pesar de que vive desde 1987 en Madrid. Trabaja en el servicio dom¨¦stico y ayer no perd¨ªa de vista a sus peque?os entre el barullo que se form¨® cuando los Reyes Magos comenzaron a repartir los juguetes. "En este barrio no hay racismo. Aqu¨ª hay gente de todo el mundo. Nos sentimos integrados. Nunca hab¨ªamos visto [ella y sus hijos] a los Reyes Magos hasta que llegamos aqu¨ª, pero ahora les hace mucha ilusi¨®n, m¨¢s que nada por los regalos", reconoci¨®.

La peque?a Abiga¨ªl, de cinco a?os y origen filipino, mostraba una sonrisa tan estirada como sus rasgados y bellos ojos. Era la primera vez que ve¨ªa a los Reyes Magos en persona y se aferraba a los regalos que le hab¨ªan entregado como si del mayor tesoro del mundo se tratara. Quiz¨¢ temerosa de perderlos, asegur¨® que no los quer¨ªa abrir hasta llegar a casa. "Gracias a la Cruz Roja, la Asociaci¨®n de Mozas de Cercedilla y los vecinos de Lavapi¨¦s por haber cedido todos estos regalos para los ni?os del barrio y de todo el mundo", concluy¨® Manuel Osuna, portavoz de la asociaci¨®n vecinal de Lavapi¨¦s, que organiz¨® la fiesta a sus cr¨ªos.