Los aficionados, contra Roberto Carlos
La aritm¨¦tica dej¨® satisfecho al Madrid, que sum¨® los tres puntos, que prolong¨® la racha de buenos resultados a la que se ha agarrado ¨²ltimamente. Tambi¨¦n a Anelka, que marc¨® su primer gol con la camiseta blanca en partido oficial, que sali¨® con nota de la cita. Pero nada de lo dem¨¢s dej¨® feliz al Madrid. Mir¨® a la cita sin demasiada ambici¨®n, sin estar muy convencido de que la competici¨®n requiere afrontarla con grandeza. Jug¨® bajo la ley del m¨ªnimo esfuerzo, quiz¨¢s con la prepotencia sobre la que tanto alertaba Del Bosque en la v¨ªspera.Del Bosque, en todo caso, sali¨® satisfecho por el n¨²mero de ocasiones fabricadas por su equipo. Pero no tanto por la forma en la que las aprovech¨®. Por ah¨ª se quej¨® de que pudiendo haber marcado goles en grandes jugadas, la victoria llegara a partir de lances de rebote, "de la forma menos ortodoxa posible". Sobre la reanimaci¨®n de Anelka, el t¨¦cnico madridista prefiri¨® mostrarse cauto. "Hay momentos en los que est¨¢ muy bien y otros en los que no me gusta nada, en los que desaparece. Tiene a¨²n mucho que mejorar".
Por lo dem¨¢s, se equivoc¨® la prensa brasile?a cuando coment¨® que el Madrid iba a ser ruidosamente apoyado por el p¨²blico brasile?o. Y justificaban sus pron¨®sticos en que es tal el enfrentamiento existente entre las aficiones del Corinthians y del Palmeiras que los hinchas de este ¨²ltimo equipo acudir¨ªan en masa al estadio Morumbi a animar a los madridistas, rivales de grupo de los primeros en el Mundial de clubes. Una curiosa y complicada carambola que no se vio finalmente por ning¨²n lado. Primero porque apenas hubo gente en el estadio al comienzo y segundo porque la que lo fue poblando con el paso de los minutos era inequ¨ªvocamente fan¨¢tica del Corinthians -el conjunto brasile?o jugaba a continuaci¨®n contra el Casablanca-. Y lo que ocurri¨® es que quien pag¨® esa rivalidad no fue el Al Nassr -al contrario, cada pase suyo fue coreado con ol¨¦s-, sino Roberto Carlos, al que la hinchada insult¨® cada vez que toc¨® el bal¨®n. El lateral madridista, claro, jug¨® en su d¨ªa en el Palmeiras.
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