Sucesos
El a?o 2000 no ha empezado impunemente. Seguir la vida, milagros e imaginaci¨®n cibern¨¦tica de la generaci¨®n treinta?era que encarna Conxa es una inagotable fuente de informaci¨®n sobre la realidad y el futuro.Los sucesos que siguen expresan las condiciones de globalidad / localidad, imprevisibilidad previsible y racionalidad emotiva en las que se desenvuelve la vida de estas muchachas. As¨ª me explic¨® Conxa los ¨²ltimos acontecimientos.
"Tras una est¨²pida vuelta al trabajo y dos o tres berrinches con la gripe de ordenadores, redes y m¨®viles, decid¨ª, para no pensar en Gorka m¨¢s de la cuenta, dedicarme a esas cosas ¨ªntimas que tanto bienestar nos dan a las solteras cuando estamos a punto de tener la regla y me organic¨¦ una velada de mascarilla / ba?o / automasaje / depilaci¨®n integral acompa?ada de tratamiento superhidratante a la grosella de u?as y durezas en codos y talones. Quem¨¦ un poco de incienso para crear suficiente recogimiento, puse un CD de gospel que le ha regalado a mi madre su Caixa y conect¨¦ el buz¨®n de voz. Consegu¨ª un relax tan efectivo que ni siquiera me hizo efecto el mal rollo del telediario con su cadena de desastres, incluido un multitudinario choque de 150 coches en una autopista alemana. El que los m¨®viles de Gorka estuvieran sin cobertura esa noche me extra?¨® m¨¢s, pero ca¨ª rendida".
"Veinticuatro horas despu¨¦s, los m¨®viles de Gorka segu¨ªan sin estar disponibles y ¨¦l, de viaje entre Luxemburgo y Alemania, no hab¨ªa dicho ni mu; s¨®lo me qued¨® el recurso de contarle mis penas a Crispita. Ella, una verdadera adicta a las relaciones con los t¨ªos, me dijo que, tras haberlo probado todo, ahora se repone de tanta decepci¨®n con un mix de yoga, homeopat¨ªa y meditaci¨®n; su kaik¨² actual es una frase de Saramago que dice: "Actualmente se llega m¨¢s f¨¢cilmente a Marte que a nuestros semejantes". Con ese pensamiento noble y procurando olvidar el mal sabor que me dej¨®, en nuestra ¨²ltima despedida, que ¨¦l me dijera "no me seas una mujer sabia, ?eh?", pensaba dormirme cuando se hizo, por fin, la luz. La voz de Gorka llegaba lejana y temblorosa desde un hospital de Francfort: "Estoy en observaci¨®n, como si fuera un marciano".
Abrevio: entre aquel mont¨®n de hierros de la autopista alemana ?estaba Gorka, nada menos! Ni ¨¦l se explicaba como sucedi¨® la cosa: "De repente nos encontramos amontonados, un coche sobre otro, oyendo gritos en alem¨¢n". Era tal la alegr¨ªa que yo ten¨ªa por su reaparici¨®n, eso debe ser amor, claro, que no pens¨¦ en para qu¨¦ y cu¨¢nto tiempo le estar¨ªan observando hasta mucho despu¨¦s, cuando ya no pod¨ªa conectar con ¨¦l: en el hospital alem¨¢n proh¨ªben los m¨®viles. Entre nosotros se ha hecho el silencio forzoso indefinido y no s¨¦ si lo voy a soportar. Saber que vive, hoy, no es suficiente, necesito saber qu¨¦, cu¨¢ndo, c¨®mo, por qu¨¦ y si a¨²n le importo algo".
En ese momento, Conxa dudaba entre tomar un tren hacia Francfort (ella no conduce por principio, ni tiene coche) o seguir las instrucciones de sus jefes y volver a Madrid a contrastar las enormes diferencias del banco de datos de la empresa en Barcelona con los de la misma empresa en Madrid. "?No sirvo como bur¨®crata!", protestaba. Le record¨¦ que dec¨ªa algo parecido del enamoramiento antes de querer tener "hijitos" de un vasco muy moderno aunque nacionalista (que, por cierto se fue a pasar el fin de a?o con sus pap¨¢s; pero eso no se lo record¨¦). Venci¨® la dura realidad: trabajo (burocr¨¢tico) frente a amor (incomprensible) y la ciega esperanza en la vuelta a la vida (amorosa) a trav¨¦s del m¨®vil.
Cuando nos despedimos la emplac¨¦, con tacto y prudencia, a la ampliaci¨®n de esta investigaci¨®n sobre la generaci¨®n inclasificable a su c¨ªrculo de amigas y amigos. "?Quieres que entreviste a Crispita? Eso est¨¢ hecho. Es un modelo para el a?o 2000: feliz en su desgracia". No esperaba esta oferta tan directa, pero la acept¨¦ con tal de no atascarnos en Gorka. (Continuar¨¢, pues).
Resumen de lo publicado: El amor es una experiencia de realismo fant¨¢stico casi insoportable, seg¨²n muestra la historia de Conxa, barcelonesa de identidad m¨²ltiple, que trabaja en una compa?¨ªa de publicidad. La investigaci¨®n sobre las teinta?eras espa?olas toma as¨ª un sesgo que liga directamente la sociolog¨ªa con la prensa del coraz¨®n.
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