Subversi¨®n

E. CERD?N TATO

Marx lo anunci¨® en una fulgurante met¨¢fora: Un fantasma recorre Europa. Y Giovanni Papini lo cit¨® en uno de sus textos. Sin embargo, las noticias acerca del cuarto mago son muy confusas. Al parecer, no proced¨ªa de oriente, sino de septentri¨®n; y no era rey: era presidente de una peque?a rep¨²blica. Y adem¨¢s escrib¨ªa versos. O sea, que con una ficha as¨ª, evangelistas e historiadores a¨²licos se lo pasaron por los forros. Lo cierto es que dos mil a?os despu¨¦s de que partiera hacia su destino, a¨²n sigue en paradero ignorado. Cuando dej¨® su pa¨ªs, llen¨® las alforjas de poemas, semillas de girasol y otros frutos secos para la inclemencia del camino. El cuarto mago no fue en busca de ninguna criatura providencial, sino a echarle una mano a toda esa leg¨ªtima reclamaci¨®n que sube del sur. El no sab¨ªa de astros ni de encantamientos. Su arte era simple: como no adivinaba el futuro, se dedicaba a escarbar en el presente. Luego se?alaba el lugar exacto de la vileza, del abuso, de la rapacidad. Probablemente, ni par¨® en Bel¨¦n. En vez de una estrella de pedrer¨ªa, lo guiaba un mapa, una br¨²jula, un comp¨¢s y un bloc de denuncias. Y debi¨® dirigirse a Washington y Bruselas, que es donde se cocina y se devora el planeta, en toda su salsa.

El cuarto mago quer¨ªa conocer los nombres de quienes a¨²n contin¨²an degollando a tantos ni?os y adultos inocentes. Pero tampoco se sabe si lleg¨®. Ahora, lo mismo anda de vagabundo en Par¨ªs, que en un basurero espacial. Por supuesto, nunca le han hecho sitio en las vistosas cabalgatas conmemorativas, y ni de co?a exhiben su efigie en gorro frigio. Pero su epifan¨ªa s¨ª que la celebran los poderosos, todos los d¨ªas del a?o, en la intimidad de sus cajas fuertes: cuando saquean, explotan o aniquilan pueblos y paisajes, a base de residuos t¨®xicos, carboneras at¨®micas, aguas podridas, alimentos adulterados, jornales miserables, o de dos tiros en la nuca. Que tambi¨¦n es otra forma de conmover a los financieros de buena voluntad y mejores dividendos.