El Madrid se relaja demasiado
Los blancos ganan al Raja por la m¨ªnima y Anelka se da?a un menisco
Morumb¨ª no vio una noche ¨¦pica del Madrid, cargada de emoci¨®n y goles. Todo lo contrario. Presenci¨® una imagen pat¨¦tica del conjunto blanco, que acab¨® contra las cuerdas, zumbado por un Raja Casablanca magn¨ªfico. Principalmente, el Madrid fue v¨ªctima de su propia actitud, de la tranquilidad y relajaci¨®n con la que afront¨® un partido que ped¨ªa las m¨¢xima revoluciones. Nunca supo como buscarle las vueltas al conjunto marroqu¨ª, superior siempre en todas las zonas del campo. Y aunque la cita del Corinthians no hab¨ªa concluido al cierre de esta edici¨®n, el Madrid sali¨® del encuentro con la convicci¨®n de que sus posibilidades de meterse en la final se hab¨ªan consumido.El Madrid no dio la sensaci¨®n de estar metido en urgencias. Casi al contrario, su actitud fue m¨¢s propia de quien debe pasar un simple tr¨¢mite, jam¨¢s la de alguien obligado a una goleada a ciegas. Para triunfar en este tipo de empresas lo habitual es generar un clima apasionado, poner un punto de locura al partido. Pero el conjunto blanco se ten¨ªa miedo. No quer¨ªa dejarse llevar por la necesidad de un resultado abultado, le asustaba perder la cabeza en el intento y firmar as¨ª su sentencia de muerte. Y confundi¨® finalmente una estrategia cerebral y paciente, con un juego lento y plano. Con una f¨®rmula vac¨ªa de profundidad, de ambici¨®n, de ganas. El partido no ped¨ªa racionalidad ni ciencia; exig¨ªa desenfreno, il¨®gica y, desde luego, un esfuerzo m¨¢ximo. Dejarse la vida.
REAL MADRID 3RAJA CASABLANCA 2
Real Madrid: Casillas; M¨ªchel Salgado (Karanka, m. 78), Hierro, Karembeu, Roberto Carlos; McManaman (Geremi, m. 46), Redondo, Guti, Savio, Ra¨²l y Anelka (Morientes, m. 37).Raja Casablanca: Chadili; Kharbuch, Talal, Khubbache, El Haimeur; El Mubarki, Reda, Nater Saib (m.90), Abud; Mustaudia y Achami (Rizki, m. 80). Goles: 0-1. M.29. Achami, de cabeza, a la salida de un c¨®rner. 1-1. M.49. Hierro, de falta directa. 2-1. M. 53. Morientes, desde dentro del ¨¢rea. 2-2. M. 59. Mustaudia, de cabeza. 3-2. M. 87. La defensa marroqu¨ª no acierta a despejar un bal¨®n tras un c¨®rner sacado por Savio, y Geremi logra marcar. ?rbitro: Horacio Elizondo (Argentina). Expuls¨® a Roberto Carlos (m.61) por agredir a El Mubarki sin el bal¨®n en juego; tambi¨¦n a este ¨²ltimo; a Guti, segundos despu¨¦s, por darle una patada cuando el marroqu¨ª estaba en el suelo; a Karembeu (m.81), por dos tarjetas. Amarilla a Talal, Hierro, Karembeu, Savio y Mustaudia.
Demandan tambi¨¦n las noches de goleadas de la complicidad del rival. Que un temblor de piernas y muchos nervios le conviertan en presa f¨¢cil. Pero para cargar de canguelo el cuerpo del adversario hace falta buscar de salida su aplastamiento. Que el ruido de los primeros ataques le vaya arrinconando y encogiendo. Pero lejos de conseguir intimidar al Casablanca, el Madrid le anim¨® a venirse arriba con su equivocado arranque. La serenidad con la que abord¨® el partido se la acab¨® contagiando al marroqu¨ª, que se sinti¨® due?o de la situaci¨®n al cuarto de hora.
A los cuatro minutos, un zapatazo desde la lejan¨ªa de Talal -un defensa sorprendentemente magn¨ªfico, de jerarqu¨ªa- que se dio de bruces con el larguero sirvi¨® para que el Madrid se reafirmase en su pose precavida, su idea de buscar un resultado beneficioso sin correr riesgos. En su suicidio voluntario, en suma. Y no ver puerta en las primeras ocasiones n¨ªtidas (un remate a bocajarro de Ra¨²l, m. 6; una falta directa de Roberto Carlos, m. 7) termin¨® por desubicarle.
Con el correr del encuentro, el Raja, comandado desde atr¨¢s por el fr¨ªo, seguro y cerebral Talal, se fue agrandando. Le perdi¨® el respeto al Madrid, el p¨¢nico a un resultado humillante, y comenz¨® a mirar a la cita como quien se encuentra ante una oportunidad ¨²nica de ganar celebridad. Bien organizado, el cuadro marroqu¨ª comenz¨® a tirar contras llenas de sentido y velocidad, ayudadas tambi¨¦n de saludables gestos t¨¦cnicos. En una de ¨¦sas, Achami marc¨® de cabeza. Un gol del que el Madrid ya no fue capaz de levantarse en todo el primer tiempo.
Para estropear a¨²n m¨¢s el panorama, lleg¨® la lesi¨®n de Anelka. Intent¨® un giro, los tacos se le quedaron clavados en el suelo y su rodilla derecha pag¨® las consecuencias. Tuvo que ser sustituido por Morientes. La primera exploraci¨®n revel¨® que tiene afectado el menisco, pero hasta hoy no se conocer¨¢ el verdadero alcance.
Al Madrid le sali¨® una pizca de casta en la segunda parte. Meti¨® al fin decisi¨®n y coraje a su juego. Y con dos goles consecutivos, se crey¨® al fin metido en un aconsejable estado de excitaci¨®n. So?¨® en falso, sin embargo. Porque el Raja no se vino abajo, continu¨® convencido de que estaba instalado en el partido de su vida y contest¨® a la ofensiva del conjunto espa?ol con inteligencia y un f¨²tbol extraordinario. Y con otro gol del que Madrid sali¨® tocado casi hasta el final. Hasta que en el ¨²ltimo suspiro apareci¨® Geremi para certificar la victoria. El triunfo, s¨ª, pero p¨ªrrico.
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