Freddy Rinc¨®n deja al Madrid sin final
Los blancos ganan 3-2 al Raja, pero el Corinthians 2-0 al Al Nassr con un gol del ex madridista
Freddy Rinc¨®n, un ex madridista, ape¨® ayer al Madrid de la final del Mundialito con un gol a falta de ocho minutos que dio al Corinthians la victoria frente al Al Nassr (2-0). Antes, el Madrid s¨®lo pudo arrancar una p¨ªrrica victoria frente al Raja Casablanca (3-2). La diferencia de goles dio a los brasile?os la final y dej¨® al Madrid con la pedrea, el partido por el tercer y cuarto puesto del viernes en R¨ªo.Morumb¨ª no vio una noche ¨¦pica del Madrid, cargada de emoci¨®n y goles. Todo lo contrario. Presenci¨® una imagen pobre del conjunto blanco, que jug¨® a la velocidad equivocada y acab¨® contra las cuerdas, zumbado por un Raja Casablanca magn¨ªfico. El Madrid fue v¨ªctima de su propia actitud, de la tranquilidad y relajaci¨®n con la que afront¨® un partido que ped¨ªa las m¨¢xima revoluciones. Esa serenidad se volvi¨® contra ¨¦l. Impidi¨® el clima propio de las goleadas y subi¨® la moral del adversario, que pas¨® de temerse lo peor a so?ar con un d¨ªa de gloria. El conjunto blanco arranc¨® la victoria con un notable arre¨®n postrero -el tanto del triunfo lleg¨® cuando jugaba con ocho futbolistas-, pero siempre estuvo por debajo del Raja.
REAL MADRID 3RAJA CASABLANCA 2
Real Madrid: Casillas; M¨ªchel Salgado (Karanka, m. 78), Hierro, Karembeu, Roberto Carlos; McManaman (Geremi, m. 46), Redondo, Guti, Savio, Ra¨²l y Anelka (Morientes, m. 37).Raja Casablanca: Chadili; Kharbuch, Talal, Khubbache, El Haimeur; El Mubarki, Reda, Nater Saib (m.90), Abud; Mustaudia y Achami (Rizki, m. 80). Goles: 0-1. M.29. Achami, de cabeza, a la salida de un c¨®rner. 1-1. M.49. Hierro, de falta directa. 2-1. M. 53. Morientes, desde dentro del ¨¢rea. 2-2. M. 59. Mustaudia, de cabeza. 3-2. M. 87. La defensa marroqu¨ª no acierta a despejar un bal¨®n tras un c¨®rner sacado por Savio, y Geremi logra marcar. ?rbitro: Horacio Elizondo (Argentina). Expuls¨® a Roberto Carlos (m.61) por agredir a El Mubarki sin el bal¨®n en juego; tambi¨¦n a este ¨²ltimo; a Guti, segundos despu¨¦s, por darle una patada cuando el marroqu¨ª estaba en el suelo; a Karembeu (m.81), por dos tarjetas. Amarilla a Talal, Hierro, Karembeu, Savio y Mustaudia.
El Madrid no dio la sensaci¨®n de estar metido en una situaci¨®n l¨ªmite. Casi al contrario, su actitud fue m¨¢s propia de quien debe cumplir un tr¨¢mite, jam¨¢s la de alguien obligado a una goleada a ciegas. Para triunfar en este tipo de empresas lo habitual es generar un clima apasionado, poner un punto de locura al partido. Pero el conjunto blanco se ten¨ªa miedo. No quer¨ªa dejarse llevar por la necesidad de un resultado abultado, le asustaba perder la cabeza en el intento. Y confundi¨® finalmente una estrategia cerebral y paciente, con un juego lento y plano. Con una f¨®rmula vac¨ªa de profundidad, de ambici¨®n. El partido no ped¨ªa racionalidad ni ciencia; exig¨ªa desenfreno. Dejarse la vida. Demandan tambi¨¦n las noches de goleadas la complicidad del rival. Que un temblor de piernas y muchos nervios lo conviertan en presa f¨¢cil. Pero para cargar de canguelo el cuerpo del adversario hace falta buscar de salida su aplastamiento. Que el ruido de los primeros ataques le vaya arrinconando y encogiendo. Pero lejos de conseguir intimidar al Raja, el Madrid le anim¨® a venirse arriba con su equivocado arranque. La serenidad con la que abord¨® el partido el conjunto espa?ol se la acab¨® contagiando al marroqu¨ª, que se sinti¨® amo absoluto de la situaci¨®n. A los cuatro minutos, un zapatazo desde la lejan¨ªa de Talal -un defensa sorprendentemente magn¨ªfico, de jerarqu¨ªa- que se dio de bruces con el larguero sirvi¨® para que el Madrid se reafirmase en su pose precavida, su idea de buscar un resultado beneficioso sin correr riesgos. En su suicidio voluntario, en suma. Y no ver puerta en las primeras ocasiones n¨ªtidas (una de Ra¨²l y otra de Roberto Carlos) le desubic¨®.
Con el correr del encuentro, el Raja, comandado desde atr¨¢s por el fr¨ªo, seguro y cerebral Talal, se fue agrandando. Le perdi¨® el respeto al Madrid, el p¨¢nico a un resultado humillante, y comenz¨® a mirar a la cita como quien se encuentra ante una oportunidad ¨²nica de ganar celebridad. Bien organizado, el cuadro marroqu¨ª comenz¨® a tirar contras llenas de sentido y velocidad, ayudadas tambi¨¦n de saludables gestos t¨¦cnicos. En una de ¨¦sas, mac¨® Achami. Un gol del que el Madrid ya no fue capaz de levantarse en el primer tiempo. Para estropear a¨²n m¨¢s el panorama, lleg¨® la lesi¨®n de Anelka.
Al Madrid le sali¨® una pizca de casta en la segunda parte. Meti¨® un poco de decisi¨®n y coraje a su juego y con dos goles consecutivos, se crey¨® al fin metido en estado de excitaci¨®n. Pero so?¨® en falso. Porque el Raja no se vino abajo y con otro gol dej¨® tocado al Madrid. Se desorganiz¨®, su juego ya no tuvo ning¨²n sentido y hasta asomaron comportamientos intolerables. Roberto Carlos, Guti y Karembeu fueron expulsados, pero al final el Madrid rescat¨® una victoria insuficiente.
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