"El cine es mostrar a trav¨¦s de la ocultaci¨®n"
Abbas Kiarostami (Teher¨¢n, 1940) forma parte de ese reducido grupo de cineastas que piensan que el cine podr¨ªa ser otra cosa que teatro filmado o despliegue de fuegos de artificio. Gracias a sus pel¨ªculas hemos aprendido a ver, m¨¢s all¨¢ de contingencias pol¨ªticas poco favorables, la vida en Ir¨¢n, la gente de ese pa¨ªs, su cultura y su paisaje. En su ¨²ltima pel¨ªcula -El viento nos llevar¨¢, gran premio de la Mostra de Venecia y recientemente estrenada en Espa?a- presenta a un realizador que espera, en un poblado kurdo, la muerte de una anciana para poder filmar los ritos funerarios.Pregunta. El grueso del cine occidental ha hecho de filmar la muerte una especialidad y de la muerte un espect¨¢culo.
Respuesta. Me parece que la representaci¨®n que se da de la muerte en el cine occidental acostumbra a carecer de sentido. Lamentar la muerte es absurdo, lo que lamentas es la ausencia del amigo. En mi pel¨ªcula hay distintas miradas sobre la muerte. La del m¨¦dico es realista, se atiene a la belleza de este mundo y se desentiende de la promesa de una vida ideal en el m¨¢s all¨¢; la del profesor desenmascara lo que se oculta detr¨¢s de ciertos ritos funerarios y es tambi¨¦n realista al denunciar lo que comportan de representaci¨®n.
P. Son dos discursos que van abiertamente en contra de la ortodoxia religiosa de su pa¨ªs.
R. Sabe, en Ir¨¢n hay limitaciones impuestas por el r¨¦gimen. Las conozco, s¨¦ lo que no puedo mostrar y aprendo a trabajar dentro de los l¨ªmites. La lucha contra esas restricciones es una fuente de energ¨ªa. La gente, en Ir¨¢n, logra vivir a pesar de todo. Incluso esas chicas j¨®venes que tienen prohibido mostrar su cabello encuentran la manera de que un mech¨®n escape del pa?uelo. Si va usted a Teher¨¢n ver¨¢ que en la calle son muchas las personas que hacen algo que va m¨¢s all¨¢ de lo que est¨¢ permitido, aunque ese algo s¨®lo sea mostrar un mech¨®n de pelo.
P. En El sabor de las cerezas (1997) un hombre busca a alguien que le garantize que iba a enterrarle una vez muerto. En El viento nos llevar¨¢ rescatan a alguien de ser enterrado.
R. Un filme es el negativo del otro, pero los dos tratan de la vida y la muerte, del Apocalipsis y de otras cuestiones. El viento del t¨ªtulo es la muerte y nosotros somos las hojas que ha de arrastrar. Es un t¨ªtulo que podr¨ªa estar escrito en primera persona, decir "yo" en vez de "nos", pero eso no tiene mayor importancia porque todos hemos de morir, aunque tendemos a pensar que eso s¨®lo concierne a los dem¨¢s.
P. Sus intrigas o relatos son minimalistas y adem¨¢s usted reh¨²ye a menudo mostrar el contraplano, el inserto o el detalle.
R. El cine es el arte de mostrar sirvi¨¦ndose de la ocultaci¨®n. El espectador tiene que imaginar, tiene que llenar las casillas vac¨ªas, tener una actitud creativa. La chica que orde?a la vaca y de la que se enamora el realizador permanece siempre en la oscuridad, s¨®lo vemos sus dedos orde?ando mientras ¨¦l recita un poema. Marin Karmitz [el m¨¢s importante productor independiente de Europa] me dec¨ªa que era la escena de amor m¨¢s bella que jam¨¢s hab¨ªa visto. Tampoco vemos nunca a la vieja de la que se espera la muerte porque as¨ª no es una anciana concreta, sino la vejez misma. Y, para ser sincero, debo a?adir que en todo eso hay algo autobiogr¨¢fico porque mi relato est¨¢ inspirado en la muerte de mi abuela, que viv¨ª en plano general, desde lejos, sin poder entrar en su habitaci¨®n. No quiero hacer un cine en el que el p¨²blico tenga que cerrar los ojos o desviar la mirada, quiero que mire la pantalla para intentar ver lo que no muestro. Hay cosas en las que creemos sin haberlas visto nunca.
Babelia
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