Sorpresas de la d¨¦cada del cerebro
La proliferaci¨®n de neuronas hasta la madurez es dif¨ªcil de aceptar para muchos cient¨ªficos
En el repaso que los cient¨ªficos hacen de los descubrimientos realizados en los noventa, la denominada "d¨¦cada del cerebro", uno de ellos sobresale como el m¨¢s llamativo y, para muchos cient¨ªficos, el m¨¢s dif¨ªcil de aceptar: las personas no nacen necesariamente con todas las c¨¦lulas cerebrales que llegar¨¢n a tener en su vida. Desde el nacimiento hasta los ¨²ltimos a?os de la adolescencia, parece que el cerebro a?ade miles de millones de nuevas c¨¦lulas, construyendo sus circuitos a partir de neuronas nuevas que surgen conforme los ni?os y los adolescentes se relacionan con el medio ambiente. En la edad adulta, el proceso de a?adir nuevas c¨¦lulas se lentifica, pero no se detiene. Al parecer, en los circuitos maduros proliferan nuevas c¨¦lulas hasta bien entrada la vejez.
Aunque la d¨¦cada dio lugar a otros muchos descubrimientos, desde la forma de obtener im¨¢genes de los pensamientos fugaces hasta nuevos f¨¢rmacos para una amplia gama de enfermedades mentales, el descubrimiento de que el cerebro se desarrolla y se mantiene a?adiendo nuevas c¨¦lulas es el m¨¢s revolucionario. Los descubrimientos ya han arrojado nueva luz sobre los mecanismos de aprendizaje, memoria y envejecimiento en cerebros normales, y sugieren nuevos y atrevidos m¨¦todos para tratar los derrames y otras afecciones cerebrales. Adem¨¢s, es posible que aporten soluciones a algunos misterios eternos, incluida la raz¨®n por la que los ni?os peque?os a los que se les extrae una parte del cerebro para tratar la epilepsia grave se desarrollan con normalidad, como si tuvieran el cerebro completo.Durante d¨¦cadas, fue axiom¨¢tico que las personas nac¨ªan con todas las c¨¦lulas cerebrales que llegar¨ªan a tener. Al contrario que los huesos, la piel, los vasos sangu¨ªneos y otras partes del cuerpo en las que las c¨¦lulas proliferan a lo largo de toda la vida, se cre¨ªa que el cerebro s¨®lo se renovaba al comienzo de la vida, cuando a?ad¨ªa nuevas conexiones y pod¨ªa compensar en cierta medida muchas lesiones. Muy al contrario, se nos dec¨ªa que lo ¨²nico que pod¨ªamos esperar era un gradual deterioro mental, porque las c¨¦lulas mor¨ªan y nunca eran repuestas.
Seg¨²n Fred H. Gage, neurocient¨ªfico del Salk Institute, en La Jolla, California, estas ideas estaban tan firmemente establecidas que a muchos cient¨ªficos les resulta dif¨ªcil admitir los hallazgos de que el cerebro humano produce nuevas c¨¦lulas despu¨¦s del nacimiento. Incluso cuando aceptan la idea, afirman que no hay prueba de que tengan una funci¨®n importante. Y los esc¨¦pticos, como Pasko Rakic, de la Universidad de Yale, afirman que si se espera que cambien unas ideas establecidas desde hace mucho tiempo sobre el desarrollo del cerebro, se debe situar muy alto el list¨®n de la prueba.
Per Andersen, neurobi¨®logo de la Universidad de Oslo, afirma que los neurocient¨ªficos respondieron a varios de los nuevos hallazgos con un "rotundo silencio". Morten Raastad, tambi¨¦n de Oslo, compar¨® la resistencia a la idea de que el cerebro produce nuevas c¨¦lulas con la resistencia a la idea de la tect¨®nica de placas y de la deriva continental.
La concepci¨®n tradicional del cerebro humano se basa en experimentos realizados por Rakic a mediados de los sesenta en macacos. ?ste dijo entonces que en el tejido cerebral no hab¨ªa indicios de que se produjesen nuevas c¨¦lulas. ?l y otros infirieron que lo mismo deb¨ªa de ser v¨¢lido para todos los primates, incluidos los humanos. Seg¨²n esta teor¨ªa, el cerebro crece porque nuevas fibras de enlace, denominadas sinapsis y dendritas, proliferan alrededor de un n¨²mero de c¨¦lulas fijo tras el nacimiento. Se supon¨ªa que las c¨¦lulas no conectadas en circuitos a trav¨¦s de estas fibras mor¨ªan.
As¨ª, seg¨²n la teor¨ªa de Rakic y otros, el cerebro se desarrollaba podando y esculpiendo, pero no construyendo nuevas redes con miles de millones de c¨¦lulas. El hecho de que muchos pacientes no recuperasen la capacidad de hablar o caminar despu¨¦s de sufrir derrames u otras lesiones traum¨¢ticas cerebrales fortaleci¨® el punto de vista de que el cerebro adulto no aumentaba su n¨²mero de c¨¦lulas.
La primera brecha en esta teor¨ªa surgi¨® en 1965, cuando unos cient¨ªficos informaron de que se generaban nuevas c¨¦lulas en una regi¨®n del cerebro de la rata adulta denominada hipocampo, que es donde primeramente se forman los recuerdos de lugares y cosas. Los hallazgos en animales se fueron sucediendo, y en 1998 Gage demostr¨® que el n¨²mero de c¨¦lulas cerebrales del hipocampo de los ratones aumentaba en un 15% en entornos estimulantes, y que las c¨¦lulas se generaban en la zona del ventr¨ªculo. "Esto nos hizo buscar lo mismo en humanos", explica Gage.
Los cient¨ªficos suecos estaban utilizando una sustancia especial que se integra en el ADN de las c¨¦lulas en divisi¨®n para localizar c¨¦lulas tumorales en pacientes de c¨¢ncer, dijo. El a?o pasado se descubri¨® esta sustancia en el hipocampo de cinco pacientes, cuyo cerebro fue diseccionado inmediatamente despu¨¦s de morir.
Seg¨²n Gage, fue un descubrimiento "fascinante". Significa que el cerebro humano produce nuevas c¨¦lulas en un ¨¢rea que ya se sabe que est¨¢ relacionada con la memoria a corto plazo. El cient¨ªfico dice que es posible que en el cerebro y en la m¨¦dula espinal se d¨¦ alg¨²n tipo de neurog¨¦nesis para su mantenimiento. Pero al igual que un gran corte en la piel, una gran lesi¨®n cerebral, como un derrame, puede superar su capacidad de recuperaci¨®n.
En cuanto al resto del cerebro, incluida la corteza, donde residen funciones complejas como el lenguaje y los recuerdos a largo plazo, Gould inyect¨® el mismo tinte utilizado para los experimentos humanos en el cerebro de macacos. Siguiendo la trayectoria de la sustancia, descubri¨® que las neuronas se hab¨ªan producido en los ventr¨ªculos y emigrado a la corteza superior, donde produc¨ªan nuevos axones. Parec¨ªan conectarse al sistema de circuitos local y quiz¨¢ extenderse para formar nuevos circuitos.
Mientras tanto, Steven A. Goldman, del Cornell Medical Center de Nueva York, est¨¢ estudiando tejido cerebral humano extra¨ªdo de pacientes de epilepsia y ha descubierto c¨¦lulas progenitoras en los ventr¨ªculos, que producen otro tipo de c¨¦lulas. Es una cifra insignificante comparada con los 100.000 millones de c¨¦lulas del cerebro, a?adi¨®, pero puede que baste para llevar a cabo el mantenimiento y reparaci¨®n de la corteza superior. El reto es dar alguna utilidad a dichas c¨¦lulas, explic¨® Goldman. "Todav¨ªa no sabemos ad¨®nde van", dice, "pero s¨ª sabemos que est¨¢n proliferando. Algunas se est¨¢n convirtiendo en neuronas".
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