Encadenado
JOS? LUIS FERRIS
Tengo dos vecinas ecologistas que incordian como un grano en la lengua y est¨¢n en su derecho. Coincidimos de vez en cuando en el ascensor y siempre me pellizcan en el mismo lugar y con la misma frase: "Vale que te enrollas bien, pero te pod¨ªas mojar un poco con el medio ambiente, ya sabes t¨ªo, una columna en la que pongas a parir a todos los meapilas que se est¨¢n cargando el planeta". Son audaces, en serio. Me gusta su estilo, el modo apasionado con que defienden la vida, con ritmo del bueno, imitando de paso a las chicas de Ella baila sola pero mejor, con vaqueros rasgados y pegatinas de Greenpeace. Hace unos d¨ªas me dieron un repaso sobre las energ¨ªas limpias o renovables y acabaron ilustr¨¢ndome con datos y estad¨ªsticas acerca de la implantaci¨®n indiscriminada de aerogeneradores. Les explico. Eso de los parques e¨®licos puede estar muy bien, pero siempre y cuando no se instalen en montes declarados de utilidad p¨²blica ni en espacios naturales, tampoco en lugares que interrumpan las rutas migratorias de las aves o demasiado pr¨®ximos a n¨²cleos poblados. De modo que, estos molinos que en nada se parecen a los aspados gigantes cervantinos y que tanto se asemejan a un ej¨¦rcito dise?ado por las huestes de George Lucas, estrat¨¦gicamente ubicado en mitad del paisaje, deben estar sometidos, cuanto menos, a la declaraci¨®n de impacto ambiental y a un estudio detallado que superponga a cualquier inter¨¦s la exultante belleza de algunos espacios que todav¨ªa conservan intacta su fauna y su flora.
Como ver¨¢n, me han puesto al corriente. Pero la fibra de verdad me la ha tocado mi amigo Mariano con su sabia sutileza. Me escribi¨® hace unos d¨ªas para comunicarme que, si nadie lo remedia, en poco tiempo sembrar¨¢n de artefactos e¨®licos los montes de Velilla, al lado mismo de Muelas de los Caballeros, el pueblo zamorano que le vio nacer y al que acostumbro a escaparme algunos veranos para alimentarme de silencio y de roble. Esto es ya una cuesti¨®n personal y estoy dispuesto a cualquier cosa para evitar un desprop¨®sito de tama?a magnitud, aunque ello implique rasgarme los vaqueros y encadenarme a una de mis vecinas.
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