Condena de 515 a?os para "el violador de Pir¨¢mides"
Arlindo Luis Carbalho Corbero, de 34 a?os, conocido como el violador de Pir¨¢mides, ha sido condenado por la Audiencia de Madrid a 515 a?os de c¨¢rcel como autor de 35 violaciones, entre otros delitos. La sentencia establece que el "comportamiento sexual compulsivo" de Arlindo (uno de los mayores violadores en serie de la reciente historia de Madrid) no le convierte en un enfermo mental incapaz de distinguir entre el bien y el mal. De hecho, seg¨²n la sentencia, ese ¨ªmpetu sexual de Arlindo es incompatible con su comportamiento de seleccionar a sus v¨ªctima: las eleg¨ªa "j¨®venes y de buena presencia". Adem¨¢s, dej¨® de violar una temporada -lo que significa que pod¨ªa vencer sus compulsiones sexuales- al saber por la prensa que la polic¨ªa segu¨ªa sus pasos. Los psic¨®logos se?alan en su informe que la vida de Arlindo -marcada por una infancia rural y un padre alc¨®h¨®lico- est¨¢ llena de traumas. Uno de sus test¨ªculos es m¨¢s peque?o que el otro, y adem¨¢s le acomplej¨® sobremanera que sus compa?eras de colegio le llamasen con sorna Arlindo Relindo, en referencia a su pronunciada nariz.
La sentencia detalla la sevicia con que Arlindo -que tras llegar a Madrid a finales de los a?os ochenta se convirti¨® en vigilante de Mercamadrid, se cas¨® y tuvo dos hijos- cometi¨® las 35 violaciones que se le atribuyen entre los a?os 1988 y 1996. Su detenci¨®n fue un alivio para la polic¨ªa, que durante nueve a?os vio impotente c¨®mo crec¨ªa su fichero de violaciones sin que el delincuente dejase pistas.
Las v¨ªctimas describ¨ªan a un hombre que las abordaba a la salida de las estaciones de metro -en varios casos en las proximidades de la estaci¨®n de Pir¨¢mides- o en los ascensores y que, tras ponerles un cuchillo en el cuello, les dec¨ªa: "Si gritas, te mato". Luego las llevaba andando por la calle hasta un descampado, donde las violaba. Para disimular ante otros trase¨²ntes, ordenaba a sus v¨ªctimas que le echasen los brazos por la espalda ("ag¨¢rrame como si fu¨¦ramos novios", les dec¨ªa).
Arlindo fue juzgado el pasado diciembre en la Audiencia madrile?a por 43 violaciones, aunque en la sentencia el tribunal ha declarado probadas 35. En la sentencia, hecha p¨²blica ayer, el tribunal ordena que Arlindo indemnice a sus 35 v¨ªctimas con cantidades que oscilan entre el mill¨®n y los tres millones de pesetas, si bien el acusado ha sido declarado insolvente. No obstante, las v¨ªctimas pueden acogerse a una reciente ley que permite indemnizar a las v¨ªctimas de delitos violentos o agresiones sexuales.
Aunque el tribunal le condena a 515 a?os de c¨¢rcel, Arlindo s¨®lo estar¨¢ en prisi¨®n un m¨¢ximo de 20 a?os, tope legal establecido para estos delitos. Los beneficios penitenciarios que adquiera se contabilizar¨¢n sobre los 515 de condena, lo que, en la pr¨¢ctica, significa que no obtendr¨¢ ning¨²n beneficio carcelario que implique pasar menos de 20 a?os en prisi¨®n. Inicialmente, el fiscal le pidi¨® 20 a?os de c¨¢rcel por todos los delitos, si bien, al t¨¦rmino del juicio, individualiz¨® todas las agresiones sexuales y solicit¨® 690 a?os de reclusi¨®n.
En el juicio, Arlindo no neg¨® ni admiti¨® ser el autor de las 43 violaciones que le imputaba el fiscal, aunque reconoci¨® abiertamente su irrefrenable afici¨®n a perseguir en la calle o en el metro a las mujeres por las que se sent¨ªa atra¨ªdo. Tambi¨¦n declar¨® que no recordaba c¨®mo terminaron aquellos seguimientos. "De pronto me ve¨ªa en un sitio, solo, sin saber qu¨¦ hac¨ªa all¨ª ni qu¨¦ hab¨ªa hecho", rememor¨®.PASA A LA P?GINA 3
El tribunal detalla la crueldad del violador con sus v¨ªctimas
VIENE DE LA P?GINA 1 Entre los 35 ataques sexuales que se describen en la sentencia y que cometi¨® Arlindo destaca, por su virulencia y crueldad, el que sufrieron una madre y su hija de 15 a?os el 24 de enero del a?o 1994. El agresor, que trabajaba como instalador de aparatos de gas, rapt¨® a ambas en el aparcamiento de un centro comercial de Alcorc¨®n, las amenaz¨® con una navaja y les orden¨® subir al coche con el que ambas hab¨ªan ido de compras.
Una vez dentro, las llev¨® hasta un descampado. Meti¨® a la madre en el maletero, tir¨® al suelo a la hija y la viol¨®. En el forcejo inicial pinch¨® a la madre con una navaja. El sufrimiento de ambas mujeres dur¨® casi dos horas. A casi todas sus v¨ªctimas, antes o despu¨¦s de consumar la agresi¨®n sexual, les robaba el dinero y las joyas.
Otra de las 35 violaciones que le atribuye el tribunal acaeci¨® el 20 de julio de 1996. Pidi¨® un cigarrillo a una joven en una c¨¦ntrica calle de Madrid y, en un descuido, le puso una navaja en el cuello. "No grites y ag¨¢rrame como si fu¨¦ramos novios", le espet¨®. Luego la oblig¨® a subir a su coche y la llev¨® hasta un descampado, donde comenz¨® a tocarla. Al ver que la muchacha opon¨ªa resistencia, s¨®lt¨® el cuchillo y la amenaz¨® con una jeringuilla. Despu¨¦s de manosearla hasta la saciedad y sin llegar a consumar la violaci¨®n, la dej¨® irse, pero con la advertencia de que volver¨ªa por ella si denunciaba lo ocurrido a la polic¨ªa. Son 35 ataques sexuales, pero las v¨ªctimas ascienden a 41, ya que en algunos casos no consum¨® la violaci¨®n.
Pruebas
Para condenarle por las 35 violaciones, la Secci¨®n Cuarta de la Audiencia de Madrid, que preside Pilar Oliv¨¢n, ponente del fallo judicial, se ha basado en las pruebas del ADN merced al semen dejado por Arlindo en prendas ¨ªntimas de sus v¨ªctimas, en las ruedas de reconocimiento y en los testimonios de las agredidas.
En el juicio, Arlindo no neg¨® ni admiti¨® ser el autor de las 43 violaciones que le imputaba el fiscal, aunque reconoci¨® abiertamente su irrefrenable afici¨®n a perseguir en la calle o en el metro a las mujeres por las que se sent¨ªa atra¨ªdo. Declar¨® que no recordaba c¨®mo terminaron aquellos seguimientos. "De pronto me ve¨ªa en un sitio, solo, sin saber qu¨¦ hac¨ªa all¨ª ni qu¨¦ hab¨ªa hecho", rememor¨®. La sentencia coincide con la petici¨®n de pena de la Asociaci¨®n de Asistencia a las V¨ªctimas de Agresiones Sexuales, que ha actuado como acusaci¨®n particular en nombre de una veintena de damnificadas, a trav¨¦s de la letrada Carmen Roney.
Arlindo fue detenido en diciembre de 1996, tras tener en jaque a la polic¨ªa busc¨¢ndole durante m¨¢s ocho a?os. Arlindo entr¨® en un portal de Legan¨¦s, se subi¨® al ascensor en el que iba una menor, la cual sospech¨® de ¨¦l, por lo que sali¨® corriendo al detenerse el elevador en una planta. Arlindo tambi¨¦n ech¨® a correr y luego se subi¨® en un coche. La chica anot¨® la matr¨ªcula y la facilit¨® a la polic¨ªa. Ah¨ª termin¨® su pesadilla y las de muchas mujeres. "Cuando me detuvieron sent¨ª un gran alivio, y me dije: Ya no podr¨¦ hacerlo m¨¢s".
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