Otro caos

Esta vez no fallaron las previsiones: todo el mundo sab¨ªa que ven¨ªa un temporal. Nada extraordinario, seg¨²n los expertos, pero obligaba a tomar precauciones. ?C¨®mo es posible, entonces, que se colapsaran carreteras como las principales de acceso y salida de Madrid, que numerosas localidades permanecieran horas sin luz ni calefacci¨®n y, en fin, que se reprodujera el caos de otras veces y que ya oblig¨® al Gobierno a pedir excusas hace dos a?os? ?Qu¨¦ pasar¨ªa en Alemania, donde temporales como el de estos d¨ªas en Espa?a son habituales durante el invierno, si el grado de eficacia para hacerles frente fuera comparable al de aqu¨ª?El portavoz del Gobierno ironiz¨® ayer sobre las cr¨ªticas de la oposici¨®n por la imprevisi¨®n e ineficacia de la Administraci¨®n: "Piove, porco Governo", resumi¨® Piqu¨¦ tras informar de que "ha habido muchas carreteras cortadas porque ha ca¨ªdo mucha nieve". Pero no es del todo cierto. Meteorolog¨ªa y Protecci¨®n Civil dicen que se trata de un temporal normal, nada extraordinario, habitual en estas fechas. Nada comparable, por ejemplo, al que afect¨® recientemente a una amplia zona de Francia y que arranc¨® millones de ¨¢rboles. El Ministerio de Fomento respondi¨® con una desconcertante nota en la que no se reconoce la evidencia de que algo ha fallado a la vista de los resultados, y en cambio se alardea del incremento de medios del departamento para hacer frente a estos fen¨®menos.

No es posible que el cruce de algunos camiones, algo habitual cuando nieva, impida el acceso de las m¨¢quinas y provoque un caos a las puertas de una ciudad como Madrid. Es cierto que a veces se culpa al Gobierno de situaciones inevitables; pero tambi¨¦n que la cr¨ªtica es necesaria para evitar que los ministerios se conviertan en complacientes oficinas de autobombo. Si se conoc¨ªa lo que ven¨ªa y se contaba con medios para hacerle frente, y a pesar de todo el resultado ha sido el caos, alguien deber¨ªa pedir excusas por su ineficacia. Por algo se conoce al ministro de Fomento, Rafael Arias-Salgado, como el ministro del caos.