LA GENERALITAT NO TOCA EN LA T?MBOLA
La muerte de Enric Valor ha puesto de pena y luto al vecindario, a la cultura, a la ense?anza, a la pol¨ªtica nacionalista y de izquierdas, a los sindicatos de clase, y hasta a la derecha conservadora, que, por si las moscas, siempre tiene a mano alg¨²n detente de conveniencia o la posibilidad de marcarse unos pasos penitenciales. Pero a la derecha conservadora y bu?olera, es decir, a la derecha de toda la vida, eso de las exequias y de los obituarios le inspira las m¨¢s brillantes y emotivas eleg¨ªas, y le destapa una generosidad difusa y bastante metaf¨ªsica. Ahora, probablemente, desempolve medallas, honores y r¨®tulos de calles, y entregue todo el lote, sin papeleo ni cicater¨ªas. Zaplana aparte. Zaplana es un soberbio aguafuerte p¨²nico, donde An¨ªbal jura odio eterno al Bloc de Progr¨¦s. Qu¨¦ tipo tan rudo.Ana Botella o el continente oscuro
No llevaba falda de amplio vuelo, ni blusa de encaje con cuello alto, ni canotier sobre un peinado abundante, ni tampoco paraguas como una met¨¢fora reivindicativa en ristre: llevaba al presidente de la Generalitat, y un aliento intr¨¦pido de sufragista anglosajona, con nada de Elizabeth Cady Stanton o Josephine Woodward, y mucho de los 7 samurais de AP, con los que tanto vot¨®. Pero lleg¨® un siglo tarde. Con el AVE, hubiera llegado en punto, o sea, al filo de 1900. Ana Botella se pate¨® el pa¨ªs, en un par de d¨ªas, escoltada por una guardia de cargos p¨²blicos del PP, con uniforme de fantas¨ªa. Sigmund Freud, cuando fracas¨® en su prop¨®sito de definir la esencia de la mujer, se puso l¨ªrico y la llam¨® "continente oscuro". Si hubiera visto a Ana Botella con qu¨¦ desenvoltura pregon¨® la campa?a electoral, se hubiera apresurado a psicoanalizar a Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. Pero como Freud ya no est¨¢ para trotes, le tomaron la vez Empar Navarro, vicepresidenta de la comisi¨®n gestora del PSPV, y Dolors P¨¦rez, diputada de EU. Y qu¨¦ diagn¨®stico tan severo: merecimientos, esposa del presidende del Gobierno y primera dama de la Moncloa; funci¨®n, supervisar la despensa del voto valenciano, por si se observara alguna mengua; funci¨®n subsidiaria e in¨²til, echarle m¨¢s tajadas al ego de Zaplana. Precisamente Zaplana hab¨ªa llegado de la isla Madeira con un proyecto que parece de serie televisiva Objetivo 1; y encima, se despach¨® en Funchal la conferencia: "El principio de cooperaci¨®n: el nuevo papel de las autoridades locales y regionales en la aplicaci¨®n de los fondos estructurales". Dicen que los vi?adores de aquel archipi¨¦lago son pacientes y hospitalarios. Esperemos que no se lo tomen en cuenta. Aunque Objetivo 2 ya le va a ser m¨¢s dif¨ªcil que se lo aguanten.
Hoy, zafarrancho general
Y de inmediato, Eduardo Zaplana repiti¨® de carrerilla la chuleta que le hab¨ªa pasado Aznar, pero a escala auton¨®mica: que si la Comunidad Valenciana atraviesa un momento important¨ªsimo, que si puede convertirse en la regi¨®n m¨¢s pr¨®spera del continente europeo, que si hab¨ªa dejado sin discurso pol¨ªtico al PSPV, cosa absolutamente incierta, porque esa haza?a solo la ha logrado el propio PSPV. Y algo muy sutil, tal vez para que mediten la direcci¨®n y la afamada cuadrilla de cazadores de brujas de la TVV: " Los apoyos electorales no tocan en la t¨®mbola". ? Significa eso que van a rodar cabezas en el ente? Todo se andar¨¢. Pero hoy es el d¨ªa en que el presidente Aznar convocar¨¢ oficialmente los comicios, para el 12 de marzo, San Inocencio, y el 25 de febrero, San Victorino, comenzar¨¢ la campa?a electoral, aunque los contendientes ya estar¨¢n, por ese entonces, descalabrados y enceguecidos. Ha llegado el momento de cerrar filas y listas, y de apercibirse para la fiesta democr¨¢tica de las urnas y las tundas ret¨®ricas. Pero a¨²n quedan muchas inc¨®gnitas. ?Se liar¨¢, pol¨ªticamente hablando, Chiquillo con Zaplana?, ? hasta d¨®nde el "mutuo apoyo", para el Senado, de EU, el Bloc y Els Verds?, ? y los socialistas en su estridente soledad, qu¨¦? La verdad es que estas cosas te calan hasta lo m¨¢s hondo del alma.
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