Bendecidos y domesticados
Para San Ant¨®n, el caballo primero y despu¨¦s el se?or. Los animales protagonizaron ayer en Madrid la jornada del 17 de enero. Tres ritos abrocharon la fiesta: la bendici¨®n de animales de todo pelaje en la calle de Hortaleza, donde se encuentra la iglesia del patrono; despu¨¦s, la ingesta de panecillos, asimismo bendecidos; al cabo, las tres vueltas de un cortejo de animales y sus due?os alrededor de una manzana de casas del barrio madrile?o. Toda una romer¨ªa civil, pagana y religiosa a un tiempo, humana y animal tambi¨¦n; muy manchega por cierto, propia de esas mezcolanzas en las que, por muy dispares que sean sus ingredientes, se trenzan las tradiciones en un Madrid que acaba por integrar cuanto se tercie.Los ritos cumplidos ayer por centenares de personas con sus miles de animales de todo tipo -perros, gatos y loros, se?aladamente- resucitaron una tradici¨®n medieval, de cuando Madrid era m¨¢s aldea que urbe. Entonces, la vida depend¨ªa tanto de las caballer¨ªas, para faenar el campo y conseguir grano, como de las aves, para proveer la despensa. Se trataba de amansarlas con algo tan cercano como el afecto humano; el afecto procur¨® su doma y, una vez domesticadas, la bendici¨®n de sus due?os se consumaba. Bendiciones de animales y de sus due?os, a base de hisopazos precisamente, las hubo ayer en Madrid por la mano y la boca del cura Villar, p¨¢rroco de San Ant¨®n.
Para que la tradici¨®n enraizara bien se necesit¨® en su d¨ªa un s¨ªmbolo con ascendiente para acreditarla. All¨ª estaba, mismo en el santoral: el mejor perfil lo mostraba el longevo San Ant¨®n, ermita?o piadoso que vivi¨® 105 a?os; entre los siglos III y IV de nuestra era, Ant¨®n se ocult¨® del mundo en el desierto de la Tebaida egipcia. Pese a su retiro, el maligno le tent¨® incesantemente; los animales eran quiz¨¢ las peores configuraciones del mal que el anacoreta, dice la leyenda, supo transformar con su bondad en expresiones del amor divino. Por ello, hasta el cerdo, considerado impuro por casi todas las religiones, adquiri¨® carta de beatitud: prueba de ello es que en casi toda La Mancha, y en la Comunidad de Madrid tambi¨¦n, en fecha como la de San Ant¨®n, incluso se rifan puercos a los que se coloca cintitas coloradas que les brindan tierno aspecto. Algunos cerditos, tortugas y caballos tambi¨¦n, fueron testigos del desfile ritual por las calles de Hortaleza, Santa Br¨ªgida, Mej¨ªa Lequerica, Hern¨¢n Cort¨¦s y Fuencarral. "No estar¨ªa mal que los fieles de San Ant¨®n se apiadaran de los toros en Las Ventas y los bendijeran con el perd¨®n", plantea Le¨®n, un joven que se dice ecologista.
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