La noche que Helios, un ni?o con leucemia, hizo de Rey Mago en la Cabalgata de Madrid
La Fundaci¨®n Peque?o Deseo hace protagonistas de la comitiva de la capital a ni?os enfermos de toda la Comunidad
A Merche Dom¨ªnguez se le cae el bolso al suelo entre el gent¨ªo de Nuevos Ministerios y de ¨¦l salen, como si aquello fuera el bolsillo de Doraemon, tres paquetes envueltos con papel del Corte Ingl¨¦s y unos lazos dorados. Como es l¨®gico, los dos primeros ni?os que pasan a su lado se detienen junto a los regalos y hacen una radiograf¨ªa de Merche, pensando, quiz¨¢, de d¨®nde habr¨¢ sacado esta mujer de 57 a?os tanto obsequio si todav¨ªa son las 17.30. El padre de los peque?os, con cara de circunstancias, los arrastra hasta las escaleras mec¨¢nicas. All¨ª, encamin¨¢ndose hacia la superficie, hay un grupo de j¨®venes trompetistas a los que unos metros m¨¢s adelante los vigilantes del vallado de seguridad de la Cabalgata de Reyes de Madrid de este domingo abrir¨¢n paso casi con reverencias.
Cuando el desfile apenas ha comenzado, los miembros de la organizaci¨®n del Ayuntamiento de Madrid consideran que todav¨ªa ¡°es pronto para hacer c¨¢lculos de afluencia¡±. En cambio, aupado en lo alto de una carroza, Helios Hidalgo, de 13 a?os, mira el horizonte del Paseo de la Castellana con purpurina en los mofletes, observando las caras desencajadas, el griter¨ªo exagerado, y se anima a ser un poco m¨¢s concreto:
¡ªHabr¨¢ cinco millones de personas, aproximadamente.
La noche del 4 de marzo de 2023 Helios Hidalgo entr¨® por la puerta del Hospital La Paz de Madrid. Era s¨¢bado. La ma?ana del domingo 5 de marzo el m¨¦dico de guardia se sent¨® con el ni?o en la cama y puso nombre a sus dolencias. Ten¨ªa leucemia linfoblastica aguda tipo T. El chico escuch¨® atentamente y pregunt¨® todo lo que se le ocurri¨® sobre lo que se le ven¨ªa encima. La noticia cay¨® como caen las malas noticias que llegan sin anestesia. ¡°Fue un mazazo. Ya no vuelves a ser la misma¡±, dice su madre, Vanesa Espada, de 46 a?os.
Ella, junto a su marido, Carlos Hidalgo, de 47 a?os, decidieron desde ese momento llamar a las cosas por su nombre y esforzarse, en la medida de lo posible, en que la vida de Helios, as¨ª como de su hermano Carlo, de 10 a?os, ¡°adquiriera una cierta normalidad¡±. Vanesa, que trabaja como psic¨®loga, opina que, en el viaje que suponen este tipo de ¡°enfermedades graves¡±, es esencial que desde las familias se ayude a ¡°naturalizarlo, a validar y acompa?ar las emociones ¡ªel miedo, la rabia, la tristeza¡ª¡±.
¡°Hay que contarles lo que est¨¢ pasando, adaptado a su edad. Intentar que se sientan seguros y, sobre todo, que no se sientan solos¡±, explica. ¡°Necesitan encontrar est¨ªmulos que les saquen de su rutina de ingresos y pasillos de hospital. Cuando son m¨¢s mayores como Helios, cuando ya han vivido una vida buena y en paz, es m¨¢s complicado que se adapten a esa rutina. Necesitan emociones positivas¡±, cuenta la mujer mientras entrega caramelos en mano a los asistentes.
Es por ello que aceptaron la ayuda de la Fundaci¨®n Peque?o Deseo ¡ªcon la que participan por primera vez en la Cabalgata de los Reyes Magos de Madrid¡ª que se dedica a encontrar ni?os con un bajo estado de ¨¢nimo en cerca de 40 hospitales de toda Espa?a y a los que, despu¨¦s de varias entrevistas, intentan brindarles la posibilidad de vivir algo que ellos pidan y les haga especial ilusi¨®n. Helios, para sorpresa de todos, pidi¨® pescar en mar abierto.
Jureles y delfines
¡°Nos sorprendi¨® una barbaridad, sab¨ªamos que le gustaba, pero no tanto. Si te soy sincero, nosotros vamos a alimentar a los peces, porque por lo general se nos da fatal. Salvo ese d¨ªa, en Benalm¨¢dena, ah¨ª pesc¨® 26 jureles y hasta vimos delfines¡±, recuerda Carlos, a quien el Burrito Sabanero, que empieza a sonar en la carroza de detr¨¢s, la de Amazon, hace que le estalle la cabeza. ¡°Si Bisbal hace un remix, date por jodido¡±, comentan por detr¨¢s.
En lo alto de la carroza, Helios act¨²a con liderazgo. A mitad del recorrido empieza a correr el rumor de que con esa intensidad de lanzamiento de caramelos, cuando lleguen al p¨²blico de Cibeles, no va a quedar nada. ¡°?Hay que parar!¡±, ordena el chico para frenar el ¨ªmpetu del resto de ni?os. El resto se detiene, por un minuto, pero las ansias les pueden. Helios decide sumarse al descontrol. ¡°Soy un Rey Mago¡±, se define.
Tiene una t¨¦cnica precisa. A diferencia del resto, que lanza pu?ados de veinte gominolas, Helios lo hace de una en una. Seg¨²n ¨¦l, intenta encestar en las bolsas de pl¨¢stico que extienden los de las primeras filas. En cada lanzamiento, deja la mu?eca doblada hasta que ve si ha encestado o no. Helios juega de base en las categor¨ªas inferiores del Real Canoe. ¡°Cuando veo alguien m¨¢s grande tiro a su pecho, como si fuera el tablero de la canasta, para asegurarme de que entra¡±, afirma.
Vanesa reconoce que los estados de ¨¢nimo no son algo permanente cuando la palabra ¡°c¨¢ncer¡± entra en tu vida. ¡°Una vez recibes la noticia, ya nunca dejas de estar alerta. Eso te agota. Luego, tambi¨¦n es cierto que las alegr¨ªas, como la de hoy, se viven mucho m¨¢s. Es un t¨®pico, pero es as¨ª. Creo que disfrutas el doble porque eres realmente consciente de que es un momento bueno, cosa que antes a lo mejor no sab¨ªas¡±, reflexiona.
Las navidades han sido algo convulsas. Helios pill¨® alg¨²n virus que le llev¨® a pasar bastantes d¨ªas en La Paz. Este curso pudo regresar al instituto, al que acude diariamente con mascarilla como medida preventiva. Tampoco puede ir junto a sus compa?eros en el autob¨²s durante las excursiones, o cambiarse en el mismo vestuario. ¡°
Yo pienso que me voy a curar. Aqu¨ª me ves, en la cabalgata m¨¢s importante de Espa?a seg¨²n me han dicho, con gente que ha pasado por lo mismo que yo. Me parece tremendo¡±, explica Helios. Despu¨¦s de varios lanzamientos, vuelve a acercarse porque ¡°a¨²n le queda algo por decir¡±:
¡ªTengo que jugar las cartas que me han tocado. Yo no las puedo elegir, no lo puedo evitar. Pero c¨®mo no voy a luchar.
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