La voz de Casandra

En v¨ªsperas de Semana Santa, el Gobierno propone crucificar la esencia de Espa?a (valles, r¨ªos y monta?as) en un est¨²pido tejido de AVE y autopistas. Cuando todos sabemos ya que el futuro no est¨¢ en el alocado traslado de personas, sino en el transporte de ideas por las autopistas virtuales de Internet.Castilla y Le¨®n lleva a?os propiciando el turismo de interior -"cada fin de semana, unas vacaciones"-, subvencionando hasta la idiocia el turismo rural y vendiendo sus parajes incomparables. Ahora, paradoja de las paradojas, estos paisajes van a ser arrasados por desproporcionados caminos de hierro que har¨ªan rebelarse en la tumba al mism¨ªsimo Manit¨².

Otra vez, como siempre, el hombre blanco vuelve a hablar con lengua de serpiente, y miente aun sabiendo que lo hace.

El tren r¨¢pido va a traer a Castilla y Le¨®n, sobre todo, much¨ªsimo ruido y pocas nueces. Y lo peor es que reviviremos la escena de Berlanga en Bienvenido, m¨ªster AVE, s¨®lo que esta vez con un resultado no s¨®lo rid¨ªculo, sino desastroso para nuestro patrimonio, incluido el ac¨²stico. Aunque quiz¨¢ el t¨ªtulo de esta pel¨ªcula podr¨ªa ser m¨¢s dram¨¢tico: Corred, corred, malditos.

Al parecer, de nuevo, el ¨²nico criterio v¨¢lido para la realizaci¨®n del trazado del AVE Madrid-Valladolid es el econ¨®mico. Es decir, en el momento en que las empresas constructoras rebajan el presupuesto de los t¨²neles, todos los dem¨¢s argumentos en contra desaparecen. ?Por qu¨¦?

Ahora ya nada importa la terrible agresi¨®n al medio ambiente que la construcci¨®n del nuevo trazado supone a lugares claves de nuestro territorio. En aras de un supuesto progreso se hipotecan valores reconocidos ya en toda Europa que afectan a nuestra calidad de vida. Como siempre sucede, cuando nosotros vamos, Europa vuelve.

Se ignoran as¨ª otras alternativas de comunicaci¨®n que ven¨ªan proponiendo diversos colectivos, como la rehabilitaci¨®n de los tendidos ferroviarios ya existentes y que necesitan una inyecci¨®n econ¨®mica suficiente al menos para ofrecer un servicio c¨®modo y razonable a los pasajeros.

De nada le sirve a Castilla soportar a?os de obras, con excavaciones casi sobrenaturales, si despu¨¦s el escaso n¨²mero de usuarios reduce la frecuencia de trenes, dejando adem¨¢s aislados al resto de los castellanos. En concreto, en Segovia, con suerte, se dispondr¨¢ de un par de servicios diarios. M¨¢s interesante ser¨ªa contar con un tren normal cada dos horas que ahorrar diez minutos en los dos ¨²nicos servicios diarios que toda esta obra fara¨®nica pretende ofrecer a los segovianos.- Mar¨ªa Y¨¢?ez-Barnuevo y Susana Ainziburu Sanz. La Granja, Segovia.