STEPHEN JAY GOULD Paleont¨®logo "Utilizamos mal a Darwin para aliviar la decepci¨®n ante nuestros peores rasgos"
A Stephen Jay Gould, paleont¨®logo, le resulta f¨¢cil escribir en su despacho de Harvard. Ha escrito 19 libros, muchos de ellos ¨¦xitos de ventas. Gould, de 58 a?os, ha pasado gran parte de su vida dando vueltas por Manhattan. Creci¨® en el Queens de los a?os cincuenta, en el seno de una familia de clase trabajadora, en una ¨¦poca en que Manhattan era la ciudad eternamente distante. En 1967, Gould obtuvo su cargo en la Universidad de Harvard, que significaba, por supuesto, vivir en Cambridge y ser uno de los pocos admiradores de los Yanquees de todo Harvard Yard. Hace cuatro a?os, Gould se cas¨® con una escultora e historiadora del arte, Rhonda Roland Shearer, de Manhattan, que tiene ahora 45 a?os, y juntos crearon su hogar en el Soho, en una espaciosa estancia urbana llena de l¨¢mparas de Tiffany, buenas obras de arte y libros cient¨ªficos de primera edici¨®n. En sus 19 libros y en ensayos para la revista Natural History, Gould se ha convertido quiz¨¢ en el m¨¢s elocuente y conocido partidario de la teor¨ªa de la evoluci¨®n y la selecci¨®n natural, como responsables del origen y la diversidad de las especies.
Pregunta. ?Qu¨¦ pens¨® cuando ley¨®, hace unos meses, que el Consejo de Educaci¨®n de Kansas iba a hacer optativa la ense?anza de la evoluci¨®n en las clases de Biolog¨ªa?
Respuesta. Que los ciudadanos de Kansas se sentir¨ªan profundamente avergonzados por la estupidez de la decisi¨®n y que votar¨ªan para que ese Consejo Escolar abandonase el cargo el a?o siguiente. La decisi¨®n del Consejo Escolar de Kansas es aparentemente absurda. Es como decir: "Vamos a seguir ense?ando ingl¨¦s, pero ya no hay que ense?ar gram¨¢tica". Pero los creacionistas no pueden hacer lo que quieren debido a la historia de las decisiones del Tribunal Supremo. Tienen muchas limitaciones en lo relativo a una postura legalmente defendible. Probablemente, lo ¨²nico que pueden hacer es esto.
P.?C¨®mo explica la decisi¨®n?
R.El ¨²nico motivo de que ocurriera es que ya nadie vota en las elecciones de Consejo Escolar. Por eso, determinadas minor¨ªas pueden hacerse con el poder. Hicieron falta tres ciclos electorales para que este grupo fundamentalista se hiciera con el cargo en Kansas. Los mayores peligros no son estas maniobras legales. Son los miles de profesores que no tienen todo el valor que hace falta, como la mayor¨ªa de los humanos, y que probablemente ense?an menos evoluci¨®n porque no quieren l¨ªos. Eso ni siquiera se puede medir.
P.?Es el creacionismo un fen¨®meno ¨²nicamente estadounidense?
R.No ocurre en ning¨²n otro lugar del mundo occidental. Los europeos no entienden por qu¨¦ lo tenemos aqu¨ª. No entienden c¨®mo se puede tener un movimiento anti-evoluci¨®n en un pa¨ªs cient¨ªfico moderno.
P.En las ciencias sociales hay una tendencia a recurrir a explicaciones neodarwinistas de los problemas sociales: una especie de resurgir mutante del darwinismo social de finales del siglo XIX. ?Por qu¨¦ ha ocurrido esto ahora?
R.Esta es una ¨¦poca conservadora y creo que a los conservadores les resulta tentador decir: "?Por qu¨¦ reclaman el cambio o la igualdad cuando lo que tenemos ahora refleja el estado natural de la naturaleza humana?". Adem¨¢s, creo que, a veces, en la actualidad, utilizamos mal a Darwin a la hora de intentar aliviar nuestra decepci¨®n ante algunos de nuestros peores rasgos. O sea que, si no nos gusta nuestra agresividad o nuestro sexismo, podemos intentar disculparlo diciendo: "Bueno, estamos hechos as¨ª. No podemos evitarlo".
P.?Y qu¨¦ ocurre con la atracci¨®n que ejerce el neodarwinismo en personas a quienes les gustan sus caracter¨ªsticas? Por ejemplo, la explicaci¨®n biol¨®gica de "es un gen" alcanza gran popularidad entre los defensores de los derechos de los homosexuales.
R.Es cierto. Esta es una ¨¦poca que, en gran medida y equivocadamente, creo, se decanta por las explicaciones gen¨¦ticas. Por eso, se va a extender por todas partes. Pero creo que es un argumento de doble filo. Porque, si uno apuesta por una cosa as¨ª, ?qu¨¦ pasa si luego resulta que est¨¢ equivocado? Uno no quiere basar una defensa de una parte defendible de nuestra diversidad en su supuesta naturaleza biol¨®gica. Preferir¨ªa adoptar la postura de que no tiene nada que ver con la biolog¨ªa. Es una cuesti¨®n ¨¦tica.
P.?Qu¨¦ opini¨®n le merece la calidad de la literatura acad¨¦mica?
R.?En comparaci¨®n con qu¨¦? Creo que la literatura acad¨¦mica nunca ha sido maravillosa. Sin embargo, la ciencia sol¨ªa ser mucho menos especializada. No hab¨ªa mucha terminolog¨ªa t¨¦cnica, y adem¨¢s, la mayor¨ªa de los acad¨¦micos no se han formado como escritores. Y existe, supongo, una jerga profesional cada vez mayor, algo que es probablemente peor que nunca. Y creo que surge m¨¢s por miedo que por arrogancia. La mayor¨ªa de los acad¨¦micos j¨®venes caen en esta jerga porque temen que, si no lo hacen, no les parecer¨¢n serios a sus mentores o la gente que les apoya. No puedo creer que nadie quiera escribir as¨ª.
P.?Cree que a sus colegas les molesta que haya escrito unos cuantos libros que son ¨¦xitos de ventas?
R.Seguro. Cualquiera que haya tenido ¨¦xito escribiendo para el p¨²blico general es objeto de envidia. No es un fen¨®meno del todo nuevo. Goethe muri¨® en 1832. Goethe era muy activo en el campo cient¨ªfico. De hecho, realiz¨® un trabajo cient¨ªfico muy bueno en morfolog¨ªa de las plantas y en mineralog¨ªa. Pero le amargaba la manera en que muchos cient¨ªficos se negaban a escucharle porque era un poeta y, por consiguiente, en su opini¨®n, no pod¨ªa ser serio.
P.?Escribe con facilidad?
R. No s¨¦ lo que es el bloqueo del escritor.
P.?Qu¨¦ hace la literatura por usted?
R.Es la mejor manera de organizar ideas y de intentar decir las cosas de la forma m¨¢s perfecta y elegante posible. Muchos cient¨ªficos odian escribir. A la mayor¨ªa les encanta el laboratorio y, cuando el trabajo est¨¢ hecho, han terminado. Escribir es una lata. Es algo que tienen que hacer para dar a conocer su trabajo. Lo hacen con resentimiento. Pero, conceptualmente, para ellos no forma parte del proceso creativo. Yo no lo veo as¨ª en absoluto. Cuando obtengo los resultados, estoy deseando escribirlos. Ese es el resumen. Es la exploraci¨®n de las consecuencias y del significado.
P.Su reciente libro Questioning the Millenium es, entre otras cosas, una investigaci¨®n de cuestiones del 2000. ?Ha almacenado usted botellas de agua y le?a por miedo a lo que pueda pasar en el cambio de a?o? [esta entrevista se hizo a finales de diciembre de 1999].
R. No. Se ha prestado demasiada atenci¨®n al efecto 2000 y se han hecho muchas pruebas. No creo que pase nada significativo. Lo m¨¢s curioso de todo esto es que, en el a?o 1000, en la medida en que la gente era consciente del milenio, sus temores eran mayores. Se tem¨ªa las apocal¨ªpticas revelaciones de las Revelaciones. Realmente, se cre¨ªa que Jes¨²s volver¨ªa, que Sat¨¢n estar¨ªa en camino y que el mundo, tal como lo conocemos, llegar¨ªa a su fin. Es muy gracioso el hecho de que, en una era secular, el motivo de mayor preocupaci¨®n de la gente sea un problema t¨¦cnico, cuya causa es que un ordenador interprete mal una fecha debido a la falta de previsi¨®n por parte de algunos programadores hace 30 a?os.
? The New York Times
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