Malas compa?¨ªas
F?LIX BAY?N
No hay duda de que lo peor de la derecha son sus amistades. Esta semana, la comisi¨®n disciplinaria del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) propon¨ªa la expulsi¨®n de la carrera de la juez marbell¨ª Pilar Ram¨ªrez, y lo hac¨ªa despu¨¦s de ocho horas de debate y con el voto en contra de los dos representantes del PP en el Consejo.
Me consta que el PP mantiene una oposici¨®n sincera contra Jes¨²s Gil -a quien se vincula con la familia Ram¨ªrez- y no me cabe duda de que el voto de los dos vocales del CGPJ era, por tanto, independiente de cualquier presi¨®n pol¨ªtica. Pero esto no evita tener que volverse a hacer la misma pregunta: ?de d¨®nde saca el PP su gente de confianza en el poder judicial?
Ya a comienzos de la legislatura, la ministra de Justicia, Margarita Mariscal de Gante, nos deleit¨® con un asunto que nos met¨ªa del tir¨®n en el t¨²nel del tiempo: estuvo a punto de elegir fiscal jefe de la Audiencia Nacional a uno que estuvo antes en el Tribunal de Orden P¨²blico, el tribunal de represi¨®n pol¨ªtica del franquismo en el que ocup¨® plaza como magistrado el inolvidable padre de la ministra.
Los que luchan porque, de una vez, se limpien y aireen los tribunales de Marbella, temen que la juez Ram¨ªrez se termine yendo de rositas. Por algo el padre de la Ram¨ªrez -un tosco pero influyente oficial de juzgados que lo mismo negocia con sospechosos de pertenecer a la Mafia que agasaja a altos magistrados- cuenta con viejos amigos en el Consejo y en el mism¨ªsimo Tribunal Supremo: juristas de tron¨ªo que pasaron por las famosas jornadas jur¨ªdicas de Marbella, en las que se retribu¨ªan maravillosamente bien las conferencias, corr¨ªa el caviar por cuenta del Ayuntamiento a la hora de la cena y hubo m¨¢s de uno que encontr¨® mercenaria compa?¨ªa a la que dar testimonio de que debajo de la toga tambi¨¦n bullen las pasiones.
De esas viejas amistades de Juan Ram¨ªrez depende el futuro de su hija Pilar, y tambi¨¦n el del propio Jes¨²s Gil, dicho sea de paso. Son ellos, quiz¨¢, los "grandes jueces" a los que Gil invoca, repetidamente, como sus ¨²ltimos y posibles salvadores.
En v¨ªsperas de esta legislatura, el PP mostr¨® ya qu¨¦ peligrosas eran sus afinidades en el mundo de la Justicia: los votos de la hoy ministra de Justicia mantuvieron en su puesto del CGPJ al juez Pascual Estevill, que pas¨® del CGPJ a la c¨¢rcel, acusado de delitos de cohecho y prevaricaci¨®n, los abusos m¨¢s graves que puede cometer un juez. Ahora, dos vocales nombrados por el PP defienden en ese mismo Consejo que la juez Ram¨ªrez no merece la expulsi¨®n de la Judicatura: si estos criterios se aplicaran en la vida laboral del com¨²n de los espa?oles, el despido procedente ser¨ªa un imposible.
Si alg¨²n d¨ªa el PP conf¨ªa en ganarse una ampl¨ªsima mayor¨ªa del electorado, deber¨ªa comenzar limpiando su agenda y alej¨¢ndose de las malas compa?¨ªas. Pero, de momento, no parece que sea esa su intenci¨®n. Sin ir m¨¢s lejos, en Andaluc¨ªa, los dos dirigentes m¨¢s cre¨ªbles -Amalia G¨®mez y Manuel Pimentel- se retiran de la primera l¨ªnea de la pol¨ªtica, de la que hace poco desapareci¨® tambi¨¦n Juan Ojeda. G¨®mez, Pimentel y Ojeda formaban parte de la cara presentable del PP, la ¨²nica que podr¨ªa hacer posible, por fin, la alternancia pol¨ªtica en Andaluc¨ªa.
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