Del McDonalds a Sidimbarcu
Como a todos los ni?os, a los marroqu¨ªes que viven en las calles de Ceuta les gusta comer en un McDonalds. La diferencia es que ¨¦stos se conforman con los restos que quedan en las mesas, antes de acudir a los contenedores de basura m¨¢s pr¨®ximos. Cada tarde rondan el escaparate acristalado del imperio de la hamburguesa estadounidense. Otros, optan por acudir a la Sidimbarcu, una mezquita de la comunidad musulmana donde les proporcionan comida gratuita.El obispo de la Di¨®cesis de C¨¢diz y Ceuta, Antonio Ceballos, y el delegado episcopal de Migraciones, Gabriel Delgado, han situado a la iglesia gaditana a la cabeza de la reivindicaci¨®n: rechazaron el texto de la Ley de Extranjer¨ªa que se le atragant¨® al PP; han pedido la regularizaci¨®n de los inmigrantes que se encuentran en suelo espa?ol y han pedido respuestas urgentes ante la situaci¨®n de los menores inmigrantes. "Las aguas marinas que nos rodean son tumbas marinas de su esperanza", escribi¨® Ceballos el D¨ªa de las Migraciones, el pasado 26 de septiembre. "Es una situaci¨®n alarmante que requiere una urgente respuesta de la sociedad y de las administraciones p¨²blicas". El prelado recuerda en su carta que muchas de estas personas "no ignoran que pueden ser presas del enga?o de desalmados" y que cuando comienzan "a malvivir entre nosotros, la inestabilidad, las presiones, las reservas sociales, las condiciones infrahumanas de indocumentaci¨®n, de vivienda, de asistencia sanitaria les aherroja por doquier".
En Andaluc¨ªa Acoge, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez, que ya envi¨® un informe detallado a la Junta con las opiniones del colectivo y los aspectos legales de este asunto, tiene claro que "no se puede entregar a un solo menor mientras que en Marruecos sigan vigentes leyes de cuando era un protectorado franc¨¦s que se considera un delito la emigraci¨®n" y recuerda que las autoridades espa?oles "est¨¢n entregando los menores a la polic¨ªa y a los jueces".
El drama, tiene nombre y apellidos. Como M. A. y M. E. B. hay decenas de j¨®venes marroqu¨ªes que inhalan pegamento por las calles de Ceuta para evitar el hambre y el fr¨ªo. Que mendigan 400 pesetas diarias, y que sue?an con ser carniceros, como M. E. B., que quiere sacar mejor tajada a la vida.
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