DESIERTO DE TABERNAS El hechizo de la naturaleza desnuda
Como si de repente una r¨¢faga de viento furibundo hubiera barrido cualquier vestigio de vida, como si no existiera m¨¢s tonalidad que el ocre polvoriento, el desierto de Tabernas -uno de los parajes m¨¢s singulares y distintivos de la provincia de Almer¨ªa- extiende orgulloso las ondulaciones de sus monta?as, apenas veinte kil¨®metros al Norte de la capital. Son monta?as viejas, cuajadas de pliegues y caprichosos recovecos, como si quisieran imitar el rostro ajado por el tiempo de una mujer anciana.La vida en esta vasta recreaci¨®n de la aridez parece no estar permitida. Sin embargo, su riqueza natural, catalogada como Paraje Natural desde 1989, es tan real como evidente la sensaci¨®n de orgullosa soledad que transmite el paisaje. El inter¨¦s ecol¨®gico del desierto, el ¨²nico del continente europeo de caracter¨ªsticas africanas (frente al estepario y continental de los Monegros, en Arag¨®n), ha propiciado que los responsables de Medio Ambiente hayan solicitado su declaraci¨®n como Parque Nacional de los Subdesiertos de Almer¨ªa, que abarcar¨ªa 24.822 hect¨¢reas, repartidas por 17 municipios. Tabernas, con un 22% de superficie dentro del per¨ªmetro propuesto, goza de mayor protagonismo. No en vano se trata de la localidad que acoge el coraz¨®n solitario y desnudo del desierto.
Un paseo por las ramblas secas del paraje -no est¨¢ permitida la conducci¨®n con todoterrenos- puede transportar al visitante a un estado que rozar¨ªa el misticismo si la sensibilidad se dejara vencer por la estampa de desolaci¨®n que parece incrustada en cada curva, cada piedra, cada c¨¢rcava de esta suerte de paisaje lunar.
El desierto de Tabernas est¨¢ considerado como una de las zonas ib¨¦ricas y europeas m¨¢s ricas en flora criptog¨¢mica. Alberga especies vegetales que, en no pocos casos, est¨¢n protegidas por las leyes e incluso otras que se encuentran en peligro de extinci¨®n, como el caso de la siempreviva rosa.
La escobilla, aunque cubre menos del 15% del suelo, es la reina de la zona. Es la especie vegetal dominante y est¨¢ presente en todos los biotopos. Corri¨® m¨¢s suerte que el palmito, condenado a la desaparici¨®n por las extremas condiciones de una zona con escasas e irregulares precipitaciones y brutales oscilaciones de temperatura, que van desde los 48 grados hasta los 5 bajo cero.
En cuanto a la fauna, la rana com¨²n, la culebra de escalera, el conejo o el lir¨®n careto son habituales. La importancia de la presencia de aves que sobrevuelan los cielos que protegen a esta tierra castigada (roquero solitario, vencejos reales, grajillas o collalbas negras, entre otras muchas) se evidencia en el hecho de que est¨¦ declarado como Zona de Especial Protecci¨®n para las Aves.
Pero el desierto de Tabernas, pese a la impresi¨®n de aut¨¦ntica desnudez que ofrece, esconde m¨¢s secretos que los que derivan de una rica comunidad vegetal y faun¨ªstica. Pasear por el espacio, que tantas veces ha servido de escenario para rodajes cinematogr¨¢ficos, puede deparar la sorpresa de encontrarse de bruces con peque?os manantiales que parecen querer aliviar la sequedad del entorno. El agua, acomodada en los lechos de las ramblas, presenta una elevada salinidad que la convierte en no potable.
Carrizos y eneas pugnan por dotar al desierto de cierta apariencia vegetal. Pero es s¨®lo un intento. Para apreciar su riqueza es preciso escudri?ar entre el manto arrugado de unas monta?as que parecen asemejarse a un ficticio decorado de cart¨®n-piedra. Al margen de valores ecol¨®gicos, es esa especie de autoridad espiritual que desprende la zona, lo que convierte al desierto en un lugar digno de ser visitado sin prisas.
La atm¨®sfera parduzca de desolaci¨®n y soledad que parece estar instalada permanentemente sobre los pliegues de las monta?as es suficiente para convertir este paraje natural en un lugar de hechizo. Cuando uno se toma la molestia de pasear tranquilamente entre ramblas y monta?as desnudas es dif¨ªcil deshacerse del influjo que el desierto ejerce con orgullo.
Datos de inter¨¦s
Desde Almer¨ªa se accede por la carretera N-340. A 23 kil¨®metros de la capital, hay un cruce, donde se sigue en direcci¨®n a Murcia. Esta carretera atraviesa el desierto, que est¨¢ lleno de ramblas para recorrer a pie.
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