La l¨ªrica del Pegaso

Por si quedaba alguna duda sobre el auge de la denominada poes¨ªa oral, el pasado martes qued¨® disipada en el London Bar de la barcelonesa calle Nou de la Rambla: una colecci¨®n de tanto prestigio como la que comparten Edicions 62 y Emp¨²ries present¨® sendos libros de Dolors Miquel y Jordi Pope, dos de los m¨¢s conspicuos representantes del g¨¦nero. Aunque la puesta de largo de Haik¨²s del camioner y Escrits se desarroll¨® seg¨²n la habitual heterodoxia de este tipo de actos, el editor Xavier Folch considera: "Publicar obras de los poetas de la oralidad no es un acto de locura, ni tan siquiera dir¨ªa que de audacia, sino de sentido com¨²n porque esta gente vale mucho. Es cierto que proceden de un circuito minoritario, pero cuando una obra es buena hay que reconocerlo, por eso la publicamos. De hecho, ambos autores son la continuaci¨®n l¨®gica de la linea que hemos llevado con Enric Casasses". Casasses, el poeta m¨¢s conocido y m¨¢s laureado del grupo, ha sacado buena parte de su obra en los a?os noventa en colecciones del Grupo 62.Para la leridana Dolors Miquel, que no ten¨ªa m¨¢s que un libro publicado (tambi¨¦n en 62/Emp¨²ries, Llibre dels homes, 1998), Haik¨²s del camioner significa una especie de confirmaci¨®n, tras las buenas cr¨ªticas que recibi¨® el primero. Se trata de 165 haik¨²s, la estrofa cl¨¢sica japonesa compuesta por tres versos cortos, inspirados en este caso en algo prosaico: "Entr¨¦ en contacto con el mundo de los camioneros en la gasolinera de Altafulla, cuando el insomnio me empujaba a desayunar a las seis de la ma?ana, y lo que m¨¢s me llam¨® la atenci¨®n fue que com¨ªan mucho". El haik¨² ha sido cultivado por buen n¨²mero de autores occidentales debido a su gran eficacia po¨¦tica, pero Miquel, como ya hizo con el romance en pareados, lo utiliza de un modo en apariencia menos trascendental: "El haik¨² es tan breve que no da tiempo a una reflexi¨®n, es apenas una impresi¨®n. Pero yo no quer¨ªa hablar de sentimientos elevados en un mundo hecho de lavadoras, nada de im¨¢genes l¨ªricas, sino pu?etazos". Adem¨¢s de algunos de esos pu?etazos, Dolors Miquel recit¨® una de sus composiciones favoritas, la Can?¨® de pujar a la Seu, que Xavier Folch tendr¨¢ mucho m¨¢s dif¨ªcil para publicar: la edici¨®n en papel no puede reproducir la especial entonaci¨®n que la poeta le da, un crescendo sincopado que se contagia al p¨²blico hasta la explosi¨®n final.

Jordi Pope, al contrario que Miquel, s¨ª debuta con Escrits en una editorial convencional. Sus tres vol¨²menes anteriores en sellos alternativos, su personal¨ªsima visi¨®n de lo po¨¦tico y sus reducidas apariciones en p¨²blico (a causa de una grave enfermedad, que ahora ya le impide recitar) le han convertido en autor de culto. El martes acudi¨®, en silla de ruedas, a la presentaci¨®n y se lo pas¨® en grande escuchando a la plana mayor de los poetas orales declamar versos suyos. Pau Riba, Jes¨²s Lizano, Meritxell Salas, Casasses, V¨ªctor Nick y Josep Ramon Roig se alternaron en la tarima, para concluir en un apote¨®sico "Mama, no dejes que me coja el muermo" coreado por toda la concurrencia. Xavier Folch tambi¨¦n fue reclamado desde el escenario, pero para entonces el editor ya hab¨ªa abandonado el London. Que una cosa es arriesgarse a vender pocos ejemplares y otra distinta exponerse a un p¨²blico tan exigente.