El arzobispo castrense critica a Seti¨¦n.
El celebrante del funeral del teniente coronel Blanco alaba la nueva actitud del obispo Uriarte
El arzobispo castrense, Jos¨¦ Manuel Estepa Llaurens, que ofici¨® los funerales por el teniente coronel Pedro Antonio Blanco Garc¨ªa, arremeti¨® ayer -sin nombrarlo, pero de forma inequ¨ªvoca- contra el anterior arzobispo de San Sebasti¨¢n, Jos¨¦ Mar¨ªa Seti¨¦n. "La sensibilidad humana", dijo el arzobispo castrense, "se est¨¢ degradando hasta el extremo de que no pocos, entre los cuales hay tambi¨¦n algunas personalidades espirituales, acostumbran a medir milim¨¦tricamente sus expresiones por si pudieran excederse medio punto en la calificaci¨®n moral condenatoria de actos y autores que deben ser calificados simplemente como lo que son: cr¨ªmenes y criminales"."Las v¨ªctimas", sigui¨® monse?or Estepa, "son tambi¨¦n simplemente eso: v¨ªctimas siempre inocentes, y no miembros de una de las dos presuntas partes en conflicto, tal como se nos asegura en lo que es una trampa para la formaci¨®n de la opini¨®n p¨²blica".
Casi al final del serm¨®n, el vicario castrense quiso dejar claro que los tiempos ya han cambiado en la di¨®cesis de San Sebasti¨¢n. Monse?or Estepa resalt¨® que Juan Mar¨ªa Uriarte, mediador entre el Gobierno y ETA durante la tregua y sustituto de Seti¨¦n, se un¨ªa "particularmente" a la oraci¨®n por el militar fallecido, detalle no habitual en su antecesor.
Las ¨²ltimas declaraciones p¨²blicas de Seti¨¦n -el pasado 4 de enero, ante los micr¨®fonos de la televisi¨®n p¨²blica vasca y con la tregua de ETA ya rota- fueron especialmente pol¨¦micas. "Yo no he o¨ªdo decir sensatamente a nadie", declar¨® entonces, "que la paz tiene que ser a cualquier precio, porque, si no tuviera precio, la paz no ser¨ªa dif¨ªcil conseguirla. Lo que hay que hacer es ver cu¨¢l es el precio que hay que pagar por la paz...".
Tras las cr¨ªticas, el arzobispo castrense quiso llamar a la calma. "No cedamos", rog¨®, "a la tentaci¨®n del odio y de la venganza; no ser¨ªa cristiano, y adem¨¢s podr¨ªa transformarse en el fruto que buscan quienes matan o quienes, de una u otra manera, amparan o legitiman a estos asesinos".
Condecoraci¨®n en la bandera
Al final de la misa, el presidente Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar -acompa?ado por el ministro de Defensa, Eduardo Serra, y por el jefe del Estado Mayor del Ej¨¦rcito, Alfonso Pardo de Santayana- se acerc¨® al f¨¦retro y prendi¨® sobre la bandera que lo cubr¨ªa la Cruz del M¨¦rito Militar con distintivo amarillo, dedicada a los ca¨ªdos en acto de servicio. Luego, Aznar le entreg¨® una gorra de plato, una bandera de Espa?a y una medalla a Pedro, un ni?o de 11 a?os, que, as¨ª, serio y abrigado con una bufanda de cuadros, vio c¨®mo se llevaban a enterrar el f¨¦retro de su padre, Pedro Antonio Blanco.
Adem¨¢s de Aznar y Serra, al funeral asistieron, entre otros, el ex presidente del Gobierno Leopoldo Calvo Sotelo; el ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja; la presidenta del Senado, Esperanza Aguirre; el presidente de la Comunidad de Madrid, Alberto Ruiz-Gallard¨®n, y el alcalde, Jos¨¦ Mar¨ªa ?lvarez del Manzano. En representaci¨®n del PSOE acudi¨® su secretario de Organizaci¨®n, Cipri¨¤ Ciscar. Tambi¨¦n ocuparon lugar relevante los jefes de Estado Mayor de los tres Ej¨¦rcitos y una muy nutrida representaci¨®n militar.
Los restos del teniente coronel Blanco, la v¨ªctima mortal n¨²mero 770 de ETA, recibieron sepultura en el cementerio de La Paz, de la localidad madrile?a de Alcobendas. Por deseo de la familia, el entierro se celebr¨® en la intimidad, sin la presencia de pol¨ªticos ni c¨¢maras de televisi¨®n. El capell¨¢n del cuartel del Ej¨¦rcito de Tierra, Alejandro Hern¨¢ndez, rez¨® el responso. Junto a la tumba, s¨®lo la viuda, Mar¨ªa Concepci¨®n Mart¨ªn, y los padres del militar. Ya no estaban sus hijos, Pedro, y Almudena, de 16 a?os, quienes durante el funeral se mantuvieron serenos, sin soltar una sola l¨¢grima. Al final del sepelio, el Regimiento Inmemorial del Rey n¨²mero 1 despidi¨® al teniente coronel con una salva.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.